“Si algún sector interno tiene una intención hegemónica y sectaria, se equivoca y estará haciendo un gran mal en la reorganización del campo nacional y popular, de cara al futuro. Aquí nadie sobra, todos hacen falta, pero la necesidad de la renovación es imprescindible”, así de contundentemente se expresó ante Noticias Urbanas el flamante vicepresidente segundo del Congreso Metropolitano del peronismo porteño y presidente de la Agrupación Peronista Blanca de UPCN, Fernando Barrera, para dejar en claro que en el PJ local el tiempo de las internas pasó y que llegó la hora del recambio.
El viernes de la semana que pasó el líder de Nuevo Espacio de Participación (NEP) y auditor general de la Nación, Juan Manuel Olmos, fue elegido para presidir el Congreso Metropolitano del partido, órgano encargado de analizar las iniciativas en política electoral y la constitución de alianzas y frentes electorales.
Barrera es uno sus vicepresidentes y en ese marco, resaltó ante NU la necesidad de ampliar la base electoral del peronismo. “Si bien las elecciones del año próximo son legislativas, es la oportunidad de ir afianzando un frente electoral amplio, renovado, representativo de las fuerzas sociales y políticas que deben tener su expresión en la oferta electoral”, aseguró.
También fue lapidario con el Gobierno de Javier Milei al señalar que “el grado de cinismo de este gobierno, que goza con la desigualdad, que no expresa libertad sino libertinaje, claramente exige construir una alternativa para devolverle la esperanza a la mayoría”.
-La semana pasada asumió como vicepresidente del Congreso Metropolitano del PJ porteño, ¿cuáles son los objetivos de la nueva conducción del organismo?
-En principio quiero adelantar que para mí es un orgullo asumir esta responsabilidad partidaria, una más luego de haber sido durante 20 años apoderado, de ocupar la presidencia del Consejo Técnico y Profesional e integrar durante otro tanto tiempo la Mesa Ejecutiva del partido. Así como acompañar a Juan Manuel Olmos en la conducción del Congreso Metropolitano. Con Juan Manuel nos conocemos desde hace muchísimos años, desde nuestra militancia en la Juventud Peronista y hace mucho tiempo que venimos trabajando juntos en la conducción del peronismo de la Ciudad.
En esta nueva etapa queremos movilizar al congreso partidario, que es el órgano máximo y más representativo del partido, en donde se ven reflejadas las identidades comunales.
Queremos afianzar su funcionamiento ordinario con el funcionamiento de las comisiones asesoras que prevé la carta orgánica y, fundamentalmente, aportar al debate que necesariamente debe darse el peronismo para reconstruir su identidad con los porteños y con el pueblo de todo el país, para volver a transformarse en la fuerza que exprese a la mayoría de los argentinos.
No es menor en esta etapa pensar que el Congreso Metropolitano tiene la responsabilidad de sancionar el programa de acción política y la plataforma electoral del partido y analizar las iniciativas en materia de alianzas y frentes electorales a los que puede integrar el partido e incluso definir el método de selección de candidatos.
Más aún, considerando las versiones que pululan en el oficialismo nacional sobre la posibilidad de modificar la ley electoral, en particular con relación a las PASO.
-¿Cómo ve al peronismo porteño para las elecciones legislativas?, ¿qué debería hacer?
-Veo que desde hace unos años venimos creciendo electoralmente en la Ciudad y la posibilidad de abrir el frente a otros sectores representativos de otros espacios sociales y políticos nos puede permitir transformar nuestra fuerza en una opción de gobierno de la ciudad.
Para eso debemos salir de ser una oposición de minoría, para interpelar a los porteños y convertirnos en una mayoría que plantee otro modelo de Ciudad, donde no sólo se defina una nueva identidad ciudadana, cultural y arquitectónica, sino también coloque a la ciudad de Buenos Aires a la vanguardia de un proyecto que sostenga la justicia social, genere empleo, promueva el trabajo productivo, le otorgue facilidades a las empresas que quieran invertir, se preocupe por el desarrollo científico y tecnológico con inclusión social, proteja a las pymes y fundamentalmente al comercio y a los servicios profesionales que deben tener la posibilidad de crecer en esta Ciudad.
Buenos Aires debe dejar de ser expulsiva de sus habitantes, se debe preocupar por el déficit habitacional, por reducir la informalidad, por el crecimiento de la canasta de vida de los porteños, por la inclusión y la protección de sus adultos mayores, por el medio ambiente y por la seguridad. Todas facturas pendientes que dejan los 20 años de gestión del macrismo.
Si bien las elecciones del año próximo son legislativas, es la oportunidad de ir afianzando un frente electoral amplio, renovado, representativo de las fuerzas sociales y políticas que deben tener su expresión en la oferta electoral.
-¿Apoya la idea de un frente anti Milei?
-Sí, por supuesto. Especialmente en cuanto a que Milei expresa a un país gobernado por las fuerzas del mercado, en detrimento de la mayoría del pueblo, especialmente del pueblo trabajador.
El ajuste que está llevando adelante este gobierno nacional está generando mayor desigualdad social e incremento de la pobreza. No sólo lo digo yo, también lo expresó la UCA en su último informe de la realidad social. Hay sectores medios, trabajadores registrados, con ingresos por debajo del nivel de pobreza reconocido por el INDEC, mientras el presidente dice que en la Argentina nadie sufre por hambre, porque se moriría.
Éste es un ajuste que no lo paga “la casta”, sino que recae en los trabajadores y los jubilados.
El grado de cinismo de este gobierno, que goza con la desigualdad, que no expresa libertad sino libertinaje, claramente exige construir una alternativa para devolverle la esperanza a la mayoría del pueblo argentino. Porque estoy convencido que la salida a este gobierno y a este ajuste es política.
Así, hay que construir un frente que se oponga a este proyecto Milei, que tiene como modelo de país unaArgentina sin derechos sociales, donde las leyes de la oferta y la demanda son las únicas promotoras de la riqueza y la distribución con justicia es una fantasía ideologizada. Es un modelo que endiosa al individualismo y nos lleva al fracaso económico y a la conflictividad social.
Yo creo en otra Argentina, la del trabajo que dignifica a la persona, la de la producción, la del desarrollo, la de la Justicia social. Creo en un humanismo social, popular, nacional y cristiano. No son palabras vacías. Creo en un modelo de país que el peronismo supo expresar y construir en la realidad. Frente al ideologismo de Milei y de la izquierda, hay que construir un país en serio, inclusivo, de trabajo. Que potencie las capacidades propias de nuestro suelo y de nuestro pueblo, para alcanzar objetivos de grandeza y de felicidad para todos, tan simple y complejo como ello.
Para construir ese país, hay que hacerlo con todos. Con los que piensan como nosotros y con los que piensan distinto, pero quieren una Argentina real, vivible, que crezca para todos. Perón nos enseñó el camino cuando volvió en los años ´70. Nos propuso la unidad nacional y que para un argentino no hay nada mejor que otro argentino.
-El NEP y La Cámpora son los dos sectores más importantes del peronismo porteño, en este momento, ¿tienen más acuerdos o más diferencias?
Puede ser que sean dos agrupaciones internas del partido con cierto espacio importante de representación, pero hay muchos más que debemos convocar y son una realidad importante también.
Nosotros conformamos una mesa política y sindical, que reúne a un número muy importante de dirigentes y organizaciones del campo sindical verdaderamente representativa de la CGT, pero también hay dirigentes y expresiones de organizaciones del campo social, de la economía popular y de otras vertientes ideológicas y partidarias que también tienen que estar.
Si alguna orgánica interna tiene una intención hegemónica y sectaria se equivoca y estará haciendo un gran mal en la reorganización del campo nacional y popular, de cara al futuro.
Aquí nadie sobra, todos hacen falta, pero la necesidad de la renovación es imprescindible.
“Si bien las elecciones del año próximo son legislativas, es la oportunidad de ir afianzando un frente electoral amplio, renovado, representativo de las fuerzas sociales y políticas que deben tener su expresión en la oferta electoral”, dijo Barrera.
-¿Cómo evalúa el Gobierno porteño de Jorge Macri?
Hasta acá, en estos siete meses de no gestión, creo que mi evaluación es mala.
Esta gestión de Jorge Macri no se escapa del deterioro que viene mostrando en el tiempo la gestión macrista en la Ciudad. Creo que Horacio Rodríguez Larreta pago los platos rotos de la mala gestión en la elección anterior y al actual Jefe de Gobierno le va a pasar algo similar en la elección del año próximo, pero especialmente en el 2027, cuando se plebiscite su gestión.
La Ciudad está mal. No hay planificación de políticas públicas, no hay identidad cultural, social y arquitectónica. La Ciudad está sucia, descuidada y cada vez más insegura. Fuimos testigos este último tiempo de robos seguidos de muerte como hacía rato no veíamos y no veo astucia ni inteligencia en ninguna política que cambie notablemente en algo a la ciudad.
Solo pareciera una gestión administrativa, con un alto perfil recaudatorio e insensible a la cuestión social y económica que vivimos los porteños
-¿Qué rol debería jugar el peronismo porteño frente a la gestión de Jorge Macri?
-El rol de oposición, de ser la primera minoría parlamentaria, pero fundamentalmente, como dije antes, el peronismo debe interpelar al porteño en pos de otro modelo de ciudad y de país, que atienda y resuelva sus problemas cotidianos.
No puede ser que la ciudad no tenga una política activa de fomento a las pymes, que no fomente el trabajo y el control del empleo no registrado, que no se plantee el problema habitacional de una clase media que cada vez ve más alejada la posibilidad de la casa propia y ahora incluso a la de acceder a un alquiler.
La vivienda es un derecho que hace a la dignidad de la persona, al igual que el trabajo y el acceso a los servicios públicos de calidad.
El servicio de subterráneos aumenta su tarifa y no mejora la calidad de su servicio. Tampoco hay una idea innovadora en el servicio de higiene urbana y las ratas caminan entre las piernas del jefe de gobierno actual en uno de los pocos actos protocolares que le vimos.
Cómo puede ser que los precios aumentan y el gobierno de la ciudad sólo nos comenta la tasa de inflación, sin tener una sola política activa que intente aliviar el bolsillo de los porteños. Al contrario, sube el ABL y las tarifas.
El peronismo debe dar una respuesta a todos estos problemas.
-¿Cómo evalúa el gobierno de Javier Milei? ,¿el peronismo debería confrontarlo abiertamente?
-Ya te dije qué pienso del gobierno de Milei, sólo te agregaría que entiendo que la salida a este ajuste inhumano es política y el peronismo debe ser autocrítico de sus errores en los últimos 12 años de gobierno nacional, dar el debate necesario y volver a interpelar al pueblo argentino para expresar sus necesidades y convertirse en un nuevo gobierno que verdaderamente avance en la solución de los problemas argentinos.
Vuelvo a insistir en la renovación de ideas y de dirigentes y, fundamentalmente, en retomar los principios doctrinarios del movimiento nacional, que hicieron grande a esta patria en alguna época.
La agenda política del peronismo debe ser la agenda política de la gente, de las mayorías. Debemos volver a nuestra identidad movimientista, federal, a nuestro proyecto de comunidad organizada en la justicia social y evitar llevar al peronismo hacia un ideologismo vanguardista, que poco tiene que ver con la identidad popular y nacional.
-¿Qué rol deben jugar Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa en la próxima campaña legislativa?
-Respeto a Cristina por su jefatura sobre un sector del peronismo, especialmente de la Provincia de Buenos Aires, pero entiendo que hoy por hoy no tiene la capacidad de conducción de todo el movimiento nacional y en cuanto a Massa, creo que podría elevar su perfil en esta coyuntura y hasta incluso transformarse en una propuesta electoral en su distrito en las próximas elecciones.
En definitiva, fue nuestro último candidato presidencial y en la primera vuelta sacó una amplia mayoría, que incluso estuvo a tres puntos de evitar el ballotage. Creo que tiene mucho que aportar aún en la política, pero creo también que es su decisión elegir cuándo y cómo lo hace.
-¿Qué lugar deben ocupar los sindicatos?
El rol del movimiento obrero es defender y promover el trabajo como derecho, como forma de vida, como filosofía de la comunidad y como cultura.
Para nosotros el trabajo dignifica a la persona humana y define un perfil de sociedad.
Los sindicatos deben cuidar todo ese bagaje social y cultural, además de promover al trabajo digno como base de la economía y, como tal, tienen la responsabilidad de ser protagonistas del acuerdo social que promueva al trabajo a la producción y al desarrollo junto a los otros dos sectores de la realidad social y económica del país, los empresarios y el estado.
Esto nos demanda también un compromiso político, ser parte de la organización de la comunidad y afianzar el frente nacional y popular que lleve a la práctica el modelo de justicia social que anhelamos.
Nuestro único líder, Juan Domingo Perón, a 50 años de su paso a la inmortalidad, nos legó la responsabilidad de ser la columna vertebral del movimiento y como tal debemos ser la expresión que sostenga la identidad de nuestro frente político para la reconstrucción de la esperanza de nuestro pueblo, en un proyecto de país que lo contenga.
-¿Cuáles deben ser los ejes para la reconstrucción del peronismo?
-El eje principal es volver a Perón. Pero no por ser nostálgicos ni aplicar las mismas recetas que bien supimos realizar hace más de medio siglo atrás, sino para retomar su legado, recuperar valores de su doctrina y, actualizada, aplicarla a los nuevos desafíos que nos demanda la Argentina.
Ahora que Milei nos propone volver a la argentina de fines del siglo XIX, nosotros tenemos que afianzar nuestra identidad, promoviendo la comunidad organizada en base a la justicia social, revalorar lo colectivo y al hombre como sujeto social. Volver a la cultura del trabajo, incentivar la producción, buscar la unidad política y económica con la región, afianzar la democracia social, el pluralismo, el multilateralismo, proteger los intereses nacionales que nos pueden hacer competitivos en el mundo, sostener la investigación científica y tecnológica que nos abra la puerta a un futuro con crecimiento y desarrollo.
Hay que eliminar la pobreza, volver al movimiento social ascendente, generar rentabilidad, pero también mejorar la distribución. Hay que devolver la esperanza de que nuestro país puede generar las oportunidades para las generaciones del futuro.