La Argentina ha elegido en este gobierno dos vectores en el mundo que determinan, con la rigidez que se le permite a un país secundario en las decisiones globales, quedar alistada en forma gratuita e inexplicable en algunos colectivos a los que naturalmente no pertenece, ni económica, ni geográfica ni políticamente. Son Estados Unidos e Israel y no está claro que el amor sea correspondido. El riesgo de esa opción es que el mundo está discutiendo de manera muy violenta su nuevo plano de organización, sus nuevas reglas y para ello ya hay subgrupos organizados y coordinados con un alto grado de involucramiento en esos cambios. Y Argentina, que no participa nunca de esas decisiones, solo apoya a libro cerrado cuestiones sensibles para el futuro del planeta, según el buen saber y entender del Presidente y su agria canciller. Es demasiado débil todo, imposible de hacerse un lugar sin voluntad ni compromisos, vamos con un rifle de aire comprimido en el tiempo de los misiles hipersónicos.
El aislacionismo es una de las peores posiciones en el sistema de relacionamiento internacional. Hay países que tienen limitaciones para ello a partir de determinadas políticas generadas principalmente por Estados Unidos y sus socios occidentales, principalmente europeos, que unilateralmente imponen sanciones de todo tipo a esos fines. Otros como Argentina deciden alejarse de la agenda mundial y de sus líderes por decisión propia.
Tampoco importa tanto aquí la pertenencia si se tiene claro los objetivos se puede disentir -casi siempre con costos- en determinadas estructuras como por ejemplo Hungría o Eslovaquia, en la OTAN y en la Unión Europea, sin perder identidad y defender las posiciones más convenientes, de manera soberana.
Uno de los debates del momento tiene que ver con las capacidades nucleares del mundo, los países que poseen armamento nuclear, la cantidad de ojivas, en qué territorio lo tienen y cuál es el punto de máxima tolerancia que tienen esas potencias para volar por el aire el planeta. Este es un punto en donde Argentina, a pesar de estar dentro del grupo con capacidades nucleares pacíficas, descarta totalmente esa vía de profundización investigativa y energética ya que a Milei no le parece prioritario. Para él es más importante viajar por el mundo a recibir premios literarios de segunda categoría, como contrapunto tragicómico de un desacople con la realidad nacional e internacional en sus torpes y peligrosas decisiones.
Son muchas las cuestiones erráticas y no sería descabellado pensar que las mismas fueron producto de una ignorancia previa acerca de cómo se mueve el mundo (no solo el de las finanzas), ya que la situación de ganar la elección presidencial y ejercer la primera magistratura no tuvo la preparación adecuada, más bien fue un festival de improvisaciones debido a lo inesperado. Pasan muchas cosas por día en el planeta, vayamos a un ejemplo cualquiera, el de ayer.
Vladimir Putin y Kim Jong un tuvieron una cumbre en Pyongyang este miércoles. El mundo entero está atento a lo que pueda suceder entre ellos ya que además de ser dos potencias nucleares (además de las tres que hay en el BRICS), son jugadores que están al tope de la agenda mundial por su acción concreta, por su visión parecida de lo que hay que avanzar y por ser víctimas del mismo desprecio del Occidente colectivo. Sin entrar en la valoración personal de los líderes, nada de eso disminuye la importancia del encuentro para todos los actores globales, sean amigos o enemigos de ellos. O un líder es importante para todos o es parte del decorado, en el mundo de hoy.
En Europa, la entrada natural por múltiples razones para los argentinos es España y allí estamos con una relación tan mala con el gobierno, que hasta hizo reaccionar esta semana a la portavoz del gobierno alemán de Olaf Scholz, con quien Milei se encontrará en unos días, en una visita devaluada. La UE anda muy mal, pero sigue siendo una corporación, amigo…Mientras tanto Europa discute sus autoridades y no son los líderes actuales ni los emergentes, los mejores amigos de Milei. No hacemos nada significativo con ellos, estamos totalmente fuera de su agenda y más allá de alguna sonrisa puntual de Georgia Meloni en el G7, esas que no le niega a casi nadie, Milei existe como fenómeno mediático, pero no como líder. Es más, asistió al G7 de casualidad, casi a desgano. No es lo suyo, está claro, pero el tema es que la Argentina habitan casi 50 millones.
Con China todavía la situación es peor. Además de sufrir hasta el último día con la renovación del Swap por haber ofendido al gigante asiático de todas las maneras posibles, ahora probablemente –y por ello-tendrá que viajar a la República Popular, a sufrir en carne propia a Xi Jinping que le brindará el baño de realidad que le falta a este nuevo emprendedor sabelotodo de la política internacional.
Del G7 siguió a Suiza en su periplo en donde participó un ratito, al igual que Kamala Harris y Scholz, de la “fiestita de egresados” de Volodimir Zelenski. Con la excusa de la paz los halcones occidentales fueron y cumplieron con la premisa verdadera: vender más armas y prestar más plata. Brasil, México y Colombia entre otros no asistieron, para dar una idea del contorno regional que nos rodea. Muchos más países no fueron o mandaron representantes de tercera categoría, pero sirve por nombrar los más grandes del continente. El Sur Global, que hoy incluye a Medio Oriente con Arabia Saudita e Irán a la cabeza, la gran Asia y África además de América Latina, mayoritariamente está a favor de la “Ola Multipolar” que incomoda tanto a los Estados Unidos, que por ahora usa a Europa como escudo hasta que la UE caiga de rodillas ante su amo, ya no socio. La castiga vendiéndole más cara la energía (GNL), las armas y generando inflación en la zona, aunque también robándole las empresas. Luego quizás la anexará con el dólar y será su primera fuerza de choque. Si Alemania (y toda Europa) se dejó volar los gasoductos rusos que eran uno de los pilares del desarrollo conjunto, ya poco le queda por entregar, quizás su gente en la guerra, si Macron sobrevive a la próxima elección a fin de mes.
Estados Unidos no tira un centro a la cabeza nunca para este gobierno, que solo desea plata (a cambio de cualquier cosa) y para eso le reza al FMI, que piensa más en la elección norteamericana de noviembre, en donde la canilla la abre Biden (y no lo ha hecho) en virtud de las simpatías de Milei por Donald Trump.
Resumiendo, sin respuestas de Estados Unidos, muy mal con China y ahora también con Rusia, a partir del ridículo apoyo militar que con su habitual verborragia amistosa le prometió a Zelenski. Mal con los vecinos de la región salvo raras excepciones que no mueven la aguja, mal con casi todos los países del Sur Global que, en algunos casos, son la tercera fuente de dinero que hay en el mundo (mayormente del petróleo árabe), además de USA y China. Le queda solo Israel, temblando con Netanhyahu…una pobreza temeraria.
Milei está muy aislado internacionalmente porque para tener respaldo no alcanza con entrar por la ventana a la OTAN súper ampliada (para enanos políticos) ni al grupo de Defensa de Ucrania. Ya que encima eso lo tenemos que pagar como favor y nos complica mucho más las cosas con el resto del mundo sin obtener como país nada a cambio. Lo mismo que salir del BRICS cuando todos quieren entrar, medidas que rayan con la ignorancia.
El mundo está demasiado complicado por estos tiempos para estar paseándose con los multimillonarios como si nada pasara y fueran ellos la tabla de salvación de inversiones que nadie en el mundo percibió. Todos ellos tienen claro lo que pasa. Controlan su ego y juegan en el tablero global. Estrategia, objetivos y aliados se buscan. Soluciones, no problemas. Fin.