Los gobernadores de Juntos por el Cambio (JxC) están al límite de la paciencia con los negociadores del oficialismo y amenazan con avanzar con su propio dictamen de la Ley Ómnibus en Diputados si La Libertad Avanza (LLA) mantiene su negativa a negociar cambios en el texto.
A través de un Zoom, los principales dirigentes de Juntos por el Cambio (JxC) manifestaron la falta de aval político por parte del Gobierno para avanzar en consensos. Esas fueron las principales características del encuentro donde participaron cinco gobernadores de peso más los jefes de los tres bloques (Pro, UCR y la bancada federal de Miguel Pichetto).
La idea del encuentro era evaluar cómo venía dándose el debate en Diputados sobre la Ley Ómnibus que envió la Casa Rosada para tratar en sesiones extraordinarias. Sin embargo, el clima en la reunión virtual dio cuenta de que no hubo avances.
En rigor, los planteos internos se centraron en que tanto el titular de la Cámara Baja, Martín Menem, ni el ministro del Interior, Guillermo Francos, han logrado ser interlocutores válidos de los presuntos cambios que podría aceptar la Casa Rosada. Tampoco Luis “Toto” Caputo, el ministro de Economía que viajó con el presidente Javier Milei a Davos.
En ese marco se visualiza un escenario complejo para el Gobierno en Diputados: hasta ahora, o se vota a “libro cerrado” el proyecto del Ejecutivo, sin consenso, o la oposición no kirchnerista arma un dictamen de minoría con riesgo de tampoco ser aprobado.
Los mandatarios cambiemitas plantearon tres líneas rojas del proyecto: no subir las retenciones a las exportaciones, no hacer el ajuste con los jubilados y evitar un castigo a la clase media con la reposición del impuesto a las ganancias.
“No hay seguimiento de los temas, no sabemos qué están dispuestos a ceder”, se escuchó en el Zoom de los dirigentes de Juntos por el Cambio (JxC).
En el encuentro virtual estuvieron los radicales Maximiliano Pullaro, de Santa Fe y Alfredo Cornejo de Mendoza (quien relojea el alto perfil del santafesino con cara de pocos amigos); Rogelio Frigerio de Entre Ríos; Ignacio Torres de Chubut y Jorge Macri. Entre los legisladores nacionales: Damián Arabia (Pro), Miguel Pichetto y Nicolás Massot de la bancada federal, y los radicales Rodrigo de Loredo y el asesor radical libertario Alejandro Cacace.
En la oposición dicen que ni Menem ni los líderes del bloque libertario están en condiciones de redactar el dictamen porque no tienen el aval de Milei, que para peor se llevó a Davos a Karina, Posse y Caputo, los únicos con espalda para aceptar cambios. La negociación no existe, dicen en Juntos.
Los consensos y los desacuerdos
En términos generales, hay consenso en apoyar las medidas de desregulación y equilibro fiscal en todos los actores de Juntos por el Cambio (JxC). Sin embargo, una parte central del paquete se centra en cómo llegar al déficit cero y en ese cómo no hay acuerdo.
En ese marco, Martín Menem tiene en su poder un paquete alternativo aumentando otros impuestos, y quitando beneficios y privilegios. Se trata de un monto similar de recaudación que no vaya en contra de las exportaciones vía retenciones. Lo tienen guardado bajo siete llaves: pretenden que, para poder finalmente apoyar al oficialismo, sea tenido en cuenta.
La oposición de Juntos por el Cambio (JxC), además, evalúa ir en bloque ir a visitar a la vicepresidenta Victoria Villaruel para encontrar interlocutores válidos.
Si el Gobierno no acuerda un dictamen con los diputados del Pro y el radicalismo, la posibilidad más concreta es que el peronismo imponga por mayoría un dictamen de rechazo, lo que en los hechos no tiene ningún impacto pero sería un tropiezo serio para La Libertad Avanza (LLA). En Juntos por el Cambio (JxC) sospechan que los libertarios apuestan a que ellos paguen el costo político: “Nos quieren correr con la opinión pública y las redes”.
En la oposición dialoguista siguen abiertos a que haya un dictamen conjunto y avalar el ajuste fiscal y la mayoría de las reformas de Milei, las cuales incluso están sumando a su dictamen. Pero advierten que no hay una intención de negociar y ni siquiera saben quién será el encargado de escribir el dictamen.
Todo esto se da en el contexto en el que Milei viene siendo durísimo con los legisladores, a quienes incluso deslizó que podrían estar vinculados a hechos de corrupción por no querer acompañar el proyecto oficial.