La Secretaría de Transporte cambió la forma en que distribuirá los subsidios a las líneas de colectivo de jurisdicción nacional. La modificación apunta a redireccionar la ayuda oficial teniendo en cuenta una resolución de la Auditoría General de la Nación de 2017 que recomendaba subsidiar la demanda del servicio, en lugar de la oferta, es decir, relacionar los desembolsos del Estado con el uso del transporte y utilizar los datos de la SUBE para calcular las compensaciones tarifarias a distribuir.
La Resolución 45/2024 fija un nuevo esquema de distribución de las compensaciones tarifarias para las empresas de transporte público de pasajeros automotor de carácter urbano y suburbano, aplicable a servicios de jurisdicción nacional de la Región Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
No habrá cambios para el pasajero, que seguirá pagando lo mismo. La modificación impactará en la rentabilidad de las empresas. El cambio fue una promesa de campaña de Javier Milei.
Según indicaron desde Transporte, “en la gestión anterior la política era la de dar subsidios a las unidades para que circulen sin pasajeros, debido a que las empresas percibían subsidios por demostrar que gastaban combustible en sus unidades. Además, ese esquema era posible porque no existía casi autonomía tarifaria de las empresas de transporte, eran dependientes en un 92% de los subsidios del Estado”.
A partir de ahora, el Gobierno subsidiará la demanda, es decir, el volumen de pasajeros que las empresas transporten. “De esta forma se busca eficientizar el uso de los recursos y que las empresas adapten la prestación del servicio a la demanda real”.
A nivel sistema no habrá modificaciones en el total de los subsidios. Sin embargo, incentiva a llevar más personas y perjudica a las líneas que hoy tienen pocos pasajeros. Desde las empresas indicaron que era “algo esperado y aceptado por todas las cámaras y también viene a evitar maniobras que puedan llegar a hacerse con el cupo del gasoil”.
En el Gobierno dijeron que “con este modelo, las empresas podrán realizar los ajustes necesarios para hacer más eficiente el servicio según demanda de pasajeros, y deberán demostrar una correlación directa entre el incremento de kilómetros y el crecimiento de la demanda, pudiendo evitar prácticas ineficientes como la realización de una cantidad establecida de kilómetros por el sólo hecho de cumplir la oferta (modelo anterior)”.
La Secretaría agregó que “el Estado Nacional seguirá exigiendo un mínimo de frecuencias para que las empresas presten los servicios actuales”.