La quimera inicial naufragó apenas zarpar. Los desacuerdos se fueron acrecentando con el correr de las jornadas y las opiniones se diversificaron sin retorno.
La trágica noche del 30 de diciembre de 2004 el incendió de República Cromañón provocó la muerte de 194 personas y los familiares de las víctimas, que al principio intentaron formar un frente común, se fueron agrupando en bandos, cuyas diferencias desencadenaron la aparición de distintos letrados, que se encargaron de patrocinar a los sectores que fueron surgiendo con el desarrollo de la investigación judicial.
A pesar, de que hubo intentos por unificar la estrategia de los padres, ante el hecho concreto del juicio oral, las buenas intenciones se perdieron en el camino. El resultado se hizo público el martes por la mañana en el Palacio de Tribunales de Talcahuano al 500, cuando el fiscal Juan Manuel Sansone comenzó la lectura de las 45 carillas, que agrupan a las cuatro querellas entre las que están divididos los familiares de Cromañón.
La lectura de las acusaciones fueron el inicio del juicio oral que preside el Tribunal Oral en lo Criminal Número 24, que integran los magistrados Cecilia Maiza, Marcelo Alvero y Daniel Llanos, quienes serán los encargados de revisar los 311 cuerpos del expediente, el cual contiene casi setenta mil fojas.
Las primeras siete jornadas del juicio serán utilizadas en su totalidad para escuchar los testimonios de los 15 imputados y se calcula que todo el proceso durará ocho meses, durante los cuales declararan cerca de 350 testigos. Las diferencias entre los familiares son tan claras que también quedaron expuestas en los alrededores del Palacio de Justicia.
Luego de los forcejeos entre los padres y los fans del grupo Callejeros, un grupo de familiares dejo en claro sus posiciones encontradas ante la prensa. "Es un juicio de tinte mafioso y tramposo", expresó José Guzmán padre de Lucas de 18, quien murió en el siniestro. Casi al mismo tiempo, María Luisa González, madre de María, otra adolescente muerte mostraba su confianza en el resultado del juicio. Desde la ventana de un conocido bar, ubicado a pocos metros de los tribunales, un letrado cercano a una de las defensas, miraba en silencio el acontecer de los sucesos que ocurrían en las cercanías del Palacio de Justicia.
El abogado fue el encargado de explicarle a NOTICIAS URBANAS el origen y las causas de la interna de los familiares de Cromañón. "Al principio surgieron dos facciones bien diferenciadas. Había un grupo duro y uno más conciliador. Entre los duros te podría mencionar como figura conocida a Ricardo Righi (padre de una de las víctimas), quien se oponía a la vuelta a los escenarios de Callejeros y hasta amenazó con inmolarse si eso sucedía. También, criticó la investigación judicial y por eso mismo fue denunciado por la jueza de Instrucción, María Angélica Crotto y hasta llegó a mencionar a importantes ex funcionarios nacionales del kirchnerismo como involucrados en la tragedia. El otro sector era más concialiador y estaba representado por el abogado José Iglesias, quien era más propenso al diálogo y no llegaba a ser tan duro con los investigadores judiciales. Pero el transcurrir de los meses provocó nuevas fisuras y surgieron dos grupos más cuyo origen fueron los grupos originales", detalló el letrado ante este semanario.
La interna entre los padres desembocó en cuatro querellas distintas. Por un lado se encuentra, el grupo que representan los abogados Iglesias y Beatriz Campos, por otro el que patrocina María del Carmen Verdú, otro es encabezado por Patricio Poplavsky y finalmente se encuentra el grupo de Mauricio Castro. Las diferencias arrancan en la acusación contra el principal imputado el ex gerenciador del boliche de Once, Omar Chabán. Para el grupo de Poplavsky la acusación es de estrago doloso seguido de muerte y cohecho activo, para el de Verdú homicidio simple y los de Iglesias y Castro coinciden en imputarlo por el delito de homicidio simple y cohecho activo. Por otro lado, la acusación de la fiscalía contra Chabán es por estrago doloso seguido de muerte y cohecho activo.
En el caso de Callejeros, las diferencias entre los padres son más simples, ya que tanto Verdú como Castro no los acusan. Sin embargo, los sectores que si lo hacen, el de Iglesias y Poplavsky no coinciden en el delito. Para el primer grupo son culpables de homicidio simple y cohecho activo y para el segundo de estrago doloso seguido de muerte y cohecho activo, esta última acusación es compartida por la fiscalía.
En el caso de los ex funcionarios porteños, Fabiana Fiszbin (ex subsecretaria de Control Comunal), Gustavo Torres (ex director general de Fiscalización y Control) y quien era su segunda en la función pública, Ana María Fernández; los puntos de vista opuestos vuelvan a salir a la luz. Iglesias y Verdú coinciden en acusarlos por el delito de homicidio simple, Castro por el de homicidio culposo y Poplavsky por el de incumplimiento de los deberes de funcionario público, imputación que también le hace la fiscalía.
En el caso del ex titular de la comisaría séptima, Miguel Angel Belay, vuelven a aflorar los cruces de acusaciones. Para Iglesias y para Castro es culpable de cohecho pasivo, para Poplavsky de estrago doloso seguido de muerte y cohecho activo y por el lado de Verdú no fue imputado. El titular de los fiscales, Jorge López Lecube lo acusa de cohecho pasivo. También, tienen diferencias en la acusación contra el ex subcomisario de la séptima, Carlos Díaz.
En este caso las imputaciones de la cuatro querellas y la de la fiscalía difieren entre si. Para iglesias es culpable de homicidio simple y cohecho pasivo, para Poplavsky de estrago doloso seguido de muerte y cohecho activo, para Castro de homicidio simple y cohecho pasivo, para el López Lecube de estrago doloso seguido de muerte y cohecho pasivo y Verdú no lo imputa. "Ante tantas querellas con miradas distintas se va a complicar la resolución del juicio oral. Porque cualquiera sea el resultado del mismo, va a dejar a muchos con la sensación de que no cumplió con los objetivos esperados", remató ante NOTICIAS URBANAS, el atildado abogado que hablaba sin apartar la vista de la ventana del bar, que le mostraba el vallado de combate urbano que rodeaba la entrada del Palacio de Justicia, mientras el atardecer derrapaba sobre una Ciudad que se llenaba de incógnitas.
