El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri, tomó la decisión de echar a Claudio “Chiqui” Tapia, presidente de la AFA, del cargo que tenía en el CEAMSE (Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado), la empresa estatal dedicada a la gestión integral de residuos en CABA y provincia de Buenos Aires.
En la compañía de tratamiento de basura y residuos, Tapia tenía el puesto de vicepresidente. No obstante, desde fines del año pasado el cargo había entrado en un limbo de vencimiento y desde marzo de este año se había producido un silencio administrativo con respecto a su continuidad en el cargo.
Tapia estaba en el puesto desde 2015 y se mantuvo en el cargo, cuando ya estaba en duda su continuidad, bajo la presidencia de Mónica Cappellini, funcionaria del intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, quien ocupa ese lugar desde 2020.
Sin embargo, era un cambio esperable dentro de la gestión de Jorge Macri, quien en una oportunidad desde Uspallata mencionó: “No queremos más Chiquis Tapias”.
La decisión le fue comunicada al presidente de la AFA por parte de Gabino Tapia, ministro de Justicia porteño, quien le comunicó su salida durante una reunión junto a Ezequiel Sabor, jefe de asesores del Gobierno de la Ciudad, director del Banco Ciudad, secretario general del Pro porteño y síndico titular en el organigrama del CEAMSE.
El reemplazo para Tapia será Ezequiel Jarvis, politólogo y actual secretario de Trabajo y Empleo porteño conocido en el equipo de Macri por tener buenos vínculos con el sindicalismo .
En el CEAMSE conviven trabajadores tanto del Gobierno de la Ciudad como del Gobierno bonaerense por partes iguales, tanto accionarias y de directores, y en este contexto también suenan otros nuevos nombres para síndicos, como Alejandro Ameijenda, presidente del Ente Único Regulador de Servicios Públicos de la Ciudad, y Francisco Capozzolo, abogado que trabajó en el Ministerio de Seguridad durante el gobierno macrista.
Moyano y Larreta
La salida de Tapia es un giro político en la gestión porteña del área. El dirigente deportivo, yerno de Hugo Moyano, había desembarcado en el organismo en 2015 de la mano de Horacio Rodríguez Larreta, tras acordar el acercamiento con la dirigencia camionera. Los vínculos con el Pro los había construido con el entonces vicejefe de gobierno, Diego Santilli, y con Néstor Grindetti. Era el integrante que representaba al gobierno porteño.
Un hombre determinante en la vida de Tapia fue Hugo Moyano. Era delegado gremial de la rama de recolección de basura del Sindicato de Camioneros cuando conoció a Paola Moyano, una de las hijas del jefe sindical con la que tuvo dos hijos y recorrió el mundo. Una vez que forjó su pareja, se incorporó al clan y escaló hasta secretario de Organización del gremio. Pero una pelea con Pablo Moyano, con quien hoy no tiene relación, lo empujó a irse del sindicato.
Fue así como Chiqui recaló de la mano de Moyano y Diego Santilli en el Ceamse, el basural controlado más grande de Buenos Aires. Hasta ayer ocupaba la vicepresidencia de esa entidad, un cargo designado por la Ciudad de Buenos Aires. En 2022, Tapia percibía un salario mensual de $1.500.000 por sus tareas, según precisaron por entonces fuentes del ente. De acuerdo a los ajustes salariales en la administración porteña desde 2022 a la actualidad, el salario superaría los $3.000.000.