La consultora Prosumia, que tiene como una de sus caras visibles a Guillermo Seita, salió a medir la interna del peronismo en un momento extremadamente caliente: se espera que por estas horas, Cristina Kirchner y Axel Kicillof, hoy en rincones opuestos, se juntan para ver si acuerdan la tan mentada unidad.
El sondeo, les llegó a ambos rincones, a través de encumbrados voceros, funcionarios y otros encuestadores que tiene llegada a Seita (Wado de Pedro, Juan Manuel Olmos, “El Cuervo” Larroque, Raúl Timerman) y que trabajan en y para el peronismo. Con una curiosidad: tiene datos a favor de referentes de ambos grupos. ¿Una manera de fomentar la unión?
El título del relevamiento es por demás provocador: “Cristina presidente, La Cámpora al poder”. Sin embargo, también tiene guiños a favor de Kicillof.
Los principales números
Cuando se pregunta directamente por los dos candidatos lanzados para la interna del 17 de noviembre (este sábado cierran listas), Cristina le saca varios cuerpos al gobernador riojano Ricardo Quintela: se queda con el 70% de la intención de voto, contra 10% de su rival y un 20% que no sabe o no quiere contestar.
Pero cuando se encara una tabla de imágenes entre los principales dirigentes partidarios, el mejor es Kicillof: 77,8% de positiva entre los militantes, contra 73,2% de la ex mandataria. Ultimo, con apenas 33,6% de apoyo, queda Máximo Kirchner.
También el sondeo tiene un número muy potente: asegura que 9 de cada 10 encuestados asegura que la culpa de la llegada al poder de Javier Milei “es del peronismo”.
La presión de CFK y La Cámpora
En los últimos días creció la presión de Cristina, ejercida a través de sus principales operadores, varios de ellos de La Cámpora, para darle volumen a un operativo clamor que por ahora viene menguado.
A diferencia de otros años, la idea de que la exmandataria tendría el camino allanado -y adornado- para conducir el partido no ocurrió. Fueron pocos los que salieron en pública a apoyarla, y Quintela mantuvo su postulación.
¿Más desaires? Kicillof, hasta hace no tanto su niño mimado en la política, mantuvo silencio y dejó correr la idea de que él debe estar también en algún lugar relevante de la conducción.
