El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, comienza a delinear la conformación de su nuevo Gabinete y para la utopía presidencial 2027. Sergio Berni, en Seguridad, es la incógnita más sugerente. Los demás casilleros, sin demasiados conflictos. En ese reperfilado queda atenuada la participación de Máximo Kirchner. Y en retirada el socio del diputado en el PJ bonaerense, Martín Insaurralde, exjefe de Gabinete e intermediario de intendentes del Conurbano, hasta su costoso viaje de turismo a Marbella, en compañía de una modelo, que deriva en un embrollo judicial.
Ambos sostenían una parcial intervención en la administración del gobernador, después de la derrota legislativa 2021. Con el resultado de las generales del 22 de octubre, Kicillof está en condiciones de imponer condiciones.
Coronaría la primera exploración en marzo 2024, cuando venza el mandato de Máximo en el PJ provincial y desde los municipios amigos requieran que asuma el poder partidario. Sería la composición de “la canción nueva” que alentó el gobernador en setiembre. Entonces, el hijo de Cristina Kirchner desconoció la partitura: “No me dedico a la música”, respondió al convite.
Es la pulsión latente en Unión por la Patria (UP). ¿Qué hará Cristina? En lo inmediato procurar que Martín Mena asuma en el ministerio de Justicia provincial. Su obsesión son los expedientes. Mena remplazaría a Julio Alak, que el 7 de diciembre toma atribuciones en la Municipalidad de La Plata.
La vicepresidenta no pondrá obstáculos a la continuidad de Andrés “Cuervo” Larroque en la cartera de Desarrollo Social. Hace rato que el ex secretario general de La Cámpora no reporta a la agrupación. Se transformó en incondicional del proyecto de Kicillof. Incluye una eventualidad de creación del superministerio de Gobierno, a la hechura del “Cuervo”, pero nadie se anima a tanta provocación.
Por las dudas, en caso de formalizarse el traslado, los camporistas preparan a Fernanda Raverta para el remplazo. La responsable del Anses ocupó ese ministerio durante los primeros meses de gobierno de Kicillof, pero en mayo de 2020 renunció para manejar la seguridad social del país.
Nuevo eje de poder
Hay una reconfiguración del poder en marcha. Del trípode en equilibrio de fuerzas entre Kicillof, Sergio Massa ministro y candidato, con Máximo en equilibrio dificultoso, sólo queda algún vestigio de acuerdo. Suficiente para la forma, pero incompleto en el desarrollo.
Massa seguirá como representación de un sector del peronismo, todavía inestimable, con base en Provincia. En su mejor momento colocó a su cuñado, Sebastián Galmarini, en el directorio del Bapro. También a Daniel Chillo en el Tribunal de Cuentas, organismo que audita a los municipios, y hasta hace pocos días pugnaba por instalar a Rubén “Turco” Eslaiman en la presidencia de Diputados. El trámite naufraga por el peso de la investigación de las tarjetas de supuestos empleados de la Legislatura que operaba Julio “Chocolate” Rigau, que compromete a dirigentes del Frente Renovador massista.
Queda pulsear el arribo de Gabriel Katopodis, exministro de Obras Públicas, histórico del Frente Renovador, al área de Infraestructura. En cambio, Jorge D’Onofrio permanecerá en Transporte con el soporte del presidente frustrado. Quedan apenas horas para las últimas decisiones.
Alberto Sileoni, en la Dirección de Escuelas, espera el llamado para la renovación de contrato. Entre el tironeo, Kicillof acomoda las cargas.
El gobernador se manejará, como en estos últimos meses, con el aro protector de Carlos Bianco, en la jefatura de Asesores, y Cristina Alvarez Rodríguez en Gobierno.
La sobrina nieta de Eva Duarte es tramitada en el rumoreo para Infraestructura, por la salida de Leonardo Nardini, que debería volver a Malvinas Argentina como jefe comunal. Nada está firme en el área. Menos aún con el presupuesto limitado que exigirá el recorte de la obra pública. No hay atractivo.
Cargo clave en Seguridad
La papa caliente, después del 10 de diciembre, será –como hasta ahora- Seguridad. Berni resultó electo senador provincial. Kicillof no dispone de ningún relevo con volumen suficiente. Además, mantienen una vinculación muy apropiada porque el gobernador promovió la candidatura de la esposa de Berni, Agustina Propato, en Zárate.
En política hay devoluciones. También aplica para las circunstancias. Con Patricia Bullrich en Seguridad de la Nación, Buenos Aires necesita de un contrapeso, por lo menos mediático. Había circulado como probabilidad la vuelta del “Sheriff” Alejandro Granados (Ezeiza), quien asume el reposo del guerrero antes que el fragor que impone la criminalidad. En la Provincia es mucha, variada y hace temblar el contrato social, tal como conocimos hasta hace apenas un par de décadas.
Por lo demás, Nicolás Kreplak permanecerá en Salud. Se adelanta la posibilidad de Alejandro Collia para administrar IOMA, la obra social del Estado bonaerense. Collia se desempeña como secretario de Calidad del ministerio de Salud de la Nación. Lo impulsa la vicegobernadora, Verónica Magario.
En el área económica, está asegurada la continuidad de Augusto Costa en Producción y Pablo López en Hacienda. Están acomodando las cuentas del Presupuesto 2024. Aguardan las novedades del cálculo de gastos e ingresos de Javier Milei para el año próximo, signado –a juzgar por los anuncios– de un ajuste muy drástico.
Entre las segundas líneas queda garantizado Juan Cuattromo en la presidencia del Bapro.
