Alberto en la ONU: “La arquitectura financiera apuesta a la especulación”

Alberto en la ONU: “La arquitectura financiera apuesta a la especulación”

El Presidente brindó su cuarto discurso ante la Asamblea General.


El presidente Alberto Fernández se presentó ante la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) y realizó un discurso que incluyó críticas a la arquitectura financiera internacional y a la especulación con los alimentos, y sostuvo que los poderes económicos “sólo buscan imponer las mismas políticas ortodoxas que profundizaron la desigualdad y la miseria en el mundo”.

El jefe de Estado hizo su cuarta y última aparición ante el órgano máximo de la ONU con palabras que recogieron demandas históricas de la Argentina -como Malvinas y las causas de los atentados a la embajada de Israel y la mutual judía AMIA-, a las que sumó conceptos que motivaron buena parte de sus últimas intervenciones ante diversos foros internacionales, en especial la necesidad de reforma a las entidades de crédito internacional.

“Los problemas del mundo exigen soluciones. Ya diagnosticamos los problemas. No podemos seguir hablando de ellos mientras caminamos en una cornisa”, señaló el Presidente.

Si bien el discurso atravesó multiplicidad de temas, el núcleo central estuvo en las críticas al sistema financiero que, según entiende Fernández, “no demuestra voluntad de adaptarse a un mundo que quiere recobrar equidad perdida”, sino que “sólo busca imponer las mismas políticas ortodoxas que profundizaron la desigualdad y la miseria en el mundo”.

“La arquitectura financiera mundial solo sirve para concentrar el ingreso y para marginar vastas regiones del mundo. Apuestan a la especulación antes que al desarrollo. Propician la mano de obra barata antes que la dignidad del trabajo”, disparó el titular del Ejecutivo nacional quien, tan sólo dos horas antes, había pedido cambiar los estatutos del Fondo Monetario Internacional (FMI) frente a la titular del organismo, Kristalina Georgieva.

Recordó que el FMI sube “sus intereses cada vez que la Reserva Federal americana sube sus tasas para contener la inflación de su país”.

Fernández reiteró también lo dicho en las recientes cumbres del G20 en la India y del G77 + China en Cuba, cuando destacó que “la especulación financiera” intoxica el mercado de nutrientes y depara “una mayor renta para unos pocos e inestabilidad y miseria para millones de seres humanos”.

“Debemos eliminar las distorsiones producidas por subsidios y debemos prohibir que los alimentos sean objeto de la especulación financiera. Ambas cosas desalientan las inversiones necesarias para aumentar la producción que ayude a satisfacer la creciente demanda mundial de alimentos”, agregó.

Fue extensa su intervención respecto de la “Cuestión Malvinas”, cuando reafirmó “los legítimos e imprescriptibles derechos de soberanía de la República Argentina sobre las Islas” del Atlántico Sur y los espacios marítimos circundantes.

“Lamentamos que el Reino Unido continúe rehusándose a reanudar las negociaciones. Cuestionamos que siga desarrollando actividades unilaterales de exploración y explotación de recursos naturales en el área en disputa contradiciendo así la resolución 31/49 de esta Asamblea, así como también con su presencia militar en el Atlántico Sur”, apuntó.

Además de reafirmar el compromiso argentino “con la solución pacífica de esta anacrónica situación colonial”, informó que se ha propuesto al Reino Unido “una renovada agenda bilateral sobre el Atlántico Sur que supone un proceso formal de diálogo que incluya, entre otras, la cuestión vinculada a la reanudación de las negociaciones sobre la soberanía”.

En otro orden, reafirmó el compromiso argentino “en materia de igualdad de género y diversidad, como una condición indispensable para el crecimiento y el desarrollo sostenible a nivel nacional e internacional con un enfoque de derechos humanos”.

“El lema de la Agenda 2030 es que nadie quede atrás. Que nadie pierda para siempre el camino de la justicia y el desarrollo. Estamos convencidos de que es un noble objetivo que vale para los individuos y vale para los pueblos. Pero por favor, no lo convirtamos en letra muerta. Después, el arrepentimiento no repara las vidas estropeadas, las vidas sin futuro, y mucho menos las vidas perdidas”, concluyó.

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