Schiaretti en modo electoral: desembarcó en la PBA y participó de un acto en Tigre

Schiaretti en modo electoral: desembarcó en la PBA y participó de un acto en Tigre

El exgobernador cordobés fue recibido por el intendente Julio Zamora.


El exgobernador de Córdoba Juan Schiaretti desembarcó en el territorio bonaerense este martes. Lo hizo en un acto en Tigre, junto al intendente local Julio Zamora y su ex compañero de fórmula en las elecciones pasadas Florencio Randazzo. Fue una señal política en clave electoral, teniendo en cuenta que los tres trabajan en un armado nuevo que tiene intenciones de debutar en los comicios legislativos del año que viene.

El encuentro fue durante un programa de modelos de Gestión Pública que el tigrense viene realizando para interactuar con dirigentes de distintos sectores de la oposición. El mensaje que dio fue en esa sintonía. “Queremos transitar una Argentina que tenga intercambio de ideas entre las fuerzas políticas”, destacó el jefe comunal.

En ese mismo contexto, Zamora ya recibió al exjefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta, al ex ministro de Economía Martín Guzmán y al diputado de la UCR Facundo Manes. Los nombres propios no son casualidad. Todos están involucrados, en mayor o menor medida, en la construcción de un espacio político de centro, que tome distancia de los dos polos que representan el Gobierno y el kirchnerismo. La nueva vía del medio.

“No se puede recortar por recortar, sin miramientos, eso no es sostenible en el tiempo, mientras no se combata la evasión fiscal que representa el 3,7% del PIB”, explicó el cordobés durante su intervención, en la que volvió a ponderar, como lo suele hacer, el modelo de gestión de Córdoba.

Schiaretti planteó la necesidad de que haya un “país normal” y sostuvo que “lo normal en el mundo es laburar, que los chicos pasen de grado, que el empresario conserve lo que es suyo pero que trabaje en pos de lograr el interés del conjunto”. Y agregó: “En un país normal no se cambian las reglas de juego ni se funda un país cada cuatro años”.

Zamora planteó que es necesario “promover la amistad cívica”. “Basta de peleas, insultos, agresiones y cosas que no se dan en el ámbito de nuestra familia. Cuando la política traslada elementos violentos, es peligroso, porque después la sociedad se violenta”, explicó el intendente.

Después lanzó una crítica contra el Gobierno. “En el ámbito nacional, vemos muchos claroscuros, primero por el carácter que se transmite desde el Poder Ejecutivo y en segundo lugar hay un sector amplio de la población que está quedando por fuera del radar del Gobierno de Javier Milei”, indicó.

“Creo que si hay una falencia que ha tenido la política ha sido la falta de gestión y no hay mejor forma que honrarla cuando uno tiene un lugar de responsabilidad pública. Gestionar es resolver los problemas que a diario afronta el ciudadano ya que el Estado tiene responsabilidades en materia de salud, educación y transporte, entre otros”, cerró Florencio Randazzo.

Es la primera visita de Schiaretti al territorio bonaerense en lo que va del año y en el marco de la construcción de una alternativa electoral. En el 2023, durante la campaña, había ido a Quilmes y Mar del Plata. La provincia de Buenos Aires, que tiene la mayor cantidad de electores del país, es determinante para cualquier proyecto político que quiera consolidarse en el tiempo. Por eso la presencia en Tigre tiene relevancia en el contexto de la edificación de una alternativa nacional.

Schiaretti es uno de los promotores, junto con el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, de que el año que viene haya un sello nacional donde se aglutinen varios dirigentes que hoy no están en los extremos. Quieren que ese espacio compita en unas diez provincias del país. Sobre todo en las principales en términos electorales, como Buenos Aires, CABA, Mendoza, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.

Son representantes de una línea interna – dentro de ese esquema – que quiere acelerar a fondo en el 2025 y jugar en conjunto con muchos nombres propios en la cancha, para edificar las bases de una construcción más amplia que sirva para hacer crecer una propuesta electoral opositora de cara al 2027. Hay otra expresión interna de dirigentes que no están convencidos de saltar a la cancha el año que viene y que creen que lo mejor es empezar el rompecabezas político el día después de la elección de medio término.

Hay un sector del peronismo que mira a Schiaretti con moderada expectativa. El cordobés se mueve poco y la construcción política de una alternativa nueva necesita mayor dinamismo. Aún así, es un nombre propio al que respetan y al que no dejan de ponerle una ficha, para que se convierta en un armador de primera línea y en el punto de encuentro de varios dirigentes que se escapan de los extremos políticos actuales.

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