Declaró el sobrino de Chabán

Declaró el sobrino de Chabán

Andrés, sobrino del imputado Omar Chabán, declaró este viernes en calidad de sobreviviente del incendio, aunque realmente sus tareas fueron de empleado. No implicó a su tío y su mano derecha, Raúl Villareal. Sí le apuntó al manager de Callejeros.


En la segunda audiencia en este año del juicio oral y público por las muertes de Cromañón declaró el sobrino del imputado Omar Chabán. Andrés, el tercero en declarar este viernes y que lo hizo por más de una hora. Durante su intervención no implicó a su tío, el gerenciador del lugar, y además llegó a plantear que Chabán rescató a los espectadores que se autoevacuaron el 30 de diciembre de 2004.

De 29 años, con barba tupida y pelo corto, se presentó Andrés en el lugar de los testigos que conforman la ronda de sobrevivientes, aunque llama la atención esa configuración de la justicia porque declaró que fue empleado de su tío, aunque no le pagaba un salario, y puntualmente el día del incendio atendió la barra de bebidas, en el primer piso del boliche.

"Llegué a Cromañón a las 21 y a las 22.50 me fui para Cemento (el otro boliche a cargo de Chabán pero en el barrio de Constitución). A las 23.15 me llama una mujer y me dice que hubo un accidente en Cromañón. Cuando llegó lo veo a mi tío parado en las puertas estilo cine. Le preguntó por mis primos y mi viejo que trabajaba allí. Él estaba muy preocupado por su familia", comenzó su relato Andrés ante el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 24 en el Palacio de Justicia.

Luego a lo largo de su relato el sobrino de Chabán demostró que no quería imputar a su tío, como tampoco a su mano derecha y jefe de seguridad, Raúl Villareal. "Villareal nunca dio seguridad en Cemento y Cromañón. Nada más estaba en boletería. La seguridad era de Callejeros lo sé por las pecheras. Adentró del boliche no sé quien hacia el control".

Con respecto a la pirotecnia, su declaración se tornó olvidadiza. "No recuerdo que usaran pirotecnia", sostuvo Andrés, que conoce Cromañón desde el día de su inauguración, como así Cemento desde adolescente, y que contradice a cientos de testigos previos que cuentan la magnitud del uso de bengalas, candelas y tres tiros.

Por la cantidad de espectadores en el boliche de Once,el sorbino de Chabán señaló: "No tengo presente la dimensión de gente que había". Por otro lado, en el transcurso de su historia dio cifras nunca antes escuchadas. "Eran entre 500 y 600 cuando me fui a las 22.50".

Otros datos hasta el momento no relatados pese a que los presidieron cientos de testigos fue que Andrés vio una luz de emergencia "detrás de la barra" y que su tío "entre la 1 y 1.30 estaba sacando gente". También, en contradicción con otra decena de sobrevivientes reales, manifestó que "se podía respirar y se veía como si hubiera neblina".

Otro pasaje confuso se dio cuando señaló que nadie le indicó ir a Cemento y después que su tío le dijo "que ya estaba lleno de gente, que fuera a Cemento".

A quien sí implicó fue la manager de Callejeros, Diego Argañaraz, al revelar que "el manager dejó pasar a un grupo de cinco chicos en cuero. Después, cuando volví a Cromañón, lo vi al manager y me preguntaba por Pato, dónde estaba Pato".

En Cromañón Argañaraz tenía a su entonces esposa Romina Branzini, quien falleció en el incendió. Justamente la madre de Romina, Yoly, declarará en la próxima audiencia contra quien fuera su yerno.

SOBREVIVIENTE Y MADRE DE UNA VÍCTIMA

Amelia Borras, es la única madre de una víctima fatal de Cromañón y a la vez sobreviviente de la mayor tragedia no natural de argentina. Otra de sus particularidades es que se presentó a declarar con la misma ropa del día que marcó su vida para siempre: Una remera blanca con manchas de tierra en la espalda, un jean celeste gastado y zapatillas que alguna vez fueron blancas.

Amelia dio un testimonio que emocionó a los presentes. Sus dos hijas menores de edad junto a ella subieron al primer piso. Cuando se produce el incendio intenta bajar por las escaleras "que era un enjambre de gente. Ahí le pido a dios que me llevé a mi y no mis hijas". Amelia se perdió de sus hijas. Nunca pierde el conocimiento y por ello sabe que un chico la agarró de la remera y la llevó "hasta donde se veía un puntito de luz. Era la calle".

Desde afuera empezó a gritar desaforadamente, "tanto que me hice encima", declaró sin ningún pudor y sí con un dolor que mantenía callada las murmuraciones habituales de la sala.

Amelia encuentra a su hija Cynthia que estaba desmayada en la calle. Le comienza a dar respiración boca a boca. "Ninguna ambulancia, en Latino 11 (un boliche sobre Ecuador casi esquina Bartolomé Mitre) estaban los chicos tirados como bolsas de papa". De allí se va con su hija a un locutorio de la avenida Rivadavia. No le cobran la llamada que hace a su marido. Como no pasaban taxis y colectivos le dice a un conductor que le paga lo que sea para que lleve a su hija. Amelia retoma a Cromañón y allí es cuando vuelve a ingresar sucesivamente al boliche.

"Sentí la muerte encima. Lo único que pido a Dios y al Tribunal es justicia", remató Amelia en su declaración. Luego confirmó que había un patrullero en la puerta de Cromañón y que por declaraciones de un seguridad funcionaba un solo extractor de aire.

INTEGRANTE DE LA FAMILIA PIOJOSA

La última y cuarta testigo, Paula, reconoció que pertenecía al grupo de fans "La Familia Piojosa". "Con el Fondo No Fisura éramos amigos pero los grupos se dividieron por una pelea en Hangar (un estadio cerrado de rock en Liniers) que no conozco". Ella reconoció además que los grupos entraban pirotecnia pero no dio más precisiones.

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