El cepo a las importaciones hizo sonar la alarma el sector de importadores y proveedores de la salud. En un comunicado conjunto, las cámaras que representan a las empresas involucradas en la importación y suministro de productos médicos y de diagnóstico expresaron su preocupación por las dificultades actuales en la obtención de permisos de importación (SIRA) y el acceso al Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), lo que podría llevar al país a un inminente riesgo de desabastecimiento.
Las razones detrás de esta preocupación son varias y van desde las demoras en la aprobación de los permisos de importación (SIRA) hasta la imposición de plazos de pago de hasta 365 días, condiciones que la mayoría de los proveedores extranjeros rechaza. Además, la falta de claridad en cuanto a las fechas de acceso al MULC y las inexplicables reducciones en los índices de Capacidad Económica Financiera (CEF) asignados a las empresas han generado una parálisis en el proceso de importación.
Las empresas importadoras del sector, explicaron que también se enfrentan a numerosos errores e inconsistencias en los sistemas informáticos de la AFIP al tramitar pagos, lo que agrava aún más la crisis.
Esta situación ha hecho que desde el sector médico denunciaran que “por las actuales restricciones normativas y cambiarias se les impide el normal abastecimiento al sistema sanitario, lo cual afectará en forma inminente la realización de análisis clínicos obligando a suspender intervenciones tales como trasplantes y cirugías, poniendo en riesgo de vida a los pacientes del país”.
Los laboratorios y empresas médicas denunciaron que “el impacto por la escasez de este tipo de productos críticos es muy importante y que impactan gravemente en el sistema de salud y, en definitiva, sobre los pacientes, debido al inminente riesgo de desabastecimiento de nuestros productos repuestos e insumos indispensables para el funcionamiento de equipos y la realización de diagnósticos y tratamiento”.
Los voceros agregaron que, “frente a esta situación límite, nos vemos en la obligación de cumplir con el compromiso de alertar sobre el riesgo real para la salud de los pacientes a todos aquellos actores de la cadena de valor sectorial que cumplen la noble e indispensable tarea de atenderlos y procurar su bienestar”.
Si bien las entidades tuvieron diversas reuniones con diferentes áreas del Estado, al momento no pudieron resolver la situación que aqueja al sistema de salud, a partir de la escasez de divisas que resultan indispensable para atender el pago de insumos básicos y críticos como los que intervienen la cadena de valor del sistema de diagnóstico y tratamiento médico.
Distintos sectores en crisis
La Confederación de Asociaciones de Diálisis de la República Argentina (Cadra) advirtieron que, por la falta de insumos, podía entrar en riesgo el tratamiento de 30.000 pacientes de diálisis.
“No se trata de una amenaza, simplemente es un dato de la realidad. Lamentablemente, las últimas medidas oficiales prometen agravar el escenario. Los insumos médicos se venden en cuentagotas porque aumentan semanalmente y los proveedores desconocen los precios del mismo producto siete días después”, explicaron desde la entidad.
En tanto que dos cámaras vinculadas a las cirugías cardiovasculares se sumaron al reclamo por los problemas para importar insumos médicos, en este caso “vitales” para las intervenciones. Distintos sectores manifestaron en los últimos meses situaciones similares y el contexto se agravó con la devaluación. En los últimos días surgió una nueva polémica en el sector: más de 30 asociaciones médicas anunciaron un nuevo “honorario médico ético mínimo” para la consulta profesional de 6.000 pesos.
Esta vez el reclamo estuvo encabezado por el Colegio Argentino de Cirujanos Cardiovasculares (CACCV) y la Asociación Civil de Cirugía Vascular y Angiología de la Argentina (ACCVAA) desde donde advirtieron “la difícil situación que atraviesan y enfrentan para el ingreso de materiales vitales para el desarrollo de las diversas o múltiples terapéuticas intervencionistas por un lado y las difíciles respuestas que los profesionales debemos dar a nuestros pacientes y sus familiares por las demoras, cambios en turnos, etc., por el otro”.
Las entidades agregaron que “la escases de recurso económicos en divisas de nuestro país es la base real de esta situación, pero además, debemos sumar el complejo entramado burocrático y hasta a veces disuasorio de los mismos, las dificultades en cambios arancelarios, etc., sumados a un dificultosos proceso burocrático descentralizado y desordenado para la toma de decisiones y en particular en la visualización de priorizaciones y respuestas a las necesidades primarias”.
“En los hechos las respuestas se ligan indistintamente y según las circunstancias a un devenir entre las Aduanas y el Ministerio de Economía y viceversa, todo ello en un marco de escasa inserción y desamparo decisorio del Ministerio de Salud de la Nación”, aseguraron.
“Esta situación no puede continuar, pues se encuentra en juego el patrimonio constitucional de la Salud de nuestra población adulta y pediátrica. La Salud no es una variable de ajuste económico o financiero”, detallaron las entidades.
Los prestadores de salud
Desde la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de la República Argentina (ADECRA) su titular, Jorge Cherro, sostuvo que las restricciones vigentes, combinadas con la devaluación y el proceso inflacionario acelerado, van camino a paralizar por completo el sistema de salud.
“Con las últimas medidas económicas, estamos caminando hacia la destrucción de lo que queda del sistema privado de salud, que atiende a 7 de cada 10 argentinos”, aseguró. El directivo remarcó que la suba del dólar oficial provocó un aumento “astronómico” en los precios de los insumos, y que ese mismo incremento disparó los faltantes.
Cherro sostuvo que hay escasez de “placas, jeringas, faltan prótesis y se reprograman cirugías. El stock es crítico”. A su entender, “en Argentina estamos flojos de papeles para la fabricación de jeringas. Los insumos son importados. Estamos advirtiendo de la problemática que tenemos, es similar a lo que sucedió en 2001”.
Lo dramático del escenario fue expuesto, también, por los operadores nucleados en la Cámara de Instituciones de Diagnostico Medico (CADIME), desde donde se advirtió que la demora en la entrada al país de insumos estratégicos para el sector de la salud “está generando una interrupción en el suministro de prestaciones médicas”.
A través de un comunicado la entidad consideró “inminente el riesgo de desabastecimiento de productos indispensables para el diagnóstico y tratamiento de miles de pacientes que atienden las pymes prestadoras del sector de todo el país”.