Los trabajadores de la Clínica Virreyes, ubicada en el barrio porteño de Colegiales, en medio de una manifestación por el atraso en sus pagos se enteraron, por parte de la administradora Patricia Rodríguez, que la clínica cerraba. Ese anuncio lapidario, según los empleados, les cayó como un balde de agua fría por dos motivos: el contexto, quizás el más inoportuno ya que no hubo un comunicado oficial y sólo se verbalizó en tono desafiante y la sorpresa de que 400 trabajadores perderían su puesto de trabajo en medio de una fuerte recesión económica e índices crecientes de desocupación.
Los empleados, por medio de diálogo con la prensa, lamentaron que “en una situación de crisis socioeconómica y con una inflación brutal, con más de 40% de pobreza, cuando pensamos si será posible llevar un pan dulce a la mesa de Navidad, nos encontramos con esta noticia trágica”.
Asimismo, denunciaron que el Sindicato de Sanidad contuvo la situación al ejercer “como chaleco de contención, aislando el reclamo e invisibilizando lo que estaba sucediendo”.
En ese marco, agregaron que “hay relaciones directas entre la burocracia sindical y la patronal. Es Víctor Santa María, presidente del PJ porteño, titular del SUTERH y miembro del Consejo Ejecutivo de la CGT, el ‘Dueño’ de la Clínica Virreyes. Y su compañero Daer, el secretario general de Sanidad desde hace más de 30 años, diputado PJ y Secretario General de la CGT, quien debería estar luchando por los derechos de cientos de trabajadores, que están en el desamparo total”.
En diálogo con Noticias Urbanas, Adriana Brandam, enfermera desde hace 15 años en la clínica, explicó que hubo una reunión en el Ministerio de Trabajo hace unos días y, en principio, la empresa propuso pasarlos de firma, lo cual les dio una escueta esperanza de que los 400 empleados no pierdan el trabajo.
“Actualmente, el servicio se cortó a partir del 12 de diciembre, cuando dijeron que la clínica se cerraba, pero los pacientes internados estaban atendidos, ahora hay solo siete, cuando había 21, ya que todos fueron derivados por la obra social”, explicó.
Además, indicó que no hubo argumentos por parte de los dueños de la clínica para su cierre. “No hay nada certero, no dijeron nada, sólo que se cierra, pero estamos esperando al viernes 22 de diciembre, que hay otra reunión con el Ministerio, en base a la que hubo, ya que se hicieron promesas de una continuidad laboral”, remarcó.
“La respuesta la esperan las 400 familias que están por quedarse sin trabajo”, explicó y afirmó que están “en medio de la incertidumbre, tienen que venir con todo lo que proponen. Se complicó todo con el cambio de Gobierno y en el ánimo se refleja mucho que estamos en un mes emocional y a unos días de navidad, es tremendo”.
La mayor preocupación radica, según Brandam, en que hay “compañeros que tienen más de 50 años y es difícil conseguir trabajo a esta edad”.
Los antecedentes
Cabe aclarar, que la situación de pagos irregulares no es nueva. Según los trabajadores ya estaban “sufriendo el pago en cuotas de sus salarios y aguinaldo desde 2016 y actualmente no cobramos nuestros salarios desde marzo. Se continuaba trabajando con escasos insumos además, a la espera de que se regularice la situación y porque a quienes hacían paro los echaban”.
Los empleados denunciaron, además, que un hecho lamentable tuvo lugar cuando uno de los empleados, llamado Silvio Consentín, de 43 años, sufrió un infarto por la angustiante situación y debió ser hospitalizado en la misma clínica.
Otra de sus empleadas, Norma Benitez, afirmó que “lo que sentimos es indignación, nos maltratan, estamos con compañeros con ataques de pánico. No vamos a abandonar esta lucha y nos vamos a quedar ocupando la Clínica”.
“En medio del reclamo, algunos médicos pretenden sacar equipos de la clínica y estamos impidiendo que continúen el vaciamiento, no cediendo, pese a sus maltratos”, aseguró.
Sin dudas, el contexto económico y social, como señalaron los propios trabajadores, es el peor escenario para lo que acontece y esperan que haya una respuesta positiva. Con las fiestas y las celebraciones de fin de año a la vuelta de la esquina, es difícil para ellos pensar en una feliz navidad y un próspero año nuevo, y la única convicción es que la lucha continuará el tiempo necesario.