El conflicto entre Máximo y Axel escala: cómo juega CFK

El conflicto entre Máximo y Axel escala: cómo juega CFK

El diputado nacional y el Gobernador de la PBA miran el 2025.


El diputado nacional de Unión por la Patria (UP) Máximo Kirchner y el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof son los dos hijos de Cristina Fernández. Uno es el hijo biológico y el otro, el político, pero ambos construyeron sus carreras al calor de la expresidenta, que los llevó a los lugares de relevancia que tienen hoy. La derrota electoral del 2023 frente a Javier Milei abrió otra vez la guerra de sucesión en el peronismo, y los dos hijos compiten entre sí.

Por un lado están los que empujan para que Kicillof crezca como líder y por el otro, los que sostienen a Máximo. En el medio, Cristina, como jefa del kirchnerismo, hace equilibrio para que sus decisiones no signifiquen una ruptura del espacio y envía mensajes cada vez que puede.

Ambos líderes están enfrentados en su provincia. Entonces, CFK aprovechó esa conversación para enviar su mensaje a la interna kirchnerista: “Las únicas diferencias que puede haber es cuando uno piensa que hay que hacer una cosa con la economía, otro piensa que hay que hacer otra… ese tipo de cosas”, dijo, y remarcó que las peleas no pueden ser por un lugar en la lista.

Los bandos

Del lado de Kicillof, entre quienes lo alientan para que lidere al peronismo están el ministro de Desarrollo bonaerense Andrés “El Cuervo” Larroque; el intendente de Avellaneda Jorge Ferraresi y también el ex ministro de Seguridad Aníbal Fernández, entre otros.

Por el lado de Máximo Kirchner, quienes lo respaldan son la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza; el intendente de Hurlingham, Damian Selci y el jefe del bloque de Diputados, Germán Martínez, junto al grupo de diputados camporistas. En la Cámara baja, Máximo encuentra resistencia por parte de los parlamentarios que responden a Alberto Fernández, como Victoria Tolosa Paz o Santiago Cafiero.

El aumento de la interna kirchnerista es inversamente proporcional a la indefinición de Cristina. Cada vez que la líder del kirchnerismo deja trascender que ella no será candidata, la crisis por la sucesión se acelera, sobre todo porque Máximo Kirchner conserva la jefatura de la Cámpora y al mismo tiempo es el presidente del PJ bonaerense, el distrito con mayor peso electoral del país.

Liderazgos

Desde el sector que lo enfrenta sostienen que todo eso lo consiguió solo por ser el hijo de Néstor y Cristina. “Los liderazgos los define la realidad, no se autoproclaman ni se autoperciben. Eso lo va definiendo la realidad. Creo que estamos en un momento político muy delicado, y todos tienen que aportar encontrando un rol”, sostuvo Larroque en una entrevista en el canal de streaming Blender.

En respuesta a esto, Máximo dijo en otro canal: “Si uno es un obstáculo, me lo dicen y mi lugar está a disposición”. Y también intentó echar por tierra los rumores de enfrentamiento con Kicillof, argumentando que el gobierno bonaerense convive a la perfección con los funcionarios que tiene que son de La Cámpora, como el ministro de Salud, Nicolás Kreplak, la ministra de Ambiente Daniela Vilar o el secretario de Trabajo Walter Correa.

Todas estas idas y vueltas sumaron el capítulo de las elecciones internas del PJ. Máximo envió un comunicado en el que avisaba que adelantará las elecciones para autoridades del PJ bonaerense para noviembre de este año, a pesar de que su mandato dura hasta diciembre del 2025.

En el texto redactado sumó una frase que inquietó a sus seguidores. “Expresé la intención de que quien me sucediera en la responsabilidad fuese producto del voto de los afiliados y afiliadas”. La parte que dice “quien me sucediera” provocó suspicacias. ¿Está pensando en dejar el PJ bonaerense? Cuando se lo preguntaron, no lo dejó claro.

Mensajes

Por su lado, Kicillof hasta ahora no envió señales duras contra el hijo de Cristina y lo único que se animó a decir en estos últimos meses con tono sucesorio fue: “Vamos a tener que componer una nueva canción, no una que sepamos todos”. A esta frase elíptica, Mayra Mendoza le contestó que “había que ser respetuoso de lo que se dice” y dio a entender que Kicillof está más enfocado en ser el candidato. Máximo también recogió el guante y lanzó: “Yo no me dedico a la música, soy militante y dirigente”.

Aníbal Fernández, que todo el tiempo está teniendo amores y desamores con Máximo Kirchner, se sumó al debate y dijo: “Si el peronismo no tiene la pelotas para prepararse y dar una batalla con La Cámpora, está terminado”. Y agregó que el hijo de CFK “ni por casualidad es un dirigente con estatura”. En el 2015 decía que era un “cuadro político”. Es decir que, para Fernández, Máximo habría involucionado.

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