Preocupaciones argentinas: la pobreza y el desempleo desplazaron a la inflación

Preocupaciones argentinas: la pobreza y el desempleo desplazaron a la inflación

Las encuestas reflejan el crecimiento de nuevas problemáticas graves.


La pobreza y el desempleo son las principales preocupaciones de los argentinos, por encima de la inflación. El dato es obtenido de varias encuestas mensuales como las de la Universidad de San Andrés (Udesa), o las que realizan las consultoras Opina Argentina y Proyección, entre otras. En todos los casos se detecta la creciente (y nueva) preocupación principal sobre el desempleo, los salarios bajos y la pobreza. Y en algunos de ellos, esas problemáticas hasta desplazaron a la inflación en el ranking de las más elegidas.

En el relevamiento online sobre más de mil casos en la Argentina, Udesa no sólo muestra que los “Bajos Salarios” (36%) y la “Pobreza “(35%) desplazaron a “Inflación” (34%) en la lista de los principales problemas, sino que también detalla mes a mes cómo fueron evolucionando las percepciones sobre esos temas, y el dato es que desde marzo de 2021 que el ranking era liderado por la inflación. Tres años consecutivos.

Incluso, desde 2019 hasta la actualidad, sólo durante algunos meses del 2020 la inflación no fue la principal preocupación, y eso estuvo atado al contexto de la primera etapa de la pandemia y la cuarentena, que generaron una brutal recesión con retracción del consumo.

En la medición de mayo de Opina Argentina, la consultora que lidera Facundo Nejamkis, la inflación bajó unos 29 puntos en lo que va del año como problemática principal, y quedó empatada por el crecimiento del desempleo. Y en el caso de Proyección, si bien la inflación seguía siendo la más elegida con un 56%, los bajos salarios y el aumento de tarifas crecieron 4 y 10 puntos respectivamente en los últimos 60 días.

La inflación en las épocas de “la casta”

Tal como lo reflejaban absolutamente todas las encuestas durante el gobierno de Alberto Fernández y, especialmente bajo la gestión de Sergio Massa como ministro de Economía, la inflación además de la mayor preocupación fue la crítica más escuchada. En parte es por eso que el mandatario Javier Milei dio numerosas declaraciones públicas ponderando el objetivo de bajar este índice a como dé lugar.

La inflación de noviembre de 2023 según el Indec fue del 12,8%, y había sido la más alta de los cuatro años del gobierno de los Fernández. Así se entregó el mando. Luego, el gobierno de La Libertad Avanza (LLA) asumió un 10 de diciembre y a los pocos días anunciaba la liberación de precios mediante un mega DNU y una devaluación del 118%. Casualmente, a mediados de enero el IPC arrojaba un 25,5% para diciembre.

Incluso, si se toma desde enero hasta noviembre en el año 2023 (el año más inflacionario de la gestión anterior), el promedio de la inflación mensual da 8,6%. Por último, el ejemplo que refleja bien esa cifra es que la inflación de abril de 2023 fue de 8,4% y la que este gobierno ahora celebra un año después arroja hasta un poquito más: 8,8%. ¿Está bajando?

Respecto de los últimos cuatro meses sí, está bajando. Pero respecto de los altos índices que la sociedad reclamaba a la gestión anterior, no. Claro, lo que para el gobierno es una hazaña es que la inflación ya no sea el problema principal, pero para muchos el costo fue tan alto que ahora hay problemas peores como el miedo a perder el empleo o caer en la pobreza.

¿Entonces la inflación era psicológica?

El otro interrogante que hay es hasta cuándo se podrá mantener una inflación a la baja. El gobierno lo sabe y por eso pateó los aumentos de tarifas para más adelante y hasta se peleó con prepagas y empresas dueñas de comercios masivos para que bajaran los precios. En algún momento esos aumentos van a llegar, y en el medio las nuevas preocupaciones obligan a preguntarse si valdrá la pena todo el ajuste para volver a niveles inflacionarios similares a los de los años anteriores.

Diversos empresarios reconocieron que la liberación de precios y la devaluación al comienzo de la etapa libertaria los llevó a decidir aumentos de sus productos o servicios “para cubrirse”. Luego, por la caída del consumo y la estabilización del dólar, esos precios bajaron o quedaron estancados a pesar de meses de todavía alta inflación.

Ver al ministro de Economía, Luis Caputo, presionar a empresarios públicamente por los precios recordó a muchos a las cuestionadas prácticas del kirchnerismo. Y vale esta referencia para recordar la indignación generalizada que causó que el entonces Presidente Alberto Fernández dijera que “la inflación es psicológica” y “autoconstruida” en muchos casos.

Entonces, aunque cause rechazo que un gobierno se lave las manos para solucionar este problema, hay algo ahí para analizar: cómo percibir bajo distintos gobiernos iguales inflaciones y cómo reacciona el mercado ante la incertidumbre. Sin dudas que en el caso de este gobierno, la curva está descendiendo y en mayo seguirá bajando la inflación, lo que resta entender es si ese voto de confianza de su electorado resistirá los efectos colaterales de las medidas anti inflacionarias.

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