En ese contexto, Melconian salió a la cancha. Durante los primeros minutos, luego de que Bullrich hiciera sonar el silbato y habilitara su ingreso, el economista de la Fundación Mediterránea no optó por jugar con los tapones de punta. Pero mostró un entusiasmo no exento de experiencia y prudencia, al tiempo que exhibió vocación tanto para marcar en zona a Milei, si fuera necesario, como para soltarse en busca del gol en el arco rival.
Las declaraciones públicas que salieron de boca de Melconian pusieron de manifiesto que, aunque no lo mencione personalmente, su objetivo inicial es contrarrestar algunas ideas del líder de La Libertad Avanza (LLA). Cuando fue consultado acerca de si hay que prenderle fuego al Banco Central, como sugiere Milei, recurrió a una explicación tan insólita como didáctica.
“Es como cuando vos subís al colectivo y siempre viene lleno. Pensás cómo puedo hacer para que me den el asiento y te cortás una gamba. Entonces subís al colectivo y te dan el asiento porque te falta una gamba. ¡Sos un boludo!”, reflexionó.
“Si el problema es que al Banco Central se lo fuman, lo que hay que impedir es que se lo fumen, no cerrarlo”, señaló, tras puntualizar que si en el mundo hay 180 países que tienen bancos centrales y en ninguno lo cerraron no debería haber motivos para hacer eso en la Argentina.
Fuera de esa definición y de la decisión de avanzar hacia un bimonetarismo en lugar de hacia una dolarización de la economía, el hipotético ministro de Economía de Bullrich se preocupó especialmente por garantizar que su plan es “realista y realizable”, que es “implementable, práctico y no dogmático” y que representa “una luz al final del túnel y no un salto al vacío”.
Se trata de una clara apuesta por llevar previsibilidad frente a las dudas que merecen en distintos sectores empresarios y de la sociedad las drásticas reformas que propone Milei, en cuanto a su aplicabilidad.
Por un lado, las palabras del economista buscarían contribuir a calmar las aguas dentro de la coalición opositora, tendiendo fundamentalmente un puente hacia dirigentes del radicalismo que no serían tan partidarios de propuestas más afines a la ortodoxia liberal. Por otro lado, apuntarían a situar a Bullrich y su equipo en el centro ideológico del escenario político.
Del mismo modo, marcaron diferencias con la propuesta de Milei. “El punto no es cerrar el Conicet o Aerolíneas Argentinas –explicó Melconian–, sino sacar a los ñoquis, administrarlos bien y no gastar más de lo que entra”.
Y advirtió, en una elíptica referencia al líder libertario: “Ojo con los que venden espejitos de colores y chapucería barata para llegar”.
“Listos para desembarcar”
“Estamos listos para desembarcar con un plan que bajo un determinado liderazgo político, que era lo que faltaba –dijo, en referencia a Bullrich- saque a la Argentina de la postración”. En otro pasaje, el economista prometió “desenredar la telaraña impositiva y cambiaria”, enfatizó Melconian.
En otro tramo, afirmó: “lo que tenemos que hacer no es el ajuste, que es lo que está ocurriendo; nosotros venimos por la solución”.
“Hay un plan, hay un programa, es realista, es implementable, tiene sentido común, es práctico y no es dogmático. Tiene horizonte, futuro, luz al final del túnel. No estamos frente a un salto al vacío”, concluyó el economista.