En un mes de gestión la canciller Diana Mondino ha hecho y deshecho (sobre todo esto último) la política exterior histórica de la Argentina, aunque si miramos con ojos globalizados, también abortó de cuajo desde aquí lo que la mayoría del mundo realiza con delicada sensatez.
Mondino es una persona muy preparada académicamente, bastante provocativa en sus apariciones públicas pero que nadie entiende en el espectro político nacional (e internacional), el porqué de las decisiones que toma. Incluso desde el propio gobierno – y sobre todo desde el entorno del ministro de Economía- no llegan a comprender el accionar de la ministra. Todavía no se sabe si cuenta con el aval absoluto del Presidente Javier Milei, o si solo se cuelga de las declaraciones del actual Presidente en la campaña, cuando decía y anticipaba cuestiones que, por ejemplo, en el caso de la política doméstica no cumplió en absoluto. Habría que ver si mantiene su extraña y anacrónica visión sobre Brasil, China, Rusia y otros países de nuestra urbe.
Vamos a detenernos en algunas posturas de Mondino para graficar lo anteriormente descrito. Dos países de Latinoamérica han declarado a Hamás como organización terrorista, ellos son Paraguay y Costa Rica. Y tres países del mundo han trasladado su embajada a Jerusalén, los Estados Unidos, Guatemala y Kosovo.
Son trece los países de la ONU que reconocen a Taiwán. La mayoría de los países que conforman la red diplomática taiwanesa se encuentran en América Latina y el Caribe, entre ellos Paraguay, Guatemala y Haití. Otros cuatro aliados de Taiwán son naciones insulares del sudeste asiático: Nauru, Palaos, Tuvalu y las Islas Marshall.
El martes pasado Mondino recibió a la representante de Taiwán, Miao-hung Hsie, en el Palacio San Martín, antes de recibir al embajador de China, Wang Wei. Trascendió que el ministro de Economía, Luis Caputo, le cuestionó a Mondino por la anticipada ruptura con China, que ofrecía el equivalente a US$ 6.400 millones en renminbis (yuanes), que necesita el Estado argentino y que anda mendigando por el mundo empezando por los fondos del FMI para pagar vencimientos del mismo organismo.
En el mismo día y en un hecho inusual, la segunda superpotencia económica del planeta a través de su embajada en Argentina emitió un comunicado en el que asevera “Taiwán es una parte inalienable del territorio de China, y la cuestión de Taiwán es completamente un asunto interno de China”. Teléfono para Mondino y Milei que sigue sumando enemigos mientras no consolida ningún aliado fuerte a nivel global.
La salida -con una carta que nos avergüenza como Nación -del Brics, fue otra de las “genialidades” que instrumentó la canciller, esta vez sí a pedido del Presidente. Comparten los dos la estudiantina de entender al mundo con los libros de historia de la guerra fría que terminó hace 34 años. Y lo peor es que esa versión no está vigente. Países de una solvencia económica envidiable como Arabia Saudita se sintieron orgullosos de poder ingresar al Brics, donde la lista de espera asciende a más de 30 países y en crecimiento. Este grupo, con Banco incluido para préstamos y desarrollo, ya tiene un PBI mayor al G7. Una torpeza sin igual, no hay ideología que pueda sostener estos horrores. Nadie lo hace en el mundo, pero nosotros sí.
Podríamos seguir con el clima espeso que se respira en Cancillería, nos solo a partir de estas cuestiones que venimos reseñando sino también con el maltrato de los profesionales que allí trabajan, que se enteran de las decisiones por los medios.
Pero la última perlita de la insólita mirada de Mondino la vimos ayer con la violencia desatada en Ecuador, en donde la Argentina se expresó en X oficialmente de la siguiente manera: “Ecuador en llamas. Apoyo absoluto al Presidente Noboa. Respaldo total al gobierno democrático y el accionar de las fuerzas de seguridad contra el intento de golpe de agrupaciones socialistas narco-terroristas”, expresó la funcionaria. El término de la calificación debería tener copyright argentino, ya que ningún país del mundo que condenó, descubrió la veta socialista de los narcos ecuatorianos. Fin como dice Adorni.
