La política exterior argentina se ha caracterizado por estar influenciada más por la ideología que por el interés nacional. ¿Cree que esto se sigue replicando en el gobierno actual?
Lamentablemente, en las últimas dos décadas la ideología ha sido uno de los principales factores decisivos de la política exterior. Quizás en la época de Macri hubo un enfoque algo más pragmático. Pero luego, con Alberto Fernández, volvimos a la ideología. Ahora, con Milei, viramos hacia el otro extremo ideológico. Esto es muy peligroso y muy lamentable. Esto tiene que ver con la idea de que las preferencias personales de los líderes pesan más que los intereses nacionales, es decir, los intereses estables como los tiene Argentina o cualquier otro país. Prima la improvisación y gente poco preparada toma decisiones. Así, la política exterior termina siendo lamentable. Además, estamos en un país donde no es noticia lo vinculado a esta área, ni siquiera para los líderes de turno.
Javier Milei se ha mostrado muy cercano al gobierno israelí. ¿Cómo ve este vínculo?
Milei ha definido un alineamiento total con Estados Unidos. Esto es muy lamentable porque, como cualquier alineamiento total con cualquier potencia mundial, esto trae consecuencias negativas. Para lo que es peor, es un alineamiento que está plagado de sobreactuaciones inútiles, que nada tienen de beneficioso para la Argentina. Aquí entra lo de Israel, que es realmente insólito. Sí es verdad que las relaciones con Israel han sido históricamente importantes para nosotros. De hecho, tenemos una de las mayores comunidades judías del mundo. Ahora bien, abrazarse a un muerto político como es hoy Benjamin Netanyahu no es bueno. Ni Estados Unidos lo ha hecho. Al contrario, están tomando distancia y hasta lo han criticado y ahora lo están presionando. El fin de semana pasado, Milei dijo que no se ha cometido ningún exceso en Gaza. Esto sólo demuestra sus pasiones y preferencias. Por eso, él realizó ese famoso viaje, en un momento en que nada tenía que ver con su reciente asunción. El coqueteo de mudar la embajada argentina a Jerusalén y otras cosas absurdas y potencialmente muy peligrosas denotan ideología, desconocimiento y prejuicio. También, muestra a un presidente que actúa por impulsos y que no tiene una red de contención alrededor que lo oriente en sus decisiones.
El gobierno nacional anunció un viaje del presidente a Ucrania. ¿Cómo surgió la relación entre Milei y Zelensky?
Surge a partir de intercambios mutuos de felicitaciones y solidaridad. La Libertad Avanza (LLA), desde sus inicios, ha tenido una postura en línea con la defensa de la soberanía de Ucrania. Y eso no tiene nada de malo, al contrario. El problema que vuelve a surgir es el hecho de cómo Milei traslada el elemento personal a la política exterior. Si en junio se lleva a cabo este viaje, Milei se va a convertir en el primer presidente latinoamericano en hacerlo. O el resto de los presidentes de la región son todos tontos o viceversa. Realmente, yo no veo ningún beneficio en este apoyo tan enfático. Además, nosotros no le podemos dar a Ucrania lo que más necesita, que son armas. O sea que para Zelensky tampoco va a ser beneficioso, más allá del marketing internacional que pueda dar Milei. Pero es poco y nada.
¿Y cómo afecta nuestro vínculo con Rusia?
Nuestra relación con Rusia va a estar congelada durante el mandato de Milei. No va a haber ningún progreso.
Emmanuel Macron habló sobre la posibilidad de un acuerdo entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur. ¿Lo ve viable?
Macron dijo que hay que pensar otro acuerdo porque el actual no ha servido. Él directamente dio por terminado lo que había hecho Francia, incluso lo que hizo Macron en muchas oportunidades. Y aquí hay un error de lectura grosero por parte del gobierno de Milei, que sigue insistiendo con esto. Como también fue el error de Macri en el 2015, al ponerlo como prioridad de la política exterior. Milei vuelve a hacer lo mismo, por desconocimiento y voluntarismo zonzo. Es claro que van a priorizar más las relaciones bilaterales entre los miembros del Mercosur y los países de Europa en vez de seguir trabajando en ese acuerdo que, así como está hoy, está muerto. Es completamente inviable.
Recientemente, la Canciller Diana Mondino afirmó que no se debe negociar con países no democráticos. ¿Cuál es su opinión?
Lo que dijo Mondino fue un verdadero papelón. Esa declaración la hizo a Nikkei Asia que es el medio más leído por el empresariado del sudeste asiático. Dijo esa pavada después de visitar la monarquía de Malasia y el comunismo vietnamita, como ella dijo. Que no entiendo si es realmente ignorante o si se le escapó esa frase, que en realidad no quiso decir. La verdad es que no resiste el menor análisis. Es una canciller que ha demostrado no estar a la altura de las circunstancias. Ella no es experta en relaciones internacionales. El presidente no tiene por qué ser un experto, pero la Canciller sí. De hecho, tiene la obligación de serlo. Por eso se la pone en ese lugar. Así que sí, fue un papelón. Hoy, el mundo no se puede dividir de esa forma y más con las características económicas de la Argentina y su situación en el mundo.
¿Rescata alguna medida?
Debo decir que me es difícil encontrar algo positivo de la política exterior de este gobierno. Pero si tengo que resaltar alguna, podría ser la de volver a activar el apoyo a Venezuela, en un contexto donde la dictadura de Maduro se profundiza. Y más ahora, con todo este proceso electoral ficticio, donde hay una nueva persecución y censura contra los principales candidatos de la oposición. Algo parecido está sucediendo con Nicaragua. Del resto, dificilísimo encontrar cosas positivas. Lo más negativo es definitivamente este alineamiento ciego con Estados Unidos, que por supuesto sólo es beneficioso para esta gran potencia, que va a aprovechar para intervenir en todos los ministerios y condicionar la gestión. Esto ya ha pasado en otros momentos. Evidentemente, se ve que tampoco conocen la historia.
