Tras casi cuatro años de acampe, este jueves la Policía de la Ciudad desalojó el asentamiento de la comunidad QOM ubicado en Plaza de Mayo, donde sus integrantes estaban instalados desde febrero de 2020 con el objetivo de ser recibidos por algún funcionario nacional dispuesto a escuchar su reclamo por tierras.
El operativo se llevó adelante esta mañana de manera pacífica luego de que el ministro de Seguridad porteño, Waldo Wolff, entablara conversaciones durante la semana con el líder de la agrupación, Félix Díaz, con quien acordó el levantamiento. Las reuniones entre ambos avanzaron por indicación del Jefe de Gobierno de la Ciudad, Jorge Macri.
Tras el encuentro entre las partes, el funcionario se comunicó con la ministra de Capital Humano de la Nación, Sandra Pettovello, y más tarde con su par a nivel nacional, Patricia Bullrich, a quienes les trasmitió el pedido realizado por el referente de los pueblos originarios.
En consecuencia, se comprometieron a realizar un trabajo en conjunto para solucionar los conflictos planteados y acordaron concretar el levantamiento ubicado a metros de la Casa Rosada, logrando así que cada uno de los manifestantes regresen a su provincia.
Según informaron, ahora que finalizó el acampe, el líder de la comunidad será recibido por Patricia Bullrich, Sandra Pettovello, Waldo Wolff e Ignacio Baistrocchi. El encuentro está programado para las 16:30 de este jueves y será en el Ministerio de Seguridad de Nación.
Días atrás, la Policía de la Ciudad realizó un procedimiento similar: desalojó a una agrupación de Jujuy que ocupaba Plaza Lavalle desde hacía cuatro meses. Se trataba de integrantes del Tercer Malón de la Paz, quienes desde principios de agosto se encontraban en las inmediaciones de los tribunales para reclamar por la reforma de la Constitución provincial, impulsada por el exgobernador Gerardo Morales.
No obstante, con el pasar de los días, el número de personas que ocupaban el mencionado parque público comenzó a incrementarse. Tras varias semanas, ya eran más de una decena los que vivían en el predio, el cual quedó colmado de carpas, mesas y sillas. También habían numerosas banderas de los pueblos originarios y carteles en contra de la modificación de la carta magna de Jujuy, por la que pidieron su revisión y hasta realizaron huelgas de hambre con el objetivo de frenar su sanción.
A más de cuatro meses de la llegada de los militantes, el Gobierno de la Ciudad emitió una orden para que la fuerza porteña finalmente lleve a cabo el levantamiento de la usurpación. El proceso fue realizado en horas de la mañana y, según detallaron, se concretó de manera pacífica: una vez culminado, los ocupantes fueron trasladados en un micro de vuelta a la provincia de Jujuy.