Mientras transcurre la historia en la Argentina, los protagonistas se mantienen en el mismo lugar. Aunque a veces pareciera que nada es constante, algunas situaciones se repiten.
La inestabilidad económica se sigue sosteniendo en el tiempo, a pesar del cambio político, aunque habría que preguntarse cuál es la razón.
Si bien las recetas económicas son siempre las mismas desde hace décadas, la situación empeora. Y cuando las variables principales no se tocan, el resultado es el ya conocido.
Los desafíos para la democracia argentina están a la orden del día, pero también se complejizan más a medida que avanzan los años, porque las demandas sociales no son escuchadas y, menos aún, resueltas.
El costo político del ajuste: la gran discordia
Cuando la vida se intensifica, la noción del tiempo se pierde y todo se transforma en eternidad, y esa es la sensación que se percibe desde que comenzó el gobierno de Javier Milei.
Noticias diarias, medidas económicas, incertidumbre, reuniones permanentes y constantes conferencias de funcionarios enmarcan la dinámica de una gestión que acaba de iniciarse, pero que tergiversa la percepción de los sentidos.
El ‘experimento’ de un nuevo color político frente al Poder Ejecutivo, sin estructuras fuertes, pone sobre la mesa los desafíos que deberá enfrentar. Sin gobernadores y con un Congreso de la Nación dividido, las chances de una gobernabilidad sólida se escabullen y se acrecienta la incertidumbre respecto del rumbo económico y político que se tomará.
El callejón ¿sin salida? por el que deberá transitar el libertario estará condicionado no sólo por su continuidad en el poder, sino, además, por la forma en la que deberá negociar el paquete de leyes que enviará al Poder Legislativo.
La llamada ‘Ley Ómnibus’ y las tantas leyes que derogará por Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) generarán un impacto pleno, tanto en la dirigencia sindical como en la política, porque rozan la línea de la inconstitucionalidad y en el Gobierno saben que vendrá un aluvión de demandas judiciales.
Y si bien la Casa Rosada está lista para afrontar lo que pueda pasar, las expectativas sobre la aprobación de los proyectos son demasiado optimistas, sobre todo si se observan los votos con los que cuenta hoy Milei.
En tanto, los legisladores nacionales esperan conocer los detalles de las leyes que preparó el equipo económico, aunque las medidas que trascendieron implicarán un costo político alto para quienes voten proyectos que impacten en el bolsillo de la gente. Las normativas no parecen ser nada alentadoras para muchos sectores, en especial para los que tienen más dificultades para llegar a fin de mes.
Entre la catarata de normativas que se esperan está la regresión del aumento del piso del Impuesto a las Ganancias. Este tema fue planteado por los gobernadores en la reunión que mantuvieron con el presidente el martes 19 de diciembre último. Si bien Milei votó a favor de la iniciativa que impulsó el exministro de Economía, Sergio Massa, ahora intentará dar marcha atrás, porque como dice a quien lo quiera escuchar, ‘no hay plata’ para sostener dicha política.
Pero, más allá de que muchos mandatarios provinciales celebraron el encuentro, la Liga de los Gobernadores emitió un comunicado en el cual se expresó el malestar que están causando en sus distritos los ajustes anunciados por el titular de la cartera económica, Luis Caputo.
“El gobierno nacional comenzó a aplicar un plan económico que incluyó una devaluación del 118% -la más grande de la historia– sin medidas compensatorias para los trabajadores y los sectores medios”, advirtieron. Y adelantaron que seguirán buscando “otras herramientas de compensación, como lo es la coparticipación del impuesto al cheque”.
La nota lleva las firmas de ocho gobernadores peronistas: Axel Kicillof (Provincia de Buenos Aires), Sergio Ziliotto (La Pampa), Raúl Jalil (Catamarca), Osvaldo Jaldo (Tucumán), Gildo Insfrán (Formosa), Ricardo Quintela (La Rioja), Gustavo Melella (Tierra del Fuego) y Gerardo Zamora (Santiago del Estero).
Asimismo, es necesario mencionar que los dirigentes tienen un gran peso político en el Congreso, que es mayor aún en el Senado de la Nación, porque los legisladores responden a las demandas de sus provincias y las negociaciones pasan por los recursos que se les quitan o se les conceden.
Allí, el trabajo arduo lo tendrán que llevar a cabo la vicepresidenta Victoria Villarruel y el presidente Provisional Bartolomé Abdala (LLA), que vienen manteniendo conversaciones con los jefes de los bloques.
Aunque no todo queda ahí, porque también se habla de una reforma laboral, un eje central para los movimientos sociales y, en especial, para la Confederación General del Trabajo (CGT), entre otros sindicatos, que tienen poder al momento de manifestarle al Ejecutivo sus demandas y su descontento.
Pero lo cierto es que las propuestas que tiene pensadas Milei son muchas más, aunque se estima que la desregulación de la economía y del Estado ocasionará malestar al interior de los bloques legislativos.
¿Con qué apoyos contará el presidente en el Congreso?
El partido del jefe de Estado hoy cuenta con 36 diputados nacionales y siete senadores, por lo cual será una hazaña conseguir los 129 votos que se necesitan en la cámara baja y los 37 en el Senado. Los dos números lo complicarán y le dificultarán para alcanzar el apoyo político imprescindible para la gobernabilidad.
Sin embargo, el titular de Diputados, Martín Menem, destacó que “se respira un aire de apoyo” para llevar adelante el plan de ajuste y hacer los recortes ‘necesarios’ que tiene en mente Milei, aunque aseguró que “no son medidas amigables”.
También, el riojano agregó que “hay voluntad de apoyar las reformas económicas que plantea el Poder Ejecutivo”. En consonancia con el Gobierno nacional, muchos gobernadores ya comenzaron a achicar los gastos en sus provincias.
Asimismo, la clave estará en entablar un diálogo con Unión por la Patria y el Frente de Izquierda, que serán los bloques más duros para aprobarle algún proyecto al oficialismo. Entretanto, La Libertad Avanza irá por los bloques federales, el peronismo no kirchnerista, el Pro, parte de la UCR y los monobloques para sumar la mayoría necesaria para aprobar sus proyectos.
El dilema estará en ¿quién querrá pagar el costo político del ajuste?, ¿habrá lugar para ello?
En momentos en que era editada esta crónica, la masiva concentración que se produjo frente al Congreso de la Nación auguraba el principio de las dificultades que deberá afrontar el oficialismo para lograr la aprobación del paquete de leyes que se disponía a enviar al Senado.