El principal asesor económico de Horacio Rodríguez Larreta y exministro de Hacienda, Hernán Lacunza, afirmó este martes que el próximo Gobierno no podrá eliminar el cepo a partir del 10 de diciembre, aunque destacó que sería exitoso hacerlo dentro del primer año de mandato. Sin embargo, trazó un camino de flexibilización de las actuales restricciones sobre el mercado cambiario que debería comenzar por las importaciones, continuar con las deudas y finalizar con el giro de dividendos de las empresas.
El principal asesor económico de Horacio Rodríguez Larreta y exministro de Hacienda, Hernán Lacunza, afirmó este martes que el próximo Gobierno no podrá eliminar el cepo a partir del 10 de diciembre, aunque destacó que sería exitoso hacerlo dentro del primer año de mandato. Sin embargo, trazó un camino de flexibilización de las actuales restricciones sobre el mercado cambiario que debería comenzar por las importaciones, continuar con las deudas y finalizar con el giro de dividendos de las empresas.
“Existe una demanda reprimida en torno a los US$50.000 millones que se acumularon en estos años de restricciones, algo imposible de atender en el contexto actual de escasez. No se puede eliminar el cepo el día uno. Podría venderles en medio de una campaña electoral que eso es posible o que vamos a dolarizar, otro atajo inviable”, explicó Lacunza durante su participación como expositor del 40º Congreso Anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF).
De todos modos, Lacunza señaló que el esquema cambiario no necesariamente deberá mantenerse igual. “Hay restricciones que son más nocivas que otras. No puede ser que las áreas administrativas de las empresas estén abocadas a pedir permisos para exportar e importar. Tienen que dedicarse a buscar mercados, clientes, bajar sus costos, etcétera. Por eso tenemos que comenzar flexibilizando en comercio exterior, después la posibilidad del pago de deudas y por último el giro de dividendos”, explicó.
En ese sentido, el actual referente económico del precandidato presidencial Rodríguez Larreta consideró que la normalización del mercado cambiario no puede demorarse cuatro años. Si bien al inicio no quiso poner un plazo concreto, señaló que sería “exitoso” que el cepo deje de existir dentro del primer año del próximo Gobierno.
En cuanto a las reformas necesarias que deberá encarar la próxima gestión, el economista indicó que la prioridad deberá ser alcanzar el equilibrio fiscal para bajar la dependencia monetaria del Tesoro y ponerle así un freno a la inflación. “En la campaña tenemos que comprometernos a hacer lo posible. No vender espejitos de colores. Los atajos terminan mal, en general con más inflación y pobreza”, alertó.
Por último Lacunza resaltó tres sectores con potencial de aumentar divisas vía exportaciones otros tres que tienen la capacidad de generar puestos de trabajo. “Dentro de los primeros tenemos energía, minería y agro. Allí piden reglas claras y saber que van a poder llevarse los dólares que ingresaron para invertir. Dentro de los segundos están el turismo, la construcción y economía del conocimiento, para quienes tenemos que replantear las reglas del mercado laboral”, detalló.
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Los puntos centrales de Lacunza en IAEF
Controles cambiarios. “Los momentos históricos nunca son idénticos. Hay diferencias con 2015. A este tipo de cambio tenemos más demanda que oferta de divisas, por eso, a pesar del cepo, la pandemia y la restricciones, se perdieron más de USD 40.000 millones en cuatro años ¿Eso se puede levantar en un día? Me gustaría, pero sería un caos. Es una anomalía, un torniquete que solo es tolerable durante la hemorragia. Una anormalidad, pero primero hay que dejar de gastar lo que no se tiene y luego levantar el cepo. Pero hay restricciones que son más nocivas que otras, las de importaciones por ejemplo. La economía no funciona así: la decisión de importar y exportar a dólar oficial debe ser de las empresas. Comercio, deuda y dividendos: la idea es levantar las restricciones en ese orden, lo antes que se pueda”.
Dolarización. “Es un atajo impracticable. No tenemos dólares y nos sobran pesos, por eso no se puede dolarizar. Sin USD 35.000 millones dolarizar es saltar a un precipicio”.
Inflación. “La inflación va a comenzar a bajar cuando el tesoro deje de ser un demandante insaciable del Banco Central. El ancla es fiscal y sin ese paso las recetas monetarias no van a funcionar. Hay que dejar de gastar lo que no tenemos”.
Reactivación. “Hay sectores que pueden impulsarse rápido. Energía, minería y agro piden solo reglas claras, previsibilidad y orden. Y están los sectores generadores de empleo, como la economía del conocimiento, el turismo y la construcción. Son las 6 palancas iniciales. Soy muy optimista con la Argentina del mediano plazo. En dos años, con orden macro, el país puede ser otro. Va a valer la pena”.
La próxima gestión económica. “Los primeros 6 meses de gobierno serán desafiantes, está todo por hacerse. Así no se puede seguir. Desafiantes es igual a difícil, pero no hacerlo lo será más aún y la inflación del año que viene va a ser de 300%. La gente se queda afuera cuando las cuentas no cierran, la economía ajusta siempre y termina pagando los pobres con más inflación. El próximo gobierno tiene que comunicar un programa que permita que en un año se pueda volver a confiar en Argentina”.
FMI. “El FMI va a estar de acuerdo con lo que venga porque le concedieron a este gobierno políticas inconducentes y no cumplieron ningún compromiso. Este año ni para la cosmética. Este mes tendrían que tener USD 9.000 millones más de reservas y tienen USD -2.000 millones. Con un plan se puede pagar, tanto al FMI como a los bonistas privados”.
Tiempo de normalización. “Tiene que ser corto. El cepo no sigue así ni un día, pero no puede tardar 4 años. Torniquete 4 años es trombosis. Tiene que ser pronto para que reaccionen la economía y el empleo. Dentro del primer año tiene que ser”.
Reforma laboral. “Con estas reglas de juego no se puede generar empleo privado. La economía no es sana con estos costos de entrada y salida. Los riesgos son desproporcionados con respecto a la inversión. De 10 personas que cruzamos en la calle 7 no saben qué son los derechos laborales. La ley es obsoleta y hay que cambiar las reglas de juego. Los sindicatos lo saben porque pierden afiliados, tiene un universo cada vez más chico desde hace 15 años”.