El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció este domingo que se retira de la pelea por la reelección con Donald Trump, en una decisión histórica.
“Si bien ha sido mi intención buscar la reelección, creo que lo mejor para mi partido y el país es que renuncie y me concentre únicamente en cumplir con mis deberes como presidente durante el resto de mi mandato”, dijo Biden en una carta publicada en X (antes Twitter).
Y agregó: “Me dirigiré a la nación esta próxima semana para dar más detalles sobre mi decisión. Ha sido el mayor honor de mi vida servir como su presidente”.
El anuncio se esperaba, por mucho que su equipo de campaña y él mismo se empeñaran en afirmar que llegaría hasta el final. De esa manera, da un vuelco a una campaña que ya experimentó muchas idas y venidas, sobre todo un intento de asesinato contra Trump el 13 de julio durante un mitin.
Ahora el Partido Demócrata tendrá que encontrar a un sustituto o sustituta, cuando faltan pocos días para la convención prevista en Chicago (norte) a partir del 19 de agosto.
Su vicepresidenta, Kamala Harris, sería una elección natural, pero no automática, para convertirse en candidata demócrata.
La última palabra la tienen los delegados del partido: 3.900 personas con perfiles muy variados y en su mayor parte completamente desconocidos para la opinión pública.
En tanto, Biden anunció este domingo que respaldaba a su vicepresidenta como candidata demócrata para las elecciones de 2024, después de dar a conocer que abandonaba la carrera. “Hoy quiero ofrecer todo mi apoyo y respaldo para que Kamala sea la candidata de nuestro partido este año”, afirmó en X.
La vicepresidenta Kamala Harris, que ya sucedería a Biden en caso de muerte o incapacidad, está muy bien situada para ser la elegida por los demócratas. Hija de padre jamaicano y madre india, fue la primera mujer y la primera persona negra en convertirse en fiscal general de California, y más tarde la primera senadora con familia originaria del sur de Asia.
La candidatura de Biden estuvo en peligro desde un desastroso debate televisivo contra Trump hace tres semanas. Ese día, desde los primeros segundos de la batalla verbal que él mismo había convocado, decenas de millones de telespectadores vieron a un presidente titubeante y confuso, una imagen que dejó a los demócratas consternados y desorientados.
Estaba resfriado y tosía con frecuencia. Su voz era apagada, se trababa al hablar y dejaba las frases inacabadas. Un espectáculo doloroso que sacó a la luz las dudas sobre su edad, que su entorno más cercano se había esforzado en sofocar.
Tan pronto como terminó, la pregunta era inevitable: ¿quién sería el primero en pedirle que pasara el testigo? El nerviosismo se contagió. Algunos congresistas demócratas se lo pidieron públicamente.
Con el paso de los días se fueron sumando pesos pesados del partido. Uno tras otro, asustados por las encuestas que lo daban como perdedor y por miedo a una victoria abrumadora del republicano Trump, le dieron la espalda. Al comienzo en privado, sugiriéndole que reconsiderara su candidatura.
Los medios de comunicación estadounidenses, citando fuentes anónimas, afirmaron que el expresidente Barack Obama, la exjefa de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi y los líderes demócratas en el Congreso Chuck Schumer y Hakeem Jeffries expresaron su preocupación.
Y las imágenes de Joe Biden dando positivo por Covid-19, bajando con dificultades la pasarela de su avión, no hicieron más que amplificar el nerviosismo de su bando.
Según indicaron medios estadounidenses, el expresidente Barack Obama expresó su preocupación por el estado de Joe Biden.
Sin embargo, su equipo de campaña negó constantemente los informes sobre su baja e insistió en que se quedaría: “Se presenta a la reelección. Las conjeturas infundadas de fuentes anónimas no son una primicia”, dijo esta semana el funcionario de campaña TJ Ducklo.
En los últimos días, el número de demócratas que se manifestaron en su contra fue creciendo y 20 miembros de la Cámara de Representantes le pidieron abiertamente que renuncie. El jueves Biden, desafiante, dijo que él será el candidato demócrata y que solo Dios o una “condición médica” lo obligarían a retirarse.
Los principales demócratas del Congreso, Schumer y Jeffries, se reunieron con el mandatario en los últimos días para advertirle que su candidatura amenaza las perspectivas de su partido en las elecciones de noviembre.
La carta completa de Joe Biden anunciando que retira su candidatura:
Mis compatriotas estadounidenses,
En los últimos tres años y medio, hemos logrado grandes avances como nación.
Hoy, Estados Unidos tiene la economía más fuerte del mundo. Hemos hecho inversiones históricas en la reconstrucción de nuestra nación, en la reducción de los costos de los medicamentos recetados para las personas mayores y en la ampliación de la atención médica asequible a una cantidad récord de estadounidenses. Hemos brindado atención médica críticamente necesaria a un millón de veteranos expuestos a sustancias tóxicas. Hemos aprobado la primera ley de seguridad de armas en 30 años. Hemos designado a la primera mujer afroamericana para la Corte Suprema. Y hemos aprobado la legislación climática más importante en la historia del mundo. Estados Unidos nunca ha estado mejor posicionado para liderar que hoy.
Sé que nada de esto se hubiera podido lograr sin ustedes, el pueblo estadounidense. Juntos, superamos una pandemia que se da una vez cada siglo y la peor crisis económica desde la Gran Depresión. Hemos protegido y preservado nuestra democracia y hemos revitalizado y fortalecido nuestras alianzas en todo el mundo.
Ha sido el mayor honor de mi vida servir como su Presidente. Y si bien ha sido mi intención buscar la reelección, creo que lo mejor para mi partido y el país es que me retire y me concentre exclusivamente en cumplir con mis deberes como Presidente durante el resto de mi mandato.
Hablaré con The Nation a finales de esta semana con más detalles sobre mi decisión.
Por ahora, permítanme expresar mi más profundo agradecimiento a todos aquellos que han trabajado tan duro para verme reelegido. Quiero agradecer a la vicepresidenta Kamala Harris por ser una socia extraordinaria en todo este trabajo. Y permítanme expresar mi más sincero agradecimiento al pueblo estadounidense por la fe y la confianza que han depositado en mí.
Hoy creo lo que siempre he creído: que no hay nada que Estados Unidos no pueda hacer, si lo hacemos juntos. Sólo tenemos que recordar que somos los Estados Unidos de América.