La comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento de la Cámara baja, que preside la macrista Silvia Lospennato, convocó para el próximo martes la primera reunión informativa en la que se iniciará la discusión sobre los proyectos de ley para investigar la conducta de los seis diputados de La Libertad Avanza que, el 11 de julio, visitaron a represores de la última dictadura militar, presos en el penal de Ezeiza.
El encuentro había sido pautado inicialmente para el jueves, pero la excesiva duración de la sesión especial que comenzó el miércoles impidió que dieran los tiempos para que se llevara a cabo, y hubo que reprogramar la cita para el martes próximo a las 12.
En el caso de la intervención del bonaerense de la UCR, hubo una referencia explícita a la diputada Lourdes Arrieta, quien anteriormente había intentado excusar sobre su participación en el penal de Ezeiza al señalar que había sido llevada hasta allí “engañada”, al mismo tiempo que adujo que por su edad no conocía a los personajes que había ido a visitar, entre ellos Alfredo Astiz.
“Existe Google para fijarse quién fue Astiz y no tomarle el pelo al pueblo argentino diciendo que naciste en 1993. Yo nací en 1988 y tengo bien en claro quiénes fueron los genocidas que están encerrados en Ezeiza”, la cruzó Juliano.
A propuesta de Unión por la Patria (UP), se votó una moción de apartamiento de reglamento para que se incluyera en el temario el proyecto de la diputada Gisela Marziotta que apunta a expulsar a los seis diputados libertarios involucrados en el escándalo, pero la moción fue rechazada.
El titular del bloque de Unión por la Patria (UP), Germán Martínez, se mostró satisfecho con esa solución, aun siendo consciente que muchos de sus colegas de bancada querían llevar el proyecto directamente al recinto sin dictamen, pero era una votación en la que no tenía chances de ganar.
La visita a genocidas
Los diputados implicados llevaron a la cárcel de Ezeiza el borrador de un proyecto de ley elaborado por el cura Javier Olivera Ravasi, hijo de un represor condenado y activista de derecha, que propone morigerar las condiciones de detención de los genocidas brindándoles el beneficio de la prisión domiciliaria.
En la visita participaron además de Benedit, otros diputados cercanos a la vicepresidenta Victoria Villarruel como Guillermo Montenegro, María Fernanda Araujo y Lourdes Arrieta. Del traslado hasta Ezeiza fue parte también Rocío Bonacci, aunque desistió de ingresar al penal cuando se enteró —en medio del viaje— que el motivo era conversar con militares condenados por delitos de lesa humanidad. Su versión se corroboró cuando salió a la luz la foto de los diputados implicados con los genocidas: ella no estaba en el cuadro.
La Diócesis Zárate-Campana expulsó al cura Ravasi
A través de un comunicado, explicaron que su expulsión se producía por la reiteración de actitudes opuestas al “testimonio cristiano”, por las que se le “pidió un cambio de actitud y comportamiento en su proceder”.
“Al no observarse hasta el presente el cambio requerido en su actitud, y teniendo en cuenta que el mencionado sacerdote no pertenece a esta Diócesis de Zárate-Campana, se le ha comunicado que en adelante no tiene autorización para residir en esta Diócesis”, informaron desde la sede bonaerense.
Javier Olivera Ravasi es un religioso formado en el Instituto del Verbo Encarnado, el cual fue intervenido hace algunos años por el Vaticano por su carácter integrista. Es hijo del mayor Jorge Antonio Olivera, quien se encuentra cumpliendo con prisión domiciliaria por haber sido partícipe de delitos de lesa humanidad y estuvo prófugo durante cuatro años, luego de haberse fugado del Hospital Militar Central en Palermo en 2017.
Diferentes fuentes señalaron que el cura habría alentado el acercamiento de los diputados a los represores privados de su libertad, aunque no se lo ve en la fotografía del encuentro que fue difundida en redes sociales.