El Máximo Tribunal tiene un antecedente, de 2010, en el que analizó el mismo artículo de la Constitución porteña que Jorge Macri debe cumplir (el 97). Como él nació en Tandil, está obligado a acreditar que residió en el distrito que aspira a gobernar.
El fallo anterior, que fue citado por el Tribunal Electoral en su decisión sobre Macri, le impidió competir por la jefatura de gobierno a Adrián Pérez, que pertenecía a la Coalición Cívica, liderada por Elisa Carrió.
Pérez tampoco había vivido en Buenos Aires los cincos años previos a las elecciones, pero él intentó otro argumento: dijo que completaba ese tiempo con los años que había alternado su residencia entre la Capital Federal y Azul. A Pérez le contestaron que esa residencia alternada no era la “habitual y permanente” que exige la Constitución.
El primo del expresidente fue por otro camino y recurrió al argumento de que podían ser cinco años cualquiera de su vida. ¿Qué dijo el fallo Pérez sobre este tema? Hubo opiniones encontradas de los jueces. Aquel fue un fallo dividido: dos ministros votaron en contra de la postulación (formaron la mayoría), uno a favor y dos dijeron que no correspondía tratar el planteo porque lo había presentado el propio Pérez cuando todavía no se había postulado.
Lo que se discutía entonces era si valía la residencia “alternada”, pero una jueza -que hizo el voto principal que le dijo a Pérez que no- fue muy clara cuando afirmó que el requisito se refería a “los cinco años anteriores a la elección”. Fue Ana María Conde, que ya no integra el tribunal. Con ese criterio, Jorge Macri no podría ser candidato.
El otro juez que votó en contra de Pérez adhirió a lo que había afirmado Conde y realizó además todo el análisis de las pruebas contando los cinco años desde la fecha de las elecciones para atrás. Es cierto que Pérez no había planteado el argumento de los cinco años cualquiera. Según la doctrina del fallo Macri del Tribunal Electoral, Pérez hubiera podido ser candidato si contaba el plazo desde 1989, cuando se instaló en Buenos Aires para ir a la facultad.
Después de aquella fecha, Pérez, al igual que Macri, compitió y fue electo en otro distrito (fue diputado nacional por la provincia de Buenos Aires), incluso en el período de los cincos años previos a las elecciones porteñas en las que aspiraba a presentarse. Lo mismo que Macri, que hace dos años fue elegido intendente de Vicente López, cargo para el que necesitaba “ser vecino del distrito con antigüedad de un año de domicilio anterior a la elección”.
Quiénes decidirán la suerte de Macri
El máximo tribunal porteño está integrado por Luis F. Lozano, Alicia E. C. Ruiz -considerados no especialmente afines al oficialismo porteño- y tres jueces nuevos, que sí han tenido nexos con el macrismo: Inés Weinberg de Roca, la presidenta, que había sido propuesta por Macri para ser la procuradora general de la Nación; Santiago Otamendi, que fue el número dos del Ministerio de Justicia durante la gestión de Garavano en el gobierno de Macri, y Marcela De Langhe, exdirectora del Instituto Superior de Seguridad Pública (que forma a los policías porteños), cercana a Guillermo Montenegro, hoy intendente de Mar del Plata, que fue quien puso en marcha la Policía Metropolitana como ministro de Justicia de Macri en la Ciudad. Antes de llegar al Tribunal Superior, De Langhe también hizo un vínculo en la Ciudad con Martín Ocampo, hombre de Daniel Angelici. De Langhe y Otamendi fueron los últimos en incorporarse, designados por Horacio Rodríguez Larreta.
Ellos cinco serán, en principio, los que resuelvan si confirman o no el fallo del Tribunal Electoral favorable a Jorge Macri.