El régimen militar hospitalario

El régimen militar hospitalario

Residentes y concurrentes atienden en consultorios y hacen guardias en hospitales públicos. Y lo hacen bajo un dispositivo que premia vigilar y castigar. Sin disidencias fuertes, y sin dormir, "naturalizan" la esclavitud.


"Hay que estudiar", aconseja un irónico Evaristo, para muchos brazo musical de la ETA, líder de La Polla Records, y uno de los padres del punk rock español. Un tipo cojonudo que sin titubear pide "cámara de gas" para el sector político y acérrimo crítico de la empresa-Iglesia. "Hay que estudiar algo con porvenir / una carrera con salida, de las miserias de la vida". Listo. Medicina, ahí tenés trabajo seguro. Médicos faltan en todos lados. Hasta en la extraña isla de Lost hay médicos, Jack, el tortuoso líder; bonachón, adicto a los remedios y el alcohol. Hasta médicos sin frontera piden. ¿Dónde hay que anotarse?

Pero la formación del médico no es sencilla. Años de exámenes eternos, en aulas enormes, en facultades que expulsan profesionales a un sistema que muchas veces no puede absorberlos. Los que lo hacen se transforman en residentes o concurrentes (ver recuadro). Ellos, los que nos atienden en las salas y guardias de hospitales públicos, se forman bajo una disciplina militar. Hacen su trabajo y el de sus superiores y suman una increíble cantidad de horas sin dormir que puede poner en peligro la vida de los pacientes. Es una organización verticalista, que rompe sistemáticamente una normativa que tiene más de 20 años.

La ordenanza 40.997 ?sancionada por el entonces Concejo Deliberante de la Ciudad en 1985- dispone: "Los residentes realizarán como mínimo una guardia por semana y como máximo una cada cuatro días". En el 2001 se modificó este artículo, gracias a la Ley 601, y recién el año pasado se reglamentó. "Los residentes realizarán como mínimo veinticuatro (24) horas de guardia y como máximo treinta y seis (36) horas de guardia por semana, gozando de doce (12) horas. de descanso tras veinticuatro (24) horas de guardia", estipula.

La realidad demuestra otra cosa: "Más de una vez tuve que hacer tres guardias durante la semana, y una más el fin de semana. Lo peor fue cuando me hicieron hacer ocho seguidas día por medio, y después de la guardia, trabajar como un día normal pero con el cansancio de no haber dormido casi nada, es decir, hacer historias clínicas, revisar pacientes, operar en casos de urgencia, en condiciones nada recomendables", asegura un residente del Hospital Argerich que prefiere reservar su intimidad.

También off the record, un médico que conoce al dedillo el sistema, expresó a Noticias Urbanas: "La ley dice que no pueden hacer esa cantidad de guardias, y está aprobada hace mucho. El problema es otro: la residencia es como la colimba; los de primer año hacen más guardias de las debidas y a medida que avanzan hacen cada vez menos, pero le hacen pagar el derecho de piso a los nuevos. Se pueden negar, pero no lo recomiendo, porque se les vuelve en contra: no los dejan operar o les dan menos actividad. Y eso irá en desmedro de la formación".

Este sistema, como todo, tiene un B side, un lado B, que hace foco en los médicos contratados (los que hacen sala), y los internos (a cargo de las guardias) en cada uno de los hospitales. Superiores en la cadena de mando, delegan responsabilidades y para muchos, son los culpables de reproducir este sistema, en gran medida, porque también lo sufrieron.

En declaraciones a NU, la directora de Capacitación de la Ciudad dentro del Ministerio de Salud, Kumiko Eiguchi, fue terminante a la hora de hacer cumplir la ley: pidió a los residentes que informen sobre las irregularidades en los servicios de atención. "Que hagan la denuncia. Después, nosotros seremos los responsables de hablar con las autoridades para que no haya residentes explotados ni precarizados".

"Tanto el ministro (Jorge Lemus) como yo tememos una gran cercanía con los alumnos; entendemos que las residencias y las concurrencias son la única posibilidad de formarse adecuadamente. Por eso estamos trabajando en algún tipo de mecanismo para regular y vigilar el sistema, porque más allá de que sea algo que está establecido, no puede ser que no se respete el descanso y se ponga en peligro la salud (del médico) y la de los pacientes", agregó.

MARCHA POR SUELDOS Y CONCURRENTES

Hace poco menos de un mes, un importante grupo de residentes y concurrentes de los hospitales Elizalde, Gutiérrez, Alvear, Sardá, Penna, Ramos Mejía, Muñiz, Argerich, Borda, Álvarez, Santojanni, Vélez Sárfield, Pirovano, Moyano y Piñero, entre otros, realizaron una protesta frente a Jefatura de Gobierno, donde reclamaron una serie de medidas para el sector.

Pidieron por mejoras salariales y un marco legal para los concurrentes. "No se los reconoce como trabajadores, pero se les exige el pago del seguro de mala praxis, que deben pagar con el sueldo que no les pagan. Tampoco tienen Aseguradora de Riesgo de Trabajo (ART), con lo cual si se accidentan, no tienen ningún tipo de cobertura", asegura a este medio uno de los integrantes de la flamante Asociación de Profesionales en Formación.

También reclaman por otra violación a la normativa, el franco post guardia, "que nunca se cumple" y, además, una "mejora salarial genuina, porque ganamos mucho menos que otros trabajadores como los maquinistas de subte o los conductores de colectivos".

"Hace más de cuatro meses que solicitamos un reencasillamiento. Nuestro salario está estipulado en función de un sueldo básico de un médico de 24 horas semanales y como residentes cumplimos con un régimen de 70 horas semanales como mínimo, llegando algunas especialidades a trabajar 90 horas semanales. Decimos basta a la utilización de los profesionales en formación como mano de obra barata para tapar las deficiencias del sistema de salud".

Sobre la situación legal de los concurrentes, la doctora Kumiko aclaró que la relación "no es de trabajo, sino de formación, una formación que en muchos países es paga", y que el seguro de mala praxis lo tienen que sacar todos los egresados porque es una forma de estar cubiertos legalmente. De todas formas, agregó, "como no son contratados por el GCBA (como los residentes), no podemos darles ART, pero estamos trabajando para otorgar un seguro como trabajadores del hospital".

Desde la Asociación de Profesionales en Formación aseguran que no encontraron, en los funcionarios porteños, una respuesta satisfactoria a los reclamos, y convocaron a otra movilización para el próximo 12 de junio. Desde las 10, se hará una asamblea en Plaza de Mayo y se decidirá marchar a Jefatura de Gobierno o al Ministerio de Salud. Como una colimba, sí, pero a diferencia de la militar (donde estaba prohibido desertar pero algunos desertaban), ésta es optativa pero tramposa: el sistema de residencias médicas del sistema de salud porteño, implica un signo de distinción o prestigio, a diferencia del bonaerense, o los del interior del país, o los privados -y también respecto de cantidad de países latinoamericanos. Pero ¿a qué costo? El problema no se pude ligar a un gobierno ni a una línea partidaria. "Y así es la vida, ¿qué le vas a hacer?".

QUIÉN ES QUIÉN

En la UBA, la carrera de Medicina dura seis años además del CBC. Luego se hace otro año de formación, el Internado Anual Rotatorio (IAR), y recién allí se jura y consigue la matricula profesional. La mayoría busca especializarse y el sistema de salud porteño abre una serie de vacantes para residentes, que se ocupan por mérito a través de un examen.

Una vez en el sistema, los residentes deberán hacer entre tres y cuatro años más de formación, pero esta vez dentro de un hospital público, percibiendo honorarios y beneficios sociales. Esto no sucede con los concurrentes, que también son médicos, pero no alcanzaron una vacante de residencia. Trabajan a la par que los últimos, pero no cobran, ni tienen ART, ni seguro médico. Su beneficio es la formación.

(PUBLICADO ORIGINALMENTE EN EL SEMANARIO NOTICIAS URBANAS Nº 139, DEL 05/06/08)

Te puede interesar

Qué se dice del tema...