El presidente argentino Javier Milei se reunió este domingo con el canciller alemán Olaf Scholz en Berlín, en el marco su gira europea. El encuentro inicialmente iba a tener carácter de visita oficial, pero que luego y por los roces del mandatario argentino con el líder del gobierno español, Pedro Sánchez, bajó de rango a “visita de trabajo”, sin honores militares y tampoco sin rueda de prensa posterior a la que acostumbran los jefes de Estado.
La reunión se llevó a cabo como estaba prevista. La misma duró alrededor de una hora durante el mediodía del domingo en Berlín y se produjo luego del antecedente telefónico del 9 de enero, cuando Scholz y Milei mantuvieron una conversación y el alemán expresó su apoyo a las reformas argentinas.
Tras la reunión el mandatario argentino visitó el Monumento a los Judíos Asesinados de Europa que recuerda a las víctimas del Holocausto.
En paralelo, delante de la Cancillería en Berlín se congregaron algunos pocos protestantes para manifestarse contra la visita del Presidente argentino, coreando “Milei, basura, vos sos la dictadura” y levantando carteles con la leyenda “Fuera Milei”.
Los pocos presentes en la movilización llevaban consigo banderas argentinas y también se declaraban en contra de la Ley Bases, proyecto para el cual el Ejecutivo busca obtener la aprobación definitiva.
La oficina del líder alemán había presentado la semana pasada el encuentro de Scholz con Milei como el de “uno de los socios económicos más importantes de Alemania en América Latina”, pero esa definición bajó luego de rango, una situación que el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Hebestreit, adjudicó a un pedido propio Gobierno argentino.
“Es una reunión de trabajo muy corta, por deseo del presidente argentino”, indicó el viernes el portavoz del Ejecutivo germano, Hebestreit, que señaló también que este había rechazado la posibilidad de llevar a cabo una rueda de prensa conjunta.
Esta reunión es el primer encuentro del presidente en el extranjero con un par de signo político claramente diferente. En concreto, es su primera reunión con un jefe de Gobierno de signo socialdemócrata durante los más de seis meses que han pasado desde que asumió el poder al frente de la Casa Rosada.
Los cortocircuitos que el mandatario libertario tiene con Pedro Sánchez actúan como incómodo trasfondo de la reunión con Scholz, cuya cercanía con Sánchez resulta una circunstancia concreta.
