Los jefes de la empresa nuclear estatal rusa Rosatom, Alexéi Lijachev, y del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, se reunieron en Pekín para abordar la seguridad de la planta nuclear ucraniana de Zaporiyia, que el lunes volvió a perder toda la electricidad externa.
“Las partes discutieron la cooperación entre Rosatom y el OIEA. El énfasis principal se puso en cuestiones relacionadas con el trabajo de los expertos del organismo en la central nuclear de Zaporiyia, así como para garantizar la seguridad de la planta”, indicó la agencia nuclear rusa en un comunicado.
Grossi informó a Lijachev, quien acompañó a China al primer ministro ruso, Mijaíl Mishustin, “sobre el progreso de su iniciativa para crear una zona de seguridad en la central nuclear” ucraniana.
La última reunión entre ambos tuvo lugar el 5 de abril en Kaliningrado después de una visita previa de Grossi a Zaporiyia, donde se reunió con el presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, y visitó la central nuclear, y donde afirmó que la agencia de la ONU trabaja en un nuevo concepto para proteger la planta.
Entonces indicó que se centra más en la protección directa y local de la planta y no en una zona de seguridad alrededor de la misma como había planteado hasta entonces.
El encuentro entre el jefe de Rosatom y el director general del OIEA en Pekín también se produjo después de que Grossi adviertiera que la actual situación de la planta nuclear ucraniana de Zaporiyia “no puede seguir así”, pues es “extremadamente vulnerable” tras un nuevo corte de electricidad.
Ese día la planta, la mayor de Europa y situada en el sureste de Ucrania, perdió durante varias horas toda la electricidad externa por séptima vez durante el conflicto armado, con lo cual pasó de depender de genreadores diésel de emergencia para obtener energía.