Así, el jefe de Estado mira con simpatía al actual embajador en el Brasil, Daniel Scioli como su caballito de batalla.
La idea fue conversada con su canciller, Santiago Cafiero, y con el ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández. A Daniel Scioli, lo secundaría como precandidato a vicepresidente el tucumano Juan Manzur, jefe de Gabinete de Ministros hasta el 15 de febrero pasado, cuando volvió a su provincia. Allí lo espera el desafío de las elecciones provinciales, el próximo 15 de mayo, en las que el peronismo espera retener la gobernación con la fórmula Osvaldo Jaldo-Juan Manzur, es decir, la inversa con la cual triunfó en el año 2015.
Como es de suponer, el resultado de estas elecciones provinciales incidirá en la decisión de cuándo anunciar la fórmula para las primarias: un triunfo contundente de Manzur en Tucumán respaldaría las preferencias de Alberto Fernández. A la inversa, una derrota obligaría a barajar y dar de nuevo.
En cuanto a la provincia de Buenos Aires, Alberto Fernández, quiere impulsar la precandidatura de Tolosa Paz. Espera contar con el apoyo de la corriente que lidera Emilio Pérsico, el Movimiento Evita, que en el pasado ya ha dado muestras de independencia respecto de la actual Vicepresidente. Y no descartan el poder acordar con la CGT. O al menos una parte de ella.
En sintonía con las aspiraciones del Presidente, también el jefe de Gabinete, Agustín Rossi, reclamó que haya elecciones primarias dentro del Frente de Todos.
“Si Cristina es la candidata, obviamente no va a haber PASO y no cuenten conmigo para competir contra ella, pero si apoya a otro candidato habrá que ver quién es”, dijo Agustín Rossi.
Su desafío actual iba dirigido a Sergio Massa, cuya eventual candidatura contaría con la bendición de la Vicepresidenta. “Habrá que ver si él sintetiza, a priori no diría que sea así”, dijo Rossi, poniendo en duda que Massa pueda representar al conjunto del Frente de Todos (FdT).