El debate sobre la implementación de la Boleta Única de Papel (BUP) volvió a estar en el centro de la discusión política en el Senado de la Nación. Tras meses de negociaciones entre el oficialismo y la oposición, la iniciativa enfrenta una semana clave en su tratamiento. El gobierno de Javier Milei, a través de su vicejefe de Gabinete del Interior, Lisandro Catalán, impulsó el proyecto de LLA y confían en que la Cámara alta lo apruebe en los próximos días para que pueda aplicarse en las elecciones legislativas del próximo año.
La implementación de la BUP tiene como objetivo cambiar el sistema electoral vigente, que se basa en la tradicional boleta partidaria. Además, la utilización de este tipo de boleta propone una mayor eficiencia y transparencia, al centralizar la oferta electoral en una única papeleta.
Las negociaciones en el Senado
El proyecto ya fue sancionado en la Cámara de Diputados, obtenida en junio de 2022, pero se trabó en el Senado hasta ahora. En este sentido, el Gobierno intenta acelerar los tiempos para que pueda implementarse en los comicios de 2025, ya que, si no se vota en las próximas semanas, el tiempo necesario para la adaptación de los procedimientos electorales se vería comprometido.
En tanto, en el oficialismo están preocupados porque la normativa perdería estado parlamentario en febrero de 2025 si no se convierte en ley antes de esa fecha. Sin embargo, enfatizan que es crucial que el Senado lo trate en septiembre de este año, para que luego pueda ser revisado por Diputados y promulgado como ley antes de diciembre. Por su parte, el Ejecutivo debe cumplir con las diversas formalidades burocráticas, como informar a los juzgados electorales, diseñar las listas y adaptar los procedimientos correspondientes.
Asimismo, desde la Casa Rosada enviaron a Catalán para realizar las negociaciones con los bloques provinciales y así asegurar el apoyo necesario. A pesar de los esfuerzos del funcionario, la inclusión de la Boleta Única en el temario de las sesiones del Senado no llegó a buen puerto. En agosto, Catalán esperaba que el proyecto fuera tratado en una sesión en la que se debatió la anulación de la última suba de sueldos de los senadores, pero finalmente no se incluyó en el orden del día.
El tratamiento del proyecto viene siendo complejo por la resistencia de algunos bloques provinciales. En particular, las pequeñas bancadas expresaron su preocupación por el diseño de las boletas, en específico por la opción de “lista completa”, que permite al votante seleccionar a todos los candidatos de un mismo partido con un solo tildado.
Esta opción no fue vista para los partidos provinciales que no tienen candidatos en las elecciones presidenciales o para gobernador. Ante esta objeción, el Gobierno se mostró dispuesto a modificar el diseño de las boletas para eliminar esta opción, pero el cambio no fue suficiente para lograr un consenso total en la oposición. Y ahora apuesta a que el proyecto se vote esta semana, en una sesión clave en la que el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, también deberá presentar un informe sobre el avance de la gestión ante la Cámara de Diputados.
La posición del oficialismo en el Senado es delicada, ya que para aprobar el proyecto se necesitan al menos 37 votos a favor, lo que representa la mitad más uno de los miembros del recinto, estén presentes o no. Este umbral es particularmente importante en temas relacionados con cambios en el sistema electoral, donde la mayoría simple no es suficiente. Además de la BUP, la Cámara alta también tiene en agenda otras cuestiones que generan división, como el financiamiento de las universidades públicas y la derogación del DNU que otorgó fondos reservados a la Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE).
