Pablo Moyano, integrante del triunvirato que conduce la Confederación General de Trabajadores (CGT) y segundo del Sindicato de Camioneros, fue entrevistado para el programa radial online “Rezá x mí” (el leitmotiv del Papa Francisco) de cara a la celebración de fe y lucha por el santo del pan y el trabajo, San Cayetano, el próximo miércoles 7 de agosto, en el barrio porteño de Liniers.
“Ser uno de los convocantes y participar el 7 de agosto es un orgullo. Vamos con la consigna histórica: paz, pan y trabajo. A la mañana la misa y luego en Plaza de Mayo. Más allá de pedirle a San Cayetano, será una jornada de protesta en paz y multitudinaria. Los reclamos son: La recesión, los despidos, contra la reforma laboral, en contra que los trabajadores paguen ganancias, para que se entregue los alimentos a los comedores y merenderos”, explicó Moyano.
“Le daremos continuidad a lo que se inició en diciembre cuando movilizamos a tribunales, después los dos paros nacionales, la movilización universitaria”, agregó el líder sindical quien ve “a la gente deprimida y sin esperanza” pero con la mirada puesta en que la jornada de fe y lucha del próximo 7 de agosto “haga reflexionar al presidente y a su gobierno para que dé respuesta a los más humildes y a los pobres que se están quedando sin laburo”.
A la pregunta del periodista Lucas Schaerer, conductor del programa radial, sobre la fe en su vida, Moyano hijo explicó que viene de su abuela materna, “quien daba clase del culto en una iglesia evangélica de Mar del Plata, Hugo también es evangélico y toda la familia. Hace bien ir a misa cuando uno está afligido, amargado, deprimido, con todo lo que está pasando en nuestro país con los trabajadores, que mejor que refugiarse en la fe. Tuve una desgracia personal muy fuerte hace 14 años donde gracias a la visita de un pastor uno pudo enfrentar esa situación de depresión”.
El dirigente sindical de la CGT y Camioneros estuvo en el Vaticano en varias oportunidades, una vez reunido en la residencia papal Santa Marta con el Francisco, y además en un coloquio con empresarios y trabajadores del transporte a nivel internacional, de allí su cercanía con el Pontífice a quien califica como el representante en “la fe para millones de argentinos. Porque el transmite amor hacia los trabajadores y los humildes. Eso te llega al corazón”.