A casi 6 años de la muerte de Débora Pérez Volpin, el segundo juicio oral por el caso tuvo este miércoles su veredicto. El tribunal oral decidió absolver a Roberto Martingano, exdirector del sanatorio de La Trinidad de Palermo; acusado de encubrimiento; y a Miriam Frías, la instrumentadora quirúrgica que atendió a la víctima y se le había imputado por falso testimonio.
Pérez Volpin falleció el 6 de febrero de 2018 en esa clínica del barrio porteño de Palermo, a raíz de la intervención que le realizó el endoscopista Diego Bialolenkier, que en el primer juicio fue condenado a tres años de prisión. Esa decisión está firme, ya que fue ratificada por la Corte Suprema.
El tribunal tomó su decisión y entendió que no habían suficientes pruebas para dar una condena, de los dos imputados en este segundo juicio. Los fundamentos todavía no se conocen.
El asombro por la decisión judicial de este miércoles primó en la familia de la víctima. “Fue una sorpresa absoluta; no conocemos los fundamentos, se van a tener que esforzar bastante en torcer la realidad probatoria para fundar una sentencia como la que habrán escrito”, aseveró el abogado que representa a los allegados a la periodista, Diego Pirota. “Lógicamente al fallo lo vamos a recurrir”, adelantó.
Dijo también que el material probatorio mostraba que el director médico de La Trinidad había firmado las actas de aquel momento en que se hizo la endoscopía que terminó con la vida de Pérez Volpin, como así también que la instrumentadora dijo “no sé” en 90 oportunidades durante el proceso, mientras que -según aseguró la familia- “se comprobó que estaba mintiendo”.
“Hoy se perdió una oportunidad muy grande de hacer justicia y de ocuparse de las víctimas”, indicó Pirota disgustado por el fallo.
En las instancias anteriores, la fiscalía y la querella habían solicitado tres años de prisión para Martingano y tres años de inhabilitación para la instrumentista, mientras que la defensa reclamó la absolución, que finalmente logró.
La fiscalía también apelará la resolución. “Vamos a recurrir. Es una sorpresa. Pensábamos que iban a condenar. Realmente es un sorpresa”.
Por su parte, Vadim Mischanchuk, defensor de Martingano, afirmó: “el resultado en el juicio tiene que ver con la prueba que se mostró en el debate. La acusación no se pudo comprobar. Hablar de encubrimiento era un sinsentido. Por suerte en el juicio se pudo saber la verdad”.
Además, indicó que las conductas que le atribuían a Martignano en realidad las hicieron terceros. “Los testigos fueron muy claros durante el debate al contar la participación de cada uno de ellos. También quedó claro que no hubo ningún tipo de encubrimiento porque si no hubiesen sido investigadas otras personas”, marcó.