El papa Francisco denunció el domingo la política populista y lo que llamó “la escoria de la ideología”, advirtiendo que la democracia no está en buena forma en muchas partes del mundo.
El Santo Padre, de 87 años, se encontraba en la ciudad nororiental de Trieste para una visita relámpago, su cuarto viaje dentro de Italia en poco más de dos meses, mientras se prepara para un viaje de 12 días a través de Asia en septiembre, el más largo de su papado.
En su intervención en una convención católica anual sobre asuntos sociales, Francisco dijo que muchas personas se sienten excluidas de la democracia, y que los pobres y los débiles son abandonados a su suerte.
“Es evidente que la democracia no goza de buena salud en el mundo actual”, dijo, denunciando la polarización y el partidismo.
“Las ideologías son seductoras. Algunos las comparan con el flautista de Hamelin. Te seducen, pero te llevan a negarte a ti mismo”, dijo, refiriéndose a un cuento de hadas en el que un cazador de ratas utiliza sus poderes mágicos para robar a los niños de un pueblo.
Afirmó que la “crisis de la democracia” afecta a varias naciones, pero no dio ejemplos concretos.
El Sumo Pontífice habló el día en que Francia celebra una segunda vuelta de las elecciones parlamentarias, en las que se espera que el ultraderechista Reagrupamiento Nacional (RN) obtenga la mayor parte de los votos, un mes después de que los partidos populistas obtuvieran avances en las elecciones de la Unión Europea.
“No nos dejemos engañar por soluciones fáciles. Apasionémonos, en cambio, por el bien común”, dijo el Papa el domingo, destacando el daño causado por la “corrupción y la ilegalidad” políticas.
El Santo Padre, que gobierna como un monarca absoluto en el pequeño Estado del Vaticano, dijo que era importante enseñar a los niños la importancia de los valores democráticos, advirtiendo que “la indiferencia es un cáncer para la democracia”.
“Me preocupa el escaso número de personas que han ido a votar. ¿Por qué ocurre esto?”, preguntó.
Más tarde, en la homilía de una misa al aire libre, Francisco denunció la complacencia generalizada ante la injusticia social.
“¿Por qué no nos escandalizamos ante el mal rampante, la vida humillada, los problemas laborales, los sufrimientos de los emigrantes? ¿Por qué permanecemos apáticos e indiferentes ante las injusticias del mundo?”, afirmó.
La visita de medio día a Trieste siguió a otros viajes similares a Venecia y Verona en abril y mayo, y a un discurso ante los líderes del Grupo de los Siete en el sur de Italia en junio, salidas que han puesto a prueba su resistencia tras repetidas dolencias a lo largo del año pasado que a veces le han obligado a reducir su carga de trabajo.
Como es habitual, el Sumo Pontífice se desplazó principalmente en silla de ruedas y se mostró en buena forma. En septiembre tiene previsto recorrer en avión más de 32.000 km en su viaje por Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur.