El abogado Julio Virgolini, defensor de la jueza porteña Rosa Parrilli, pidió al Jurado de Enjuiciamiento que "sean valientes y enfrenten a la presión pública", y que "rechacen" el pedido de remoción de la magistrada y le apliquen "a lo sumo una falta disciplinaria".
Parrilli no usó su derecho a expresarse ante el órgano judicial, que se estableció por primera vez, mientras su abogado anunció que independientemente de la sentencia que se conocerá el miércoles a las 12.30, la acusada tomará "licencia psiquiátrica" antes de retornar, eventualmente, al juzgado a su cargo.
El alegato del abogado Virgolini culminó a las 19, tras la ponencia de su colega Juan Pablo Alonso quien durante casi una hora refutó la acusación de la fiscalía acerca del mal desempeño de su función por parte de Parrilli.
Por la mañana, el fiscal Gabriel Vega había pedido la remoción de Parrilli, jueza penal, contravencional y de faltas de la Ciudad, por insultar y discriminar a dos empleadas del área de tránsito del gobierno porteño cuando debía pagar una multa por dejar el auto mal estacionado.
El tribunal presidido por José Osvaldo Casás y con los vocales Pedro Kesselman, Eduardo Awad y Leandro Vergara, del Colegio Público de Abogados porteño; Diana Maffía, Martín Borrelli y Raúl Puy, de la Legislatura; Guillermo Treacy y Eduardo Russo, del Poder Judicial; y María Roldán y Alberto Lucchetti, del jurado, escuchó esta tarde a los abogados de la defensa.
La acusada, segón informó Télam, ingresó al recinto cinco minutos después de iniciado el último tramo del jury, cuando las cámaras fotográficas se habían retirado, permaneció en silencio, serena y sólo mostró cierta inquietud con el movimiento de sus piernas en algunos momentos.
Alonso rechazó el argumento de mal desempeño esgrimido por la acusación, endilgable, dijo, cuando está "vinculado a la función judicial" y sostuvo que "se requiere reiteración" y si la falta juzgada "es aislada debe ser gravísima".
Según el abogado, el caso en cuestión "claramente es ajeno (a la función judicial), aislado y sin gravedad", aunque reconoció que se trataba de un hecho "socialmente disvalioso" que a la propia magistrada "avergüenza", tras lo cual listó acciones de Parrilli en torno al episodio: se disculpó con las agraviadas, con la magistratura y no interfirió la investigación. Luego expuso causas "subjetivas" del episodio protagonizado por Parrilli: enfermedad oncológica de una hija con posibles complicaciones con Gripe A (en septiembre), distancia de otro hijo -vive en Holanda-, ingesta de fármacos y tratamiento antitabáquico. Tras referir la historia de vida de la magistrada y destacar la "excelencia técnica" en el desempeño de sus tareas, Alonso habló de la "sobreactuación de las víctimas" y sostuvo que si las empleadas habían "caricaturizado" a la jueza mal podían sentirse "amedrentadas", como alegaron más tarde.
Virgolini durante su alegato cargó fuerte contra la prensa al considerar que "convirtió un episodio coyuntural en un reclamo ético. Una estupidez en un drama de interés nacional. Y arrojó la fama a los perros sin averiguar qué pasó, sin consideración" por la acusada.
También se preguntó por "la gravedad" del episodio al que consideró "una estupidez carísima en la que sólo ganaron los periodistas que se hicieron un banquete, los políticos que usaron el video que sospechosamente llegó a todas las redacciones".
Pero "un juicio es un juicio y ante todo debe ser justo, por eso pedimos que se aplique a lo sumo, una falta disciplinaria", argumentó el defensor de Parrilli y pidió a los miembros del Tribuna de Enjuiciamiento que "sean valientes y enfrenten a la presión pública"