La incertidumbre por lo que pasará con la Ley de Alquileres abrió un nuevo capítulo. Si bien la oposición logró imponer su proyecto y se quedó con el triunfo en la Cámara de Diputados, lo cierto es que lo que puede suceder en el Senado genera una serie de interrogantes. Allí, el oficialismo – aunque quedó debilitado por la fuga de cinco legisladores nacionales – intentará negociar para habilitarle el debate a la oposición en el recinto.
Aunque, este martes, el plenario de las comisiones de Legislación General y de Presupuesto y Hacienda se reunirá a las 17 para comenzar el debate sobre el proyecto. Cabe destacar que aún la comisión de Legislación General no está conformada, así que, primero, se deberán asignar a sus autoridades y, luego, se iniciará el trabajo en el plenario.
Sin embargo, la oposición desconfió de la rapidez de la convocatoria – teniendo en cuenta la baja actividad del Senado – y puso el foco en las intenciones del FdT de avanzar con el pliego de la camarista Figueroa, que cumplió los 75 años. En tanto, la magistrada es una pieza clave en la causa Hotesur – Los Sauces, quien la tiene como protagonista a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
En su momento, el FdT había negociado con el senador Eduardo Kueider (Unidad Federal) tratar su proyecto sobre la reducción de las tarifas eléctricas a cambio de que su bloque de cinco miembros diera quórum y así poder aprobar los 75 nombramientos en el Poder Judicial, que quedaron pendientes, entre los que se encuentra Figueroa.
Aquella sesión que iba a realizarse quedó en la nada y, ahora, desde el oficialismo ven una ventana abierta para incorporar los pliegos. Habrá que ver qué hará la oposición y si conseguirá los votos para aprobar el proyecto de Ley de Alquileres en el Senado.
Una vez más, la clave estará en qué hará el bloque de Unidad Federal y si la oposición logrará repetir el triunfo de Diputados, aunque las expectativas no son tan ambiciosas. Por otro lado, el FdT tendrá que decidir cuál camino tomar, si insistir con su propio proyecto – que no fue aprobado en la Cámara baja -, dar la batalla por perdida, pero negociar el pliego de la jueza o desistir y no ir por ninguna opción.