Varios de los mandatarios que participaron coincidieron en que el Presidente los escuchó, pero no hubo ninguna señal de que atenderá a sus reclamos. El año próximo es electoral y eso genera una urgencia extra porque un eje de las campañas lo constituye siempre la obra pública, que está prácticamente paralizada en el país.
Aunque periódicamente los gobernadores que mantienen diálogo con la Casa Rosada alegan “cansancio” por “acompañar” y no recibir ningún gesto a cambio, en general no hacen más que quejarse por lo bajo. Por momentos parecen dispuestos a quebrar lanzas, pero terminan sosteniendo el diálogo, aunque siguen con los bolsillos vacíos.
Por el fortísimo ajuste en las transferencias del Estado Nacional por fuera de la coparticipación -sufrieron un 65,3% de caída real entre enero y septiembre en comparación con el 2023-, los gobernadores se vieron obligados a aplicar su propia “motosierra”, por lo que de cara a las legislativas del año próximo tienen casi nada de obra pública para mostrar. Y lo mismo pasa con los programas de beneficios.
Reclamos en sus provincias
Los gobernadores enfrentan además el endurecimiento de los reclamos de los gremios, que exigen una recuperación de los salarios. Apuntan a aumentos superiores a la inflación para poder compensar lo que se llevó la devaluación.
En las últimas semanas algunos gobernadores consiguieron promesas de que La Libertad Avanza (LLA) no les armará listas competitivas en sus distritos. No fue Milei el que se los prometió y a un año de la elección, todo suena “volátil”, califica un norteño.
Desde el grupo de Juntos por el Cambio (JxC) aseguran que si en el proyecto de presupuesto que baja al recinto no se reflejan al menos algunos de los puntos reclamados, no habrá apoyo. Dicen, también, que Mauricio Macri avala esa decisión. Aunque endurecen su posición, por lo bajo también reconocen que a Milei “no le importa quedarse sin presupuesto”.
Desde diciembre, todos los gobernadores afrontan el problema de no encontrar una estrategia que les resulte fructífera en las negociaciones con el libertario. Intentan nuevas alianzas, diseñan acuerdos regionales (en la última semana fue el de la Mesopotamia), pero las heterogeneidades se terminan imponiendo y eso también les quita fuerza.
La obra pública fue un tema vertebral en la conversación con Gustavo Sáenz (Salta), Raúl Jalil (Catamarca), Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Hugo Passalacqua (Misiones). El planteo de los mandatarios fue: “Ya dimos una mano, ahora hay que discutir los temas que son centrales para nosotros”. Esa es la posición que vienen esgrimiendo desde hace meses, pero lo cierto es que del otro lado no hay cambios
El tucumano Jaldo siempre se muestra optimista y sostiene que “no es producto de la casualidad” que su provincia se siente en la mesa de diálogo con Milei. Después del último asado, afirmó: “Hemos logrado reafirmar el compromiso de tres obras muy importantes”. Se trataría de las del aeropuerto (la modernización está a mitad), el acueducto de Vipos y la reparación de una captadora de agua del dique El Cadillal.
Marcelo Orrego (San Juan), Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Ignacio Torres (Chubut), Claudio Poggi (San Luis) y Jorge Macri fueron los representantes de Juntos por el Cambio (JxC) en el almuerzo con el Presidente. No hablan de una “negociación” y señalan que del proyecto de presupuesto se habló “poco”, pero relatan que tuvieron la posibilidad de reiterar los temas núcleo de sus agendas.
En cuanto a la obra pública, en las provincias dicen que además de que la Nación debe cancelar la deuda con las empresas para que se reinicien los trabajos, tiene que incluir en los anexos del presupuesto varias obras que están en los convenios de transferencia firmados y que no aparecen. Un reclamo más fue generar un esquema de distribución del remanente de ATNs.
Los gobernadores de todos los partidos se plegaron al pedido del mendocino Alfredo Cornejo de achicar el financiamiento de la desaparecida AFIP, ahora ARCA. Las provincias cedían fondos coparticipables y el organismo recibe 1,9%, lo que lo convierte en la provincia 25: le toca más dinero de la coparticipación primaria que a 13 distritos. Como se achica el gasto, se debe achicar el aporte, es el razonamiento de los mandatarios.