Con angustia, familias divididas por el voto como en la guerra civil española y masivamente, los franceses han comenzado a votar hoy en la segunda vuelta de una elección legislativa histórica, donde la ultraderecha lepenista puede alcanzar una mayoría nunca vista en la nueva Asamblea Nacional. La tasa de participación al mediodía fue récord: el 26,63 por ciento.
Los lugares de votación se abrieron a las 8 de la mañana y cerrarán en las grandes ciudades a las 8 de la noche. Los resultados de boca de urna se conocerán a esa hora.
Al menos 2,4 millones de personas han votado por procuración y casi medio millón eligieron el voto internet. La elección coincide con el inicio de las vacaciones de verano en Francia y miles han votado temprano y partieron a la ruta.
El gobierno teme un estallido tras el cierre de los comicios, después de una campaña particularmente cargada de violencia xenófoba y ataques a minorías y a extranjeros por parte de militantes de Reagrupación Nacional (RG).
Todos los negocios y bancos del centro de Paris, Lyon y Grenoble han sido cubiertos con maderas, ante el temor a disturbios y saqueos. Una manifestación antifascista fue prohibida por la prefectura para esta noche en Francia. Se han desplazado 30.000 policías en todo el país, y 5.000 de ellos estarán en la capital francesa.
Reagrupación Nacional, el desdiabolizado ex Frente Nacional xenófobo y antisemita, serán la fuerza dominante. Pero no le alcanzaría para conquistar una mayoría absoluta que fuerce al presidente Emmanuel Macron a un gobierno de cohabitación, tras su inexplicable disolución de la Asamblea y el inicio de una crisis política sin precedentes un mes atrás. La ingobernabilidad acecha a Francia porque el Frente Republicano no ha conseguido esta vez formar el histórico bloque para frenar a los herederos de Jean Marie Le Pen.
La mayoría absoluta en la Asamblea se consigue con 289 votos. Pero los sondeos establecen que RG alcanzaría entre 175 y 205 escaños y el Frente Republicano entre 145 y 175 bancas. Sin mayoría absoluta, el delfín lepenista Jordan Bardella anunció que no sería primer ministro.
Pero la fuerza de RG en la Asamblea y un parlamento sin mayoría, en un país que no está acostumbrado a la coalición, prevé bloqueos y caos político. El lepenismo buscaría conseguir la renuncia de Emmanuel Macron y provocar elecciones presidenciales anticipadas en ese escenario antes del 2027. Marine Le Pen es quien pretende llegar antes al Palacio del Eliseo.
Se cree que el “frente republicano” probablemente impedirá que el partido euroescéptico y antiinmigración obtenga una mayoría absoluta de 289 votos. Una encuesta final de Ipsos indica que el RN y sus aliados obtendrían entre 175 y 205 diputados al parlamento de 577 escaños.
Se esperaba que el Nuevo Frente Popular (NFP), una alianza de izquierda de cuatro partidos dominada por la izquierda radical Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon, obtuviera entre 145 y 175 escaños, lo que probablemente la convertiría en la segunda fuerza más grande en la nueva asamblea.
Macron, que convocó elecciones anticipadas hace menos de un mes después de que su bando sufriera una derrota humillante a manos del RN en las elecciones parlamentarias europeas, parece dispuesto a afrontar los últimos tres años de su presidencia sin una mayoría gobernante clara. Se prevé que el número de parlamentarios de la coalición centrista del presidente, Emmanuel Macron, se reduzca a la mitad, a un máximo de 148. Pero hay más incertidumbre que nunca en estas elecciones en la V república.
Un poco más de 49 millones de personas están registradas para votar en las elecciones, que determinarán qué partido controla la Asamblea Nacional de 577 miembros, la influyente cámara baja del parlamento francés, y quién será el primer ministro. Si el apoyo a la débil mayoría centrista de Macron se erosiona aún más, se verá obligado a compartir el poder con partidos que se oponen a la mayoría de sus políticas pro empresariales y pro Unión Europea.