Proyecto para restituir el nombre del barrio Presidente Perón de la Comuna 12

Proyecto para restituir el nombre del barrio Presidente Perón de la Comuna 12

Presentaron el proyecto de ley en la Legislatura porteña.


Los legisladores del Frente de Todos (FdT), Berenice Iañez, Claudio Morresi y Claudio Ferreño, junto al precandidato a miembro de la Junta Comunal 12 Pablo Ortiz Maldonado, la coordinadora de la Feria de Emprendedores del Barrio Perón Ximena Merlo y el padre Domingo Bresci presentaron el miércoles de la semana pasada un proyecto de ley para restituir el nombre del barrio Presidente Juan Domingo Perón de la Comuna 12. También estuvieron presentes en el evento los precandidatos a miembros de dicha comuna y vecinos y vecinas del barrio. Además, el historiador Norberto Galasso mandó un emotivo mensaje de adhesión al acto en el que recordó al Padre Hernán Benítez, primer párroco del barrio.

En noviembre de 1949, en los suburbios de la entonces Capital Federal, nació un barrio con características únicas. El gobierno peronista se propuso crear en un perímetro delimitado por la Avenida General Paz, la hoy Constituyentes y Crisólogo Larralde un área residencial compuesta por chalets californianos, basados en el modelo arquitectónico conocido como “ciudades-jardín”.

Se hicieron en total 428 casas, con distintos modelos. Sus residentes fueron mujeres con hijos, o familias que eran escogidas por intermediación de los sindicatos o la Fundación Eva Perón, que diseñó y financió el proyecto. Las casas se entregaron mediante créditos del Banco Hipotecario. Era la primera vez en la que la clase obrera habitaba viviendas de este tipo, tradicionalmente reservadas a las clases más acomodadas.

El comunero Pablo Ortiz Maldonado aseguró que “hoy estamos poniendo otra piedra fundacional porque lo que vamos a intentar es restituir el nombre original del barrio Perón, sin sustituir el nombre de Cornelio Saavedra. Queremos que estén los dos nombres. Nos parece que hay una reivindicación histórica, una defensa de nuestra identidad y es algo que queremos hacer para repudiar a la dictadura de Aramburu, a todas las dictaduras y para defender a los derechos humanos”.

La diputada porteña Berenice Iañez sostuvo que “como legisladora de la Ciudad me toca acompañar muchas luchas de compañeros y compañeras que viven en villas y en barrios aún no urbanizados ni integrados de manera socio-urbana. Y la verdad que el contraste de lo que significaba el peronismo en el acceso a la vivienda digna para el pueblo trabajador es un gran rumbo. El proyecto de restitución del nombre al Barrio Presidente Perón nos trae memoria, identidad y pero también nos trae futuro. No debe ser sólo el mercado quien debe abocarse a la construcción de vivienda nueva ya que no garantiza su acceso, en tanto derecho fundamental, para una vida digna del pueblo trabajador”. 

El legislador Claudio Morresi declaró que “en democracia tenemos que reparar los crímenes aberrantes que realizaron las dictaduras. Y entre las atrocidades que hizo la dictadura de esa época está cambiar el nombre del barrio. Y haremos justicia cuando levantemos la mano para restituir el nombre” y su compañero de bloque, Claudio Ferreño, agregó que “es un orgullo que se restituya el nombre. No tenemos que olvidar nunca ni de dónde venimos ni para dónde vamos”.

Para finalizar, el padre Domingo Bresci aseguró que “esta es una lucha por la identidad. Eso no es poca cosa. Una de las primeras cosas que hizo la Revolución Fusiladora fue el decreto 4161 y con eso se intentó borrar todo: nombres, cosas. Y esa lucha por la identidad forma parte de la lucha por la memoria, la verdad y la justicia.”

Las viviendas del barrio tenían que cumplir una norma primordial: no podían superar en altura a la cúpula de la iglesia San Juan Bautista el Precursor. El templo católico actuaba de “vigía”: estaba en el centro geográfico del barrio, frente al parque (hoy denominado Carlos Mugica).

El Barrio Perón tenía una funcionalidad particular: estaba hecho para autoabastecerse. Dentro de su superficie se encontraba un centro comercial, una estación de servicio, un garage, una sucursal del correo, una farmacia y hasta un cine-teatro. La Escuela Naciones Unidas Nº19 es otro de sus símbolos, ya que allí asistían todos los niños y niñas del barrio. De esta manera, los vecinos tenían todos los servicios dentro de la zona y no era necesario que se movilicen a otros barrios.

En 1955, luego del bombardeo a la Plaza de Mayo y el golpe de estado de la popularmente denominada Revolución Fusiladora, el Gobierno de facto modificó el nombre del barrio, que pasó a llamarse Cornelio Saavedra, y comenzó a cambiar su fisonomía. Además, al no poder pagar los créditos de las viviendas, algunos de los habitantes originales fueron siendo expulsados. Posteriormente, otros residentes aprovecharon el aumento del valor de las propiedades y las vendieron, dando lugar a variaciones en la arquitectura de las casas.

Hoy el barrio conserva parte de esas características arquitectónicas que lo hacen único en la Ciudad de Buenos Aires, sumado a su buen acceso desde General Paz. Además, es uno de los pulmones verdes de la Ciudad, un modelo de viviendas inclusivas y un símbolo vivo de políticas públicas que promueven la igualdad.

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