Esta semana se conocieron los datos de inflación del mes de febrero del INDEC y, según informó el organismo, se ubicó en el 13,2 por ciento. En los últimos dos meses el índice acumuló un incremento del 36,6 por ciento y a nivel interanual (de febrero/2023 a febrero/2024), los salarios de los ciudadanos se vieron golpeados con una pérdida del 276,2 por ciento. Si bien el actual Gobierno presentó el número como un triunfo, debido a que descendió algunos puntos con respecto a enero, las clases más vulnerables no encuentran respiro ante estas subas y algunos referentes de la economía ya piensan en un marzo más caliente.
“El nivel de inflación del 13% es elevado. Nos hemos acostumbrado a un 25%, entonces todo parece bajo, pero ojo que el nivel es francamente muy elevado”, afirmó en diálogo con Noticias Urbanas Hernán Letcher, economista y director del Centro de Economía Política de Argentina (CEPA), para agregar que “más aún, si se tienen en cuenta varias cuestiones. Es un 13.2% cuando hubo un dólar planchado moviéndose al 2%; dólares paralelos retrotrayéndose al 2% y el promedio del CCL (Contado Con Liquidación) de febrero contra enero es menos 2%, con una caída de las ventas fenomenal”.
En esa línea, sobre los dichos del presidente Javier Milei, destacó que “la explicación de las promociones hace agua por todos lados, básicamente porque algunas fueron tomadas por el INDEC y otras no, como las del tipo 4×3, que no las toma” y explicó que “en primer lugar, el consumo o las ventas de supermercado en el componente alimenticio pesa sólo el 25%, es decir que el 75% lo toma de otras bocas de expendio”.
Además, Letcher indicó que “promociones hubo siempre”, y cuestionó que hay cosas que habitualmente el INDEC no medía “por ejemplo, la devolución del IVA, los medicamentos gratis, la compra en cuotas -que ahora no existe- tampoco la mide, lo que permitía comprar más barato. Con lo cual, es poco sólido el concepto o la justificación de Caputo de pretender instalar que el INDEC no capta bien los datos de la realidad”.
Apertura de importaciones
Otra de las medidas que causó revuelo fue la anunciada por el vocero presidencial, Manuel Adorni, que informó que el Gobierno dispuso la apertura de la importación de alimentos tras una reunión del ministro de Economía con representantes de las cadenas de supermercados. Al respecto, Letcher afirmó que “la apertura importadora no garantiza que bajen los precios. Si vendo acá por 100, y viene un importador que puede traer a 80, no lo va a vender a 80, lo vende a 98”.
En ese tono, detalló que “el efecto que puede tener la importación es que el beneficio va ser sólo para las grandes empresas, que van a poder importar un producto, que a veces lo traen desde su casa matriz, producido en otro lugar del mundo, pero la Pyme, que le vendía insumos para la producción a la empresa grande, ni siquiera se lo va poder vender, con lo cual la medida va a tener un impacto negativo sobre la actividad económica local”.
“A raíz de un posteo que confundía ‘nivel de precios con inflación’, que son cosas distintas, digo que por eso sería importante que le expliquen a la gente que la decisión no es para bajar el nivel general de precios y atacar la inflación, sino que lo hacen como resultado de que consideran que los grandes empresarios remarcaron -eran oligopolios que antes no existían y que no eran causantes de la inflación-, pero que ahora parece que sí lo eran”, opinó.
En tanto, remarcó que la cuestión más contundente es que la apertura importadora es “un reconocimiento explícito del Gobierno de que la inflación no es, como afirmaron, un fenómeno monetario, sino que parece tener influencia de otros lugares”.
“La apertura no fue para bajar los precios, sino para atacar la excesiva remarcación que produjeron los empresarios”, señaló.
Uno de los ejemplos de esto, señaló, es que cuando se mira la canasta básica y los alimentos, se ve que se movieron al 304% interanual, contra un 276% de la inflación. “Cuando se ve que los más pobres direccionan los recursos a la cuestión alimentaria, no se puede no concluir de otra forma que el proceso de remarcación en alimentos, cuando los alimentos más baratos aumentaron más, sea hecho por los supermercados”, afirmó y lamentó que “los sectores más vulnerables son los más afectados”.
Asimismo, enfatizó que en el proceso actual de formación de precios el eslabón almacén no es formador de precios, ya que no afecta tanto el proceso, sino que lo son los supermercados.
De cara al futuro
Letcher se mostró pesimista y consideró que para marzo la inflación “quizás sea alta, de hecho, la medición de los primeros días de marzo fue más alta que los primeros días de febrero” y adelantó que posiblemente “en el mediano plazo se irá a la baja naturalmente, porque la gente no tiene plata”.
“La variable de ajuste y el ancla inflacionaria son los salarios y está claro que quieren bajar la inflación de esta forma”, opinó el economista y concluyó que “significa que los formadores pongan el precio más alto posible y cuando se deje de comprar se plancha ahí, pero esto no significa que vos puedas comprar más, porque la ecuación de beneficio del mercado no garantiza que se compre más. Este incremento va a tender a moderarse, por eso la discusión salarial el Gobierno no la convalida, hay una decisión clara de que los salarios pierdan poder adquisitivo”.
En este marco, la pérdida de poder adquisitivo para el sector más vulnerable es fatal y a esto se le suma el desfinanciamiento de programas sociales que mantenían de alguna forma en movimiento cierta economía impulsada por el Gobierno. Se verá en los próximos meses si la desregulación arrastra a un sector más grande de la población, el considerado medio, a una situación más precaria frente a la imposibilidad de compra de bienes y a la baja de una calidad de vida que, por su puesto, calentará el reclamo social de los que aún no la reaccionaron.