Con los pies como cabeza

Con los pies como cabeza

Muy lejos de los 18 meses prometidos, las obras inconclusas en el hospital Carolina Tobar García sumen a la institución en una profunda crisis. En tanto, crece el rumor de su intervención.


?Se suponía que dice la leyenda que yo tenía que venir a este lugar a cerrarlo?, dice el jefe de Gobierno Mauricio Macri, con sorna, buscando la mirada cómplice de su ministro de Salud, Jorge Lemus. Risas. ?Pero a veces la propaganda no coincide con la realidad. Y acá me ven acompañando al director (del hospital), al personal, al equipo de salud en un día que claramente despierta alegría, despierta emoción. La verdad que el director estaba nervioso por este momento. Se ve que muchas veces se le ha prometido que esto se iba a terminar. Parece que el cuento de la buena pipa que mi abuela me contaba, se repite acá, con los años, por obras que empiezan y nunca terminan. Nosotros tenemos el firme propósito de que las obras que se necesitan comiencen y terminen en los plazos que corresponden.? Corría mayo de 2008 cuando al inaugurar la primera etapa de las obras de refuncionalización integral del Hospital Infanto Juvenil ?Carolina Tobar García?, Mauricio Macri se comprometía, todavía envalentonado en el discurso marketinero de la nueva política, a una rápida finalización de la puesta en valor del neuropsiquiátrico en el que hoy se encuentran internados 64 chicos. Pero el proceso, que se inició durante la gestión de Jorge Telerman en abril de 2006, mediante un crédito del BID, con vistas a concluir en octubre de 2007, aún espera entre maderas, colchones vencidos y ladrillos. Así, en aquella oportunidad, el Jefe de Gobierno volvía a arrogarse una temeraria jactancia. El pasado, el pasado en YouTube, al parecer lo condena.

Pero la situación en el Tobar García no responde sólo a problemáticas edilicias. Como un abanico español, su crisis contempla, entre otras cuestiones, la falta de nombramientos y la escasez de recursos. ?La actual gestión, en casi dos años, ha logrado que las obras avancen en sólo un 15 por ciento, quedando pendiente para su conclusión alrededor de la tercera parte del total de las obras?, señala impetuosamente Diego Friedman, jefe de la sección Psiquiatría y Psicofarmacología del departamento de Consultorios Externos y miembro de la comisión asesora de la refuncionalización integral, término que alude, según explica el médico, ?a la mejora de la infraestructura del conjunto del hospital, construyendo nuevas superficies pero también actualizando lo existente, como el edificio torre, hoy clausurado por el Gobierno de la Ciudad?. Es allí, justamente, donde deberían funcionar de modo óptimo las áreas de Consultorios Externos, Laboratorio, Servicio Social, Dirección y Administración, así como también el departamento de Docencia e Investigación. Y nada menos que la Guardia. ?La empresa Riva S.A. pidió que se neutralizaran las obras por falta de pagos?, advierte Friedman. En dichas áreas, cuenta el jefe de Psiquiatría, el personal está apiñado. ?Hay que disputar espacios, hablar con los padres de los pacientes en los pasillos e incluso reducir los horarios de atención. Y los que estamos trabajando en condiciones deplorables, con las consecuencias que ello supone para los niños y adolescentes enfermos con severas patologías mentales, en no pocos casos, hace que vayamos ?intrusando? a los que se desenvuelven en las escasas áreas terminadas y habilitadas?, explica.

?Respecto a la parálisis de las obras en la torre, el ministro de Salud Jorge Lemus viene argumentando que no se van a realizar porque ese espacio está destinado para actividades administrativas y que, como lo importante para él es el problema de la salud de los pacientes y no lo administrativo, entonces esa parte se posterga. Aunque se trate, en realidad, de una falacia?, expresa Jorge Selser, diputado porteño por Proyecto Sur y futuro presidente de la comisión de Salud, quien el martes 12 recorrió, junto a la también legisladora María Elena Naddeo, las instalaciones del hospital de Barracas, único en su especialidad en el país, aún destacado en un puñado sudamericano.

?Las irregularidades en el Tobar García son numerosas. Principalmente hay problemas de infraestructura en la cocina, el lavadero y en el obrador. Son partes del hospital muy antiguas, en estado de precariedad. Aparte hay deficiencias en materia de seguridad porque falta personal. Se han registrado casos de chicos que, por saltar una tapia que se comunica con el hospital Rawson, han sufrido lesiones graves. Además, hay jardines que por las lluvias se anegan, por lo que se transforman en reservorios de mosquitos, sobre todo del mosquito que transmite el virus del dengue?, enumera Selser. ?El tiempo para la finalización de las obras apremia, sobre todo, porque se trata de una población en situación de riesgo, de zonas vulnerables, de la que muchos chicos sufren problemas de adicción. Así que, tenemos que darle el valor que merece?, considera. Friedman, por su parte, dice que en el hospital infanto juvenil inaugurado en 1968, cuyo nombre homenajea a una abnegada psiquiatra, se atienden niños y adolescentes del sur porteño, del conurbano, del país y, como suele pasar con la medicina local, de Bolivia y Paraguay. ?Pero la mayoría de los chicos no se interna, sino que se atiende de forma ambulatoria. Claro que muchas veces sucede que las internaciones se les prolongan por razones sociales, porque los pacientes vienen de familias desestructuradas o directamente éstas están ausentes. En estos casos, siempre ronda la vulnerabilidad?, sostiene.

Luego de la recorrida por el edificio de Ramón Carrillo 315, originariamente destinado a una escuela de enfermería y abandonado a fines de los 50, la legisladora de Diálogo por Buenos Aires y futura presidenta de la comisión de Seguimiento y Control de la Aplicación de la Ley 448 (de Salud Mental), María Elena Naddeo, refiere: ?Es evidente que la problemática del Tobar García no es una prioridad para el gobierno de Mauricio Macri, porque afecta a un sector reducido y su solución no es visible. Lo primero que haremos apenas se reanuden las actividades parlamentarias es convocar a las autoridades para que nos brinden una respuesta acerca de la reanudación de las obras. Confiamos tanto en el ámbito de interpelación que se pueda dar en la Legislatura como en la vía judicial. La atención de los chicos y el derecho a la salud es lo primero?.

Es que tras la presentación de un recurso de amparo por parte de los trabajadores del hospital, quienes agradecen el accionar del asesor tutelar de Menores e Incapaces, Gustavo Moreno, la magistrada a cargo del juzgado en primera instancia en lo contencioso administrativo N° 4, Elena Liberatori, instó al Gobierno porteño a concluir las obras de refuncionalización integral del hospital Tobar García. ?En ese sentido, el Ejecutivo debería, al menos, informar sobre los plazos estimados para la conclusión de la puesta en valor del nosocomio en febrero o, a más tardar, en marzo?, asegura Friedman. Entonces, Naddeo y Selser coinciden en que ?la falta de respuesta adecuada colocaría a Mauricio Macri y a sus funcionarios al borde de la desobediencia a la Justicia. Ello conduciría a la paradoja de que quien es cabeza política de un partido que denuncia la desobediencia judicial de funcionarios del Gobierno nacional como algo inadmisible, estaría comportándose, en razón de sus propios actos de gobierno, de forma idéntica a aquello que es cuestionado ?ética y legalmente? por su propia organización política?.

Pero decíamos que el difícil momento por el que atraviesa la institución sanitaria dirigida hace 18 años por Roberto Yunes incluye, asimismo, un demorado incremento en la dotación de personal y escasez de equipamiento. ?En el gobierno de Telerman se cerró la negociación para incorporar 85 trabajadores para desempeñarse en el escalafón profesional y unos 21 para el no profesional?, comenta Friedman, asunto que también observa el expediente 27592/0. ?En el Tobar García falta personal como en el resto de los neuropsiquiátricos? amplía Jorge Selser.

?Otro problema del hospital infanto juvenil concierne a los medicamentos, que son de segundas marcas y no logran las mismas respuestas en los pacientes que los de primeras. Además, la presentación de los blísteres no es debidamente identificable, abriendo la posibilidad de que se confundan las drogas?, manifiesta. ?En psiquiatría y psicofarmacología faltan computadoras, y en muchas áreas donde las hay, ¡ni hablemos de poder trabajar en red!?, lamenta Friedman. ?El default tecnológico es impresionante, como en el Moyano o el Argerich?, resume, a su vez, Selser, quien menciona que al exponer en la Legislatura el presupuesto de Salud para este año, Lemus ?dio cuenta de una situación ideal, en la que además no hay falencias en la atención médica?.

Después de ir y venir, de perderse por el Tobar García, la sensación es la de estar pasando, como un holograma, a través de una pared imaginaria que divide aquella extensión deficitaria y gris, en la que un obrador ocupa el parque y quita espacio de recreación a los chicos internados, de la que está puesta a nuevo y hasta flores de papel ostenta: áreas de Internación, Rehabilitación, Hospital de Día y Servicios Generales. Walter Ventos, jefe del sector Niños de Internación, quien acompañó a NU en su visita al hospital, confirma lo que todos saben: ?Sin la terminación de las obras ?en abril se van a cumplir cuatro años de su inicio? es imposible alcanzar la normalidad institucional?.

LA PROBABLE INTERVENCIÓN

La recorrida por el Hospital Infanto-Juvenil "Carolina Tobar García", a su vez, nos confirmó lo que por estas horas es un secreto a voces: no hay nadie -nadie- en el hospital que, ante la pregunta por el futuro de la institución neuropsiquiátrica, no mencione, con convicción, su inminente intervención.

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