El ministro de Defensa, Luis Petri, confirmó que el Gobierno avanzará con la firma de un decreto para darles más capacidad de acción a las Fuerzas Armadas y permitir que “colaboren en la seguridad interior y en la custodia de objetivos estratégicos para el país”. Puntualmente, el funcionario nacional busca dar marcha atrás con la medida tomada durante la gestión del expresidente Alberto Fernández, que limitó las tareas militares casi exclusivamente a la protección ante eventuales ataques de otras naciones.
“Estamos trabajando en dos cuestiones que para mí son claves: la primera tiene que ver con la posibilidad de intervenir ante ataques terroristas, lo que nosotros decimos es ‘che, hay hipótesis de conflictos no estatales, que provienen de organizaciones terroristas’. En materia de defensa, vos tenés que tener la capacidad de intervenir ante ataques terroristas”, explicó.
Petri señaló que el segundo punto que considera importante implementar está relacionado con ”poder involucrar a las Fuerzas Armadas en la custodia y el control de los objetivos estratégicos y vitales” para la Argentina.
“No se han definido los objetivos estratégicos, pero todos sabemos que Vaca Muerta es uno de ellos, que el litio es otro. Hoy todavía estamos en procesos de ver cuáles son esos objetivos, pero no tenemos duda de que tenemos que hacerlo. Estas dos cuestiones van a ir por Decreto porque son limitaciones que también salieron en su momento por esa vía”, agregó.
Al respecto, el ministro aclaró que en lo que respecta a la cooperación en materia de seguridad interior, “no significa acción directa” de los militares, sino, principalmente, “aportar todo lo que es el equipamiento”.
“Nada, justifica el engorroso tratamiento burocrático que existe actualmente cuando todos sabemos, por ejemplo, la situación que vive Rosario. De lo que estamos hablando no es, ni más ni menos, de la posibilidad de transportar en un helicóptero a los gendarmes. Este apoyo logístico, para nosotros es clave”, indicó.
El Gobierno lo que busca es eliminar el decreto que firmó Alberto Fernández a los pocos meses de asumir, en 2020, que desactivó la actualización que había hecho antes el presidente Mauricio Macri para permitir que los militares puedan enfrentar “agresiones externas” que no sean sólo Fuerzas Armadas de Estados Nacionales.
“Nos hicieron creer que la presencia del Ejército en la zona de frontera es algo malo, pero es allí donde se puede perpetrar una agresión exterior, por ejemplo. Entonces, es inherente a las Fuerzas que tengan la facultad de realizar tareas de control y vigilancia en zona de frontera, así como lo hace en el espacio aéreo, en la milla 201 (límite de la zona económica exclusiva) y, eventualmente, poder actuar ante situaciones de ciberataques”, argumentó.
El objetivo es CLARO: controlar y custodiar nuestros recursos naturales 🌊. pic.twitter.com/clp4g2hMy2
— Luis Petri (@luispetri) January 16, 2024
El funcionario destacó que “siempre la presencia del Ejército es disuasoria, independientemente de que actúen o no”, aunque remarcó que no van a operar “en hipótesis de narcotráfico común, pero sí en las de narcoterrorismo, como ocurre en Ecuador”.
“El kirchnerismo no solamente demonizó a las Fuerzas Armadas, sino que además quiso acotar a su máxima expresión las posibilidades de utilizar el instrumento militar por un sesgo ideológico, ellos buscaban que los militares estuvieran en las cárceles o en los cuarteles y nosotros queremos reivindicarlas”, manifestó.
En este sentido, Petri subrayó que los uniformados “no están solamente para cumplir funciones de adiestramiento o de avistamientos” y opinó que “hay que recuperar las capacidades y los roles que históricamente tuvieron”.
“El kirchnerismo tenía esta idea de las Fuerzas Armadas como un museo, como reliquias, sin funciones específicas, y hoy las Fuerzas Armadas son fuerzas de acción que cumplen objetivos y acciones estratégicas en materia de defensa”, celebró.
Por último, el ministro detalló que también va a analizar “los procesos para la producción de inteligencia proveniente del exterior”, porque “hasta el 11 de septiembre del 2001, cuando ocurrió el atentado de las Torres Gemelas, la configuración de las fuerzas y del terrorismo era uno y después, fue otro”.