A contrarreloj, el Gobierno acelera los proyectos que aún quedan en el tintero, ya que la próxima semana finaliza el período de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación. Aunque aún queda una agenda cargada de iniciativas que no prosperaron porque el oficialismo no sólo no llegó con los tiempos, sino que las negociaciones se fueron dilatando.
Desde la privatización de Aerolíneas Argentinas hasta el debate de la Ley de Hojarasca, hay más de una decena de propuestas que quedarían postergadas para el 2025, y esto refleja los profundos desacuerdos entre LLA y la oposición que han caracterizado a este ciclo legislativo.
Asimismo, el Presupuesto 2025, que es el proyecto más importante en términos políticos y económicos, permanece en un estado de incertidumbre. Por su parte, el oficialismo reconoció la falta de acuerdos con los gobernadores y los bloques opositores dialoguistas, y eso dificultó el avance en una oferta consensuada antes del cierre de las sesiones ordinarias. En conferencia de prensa, el diputado José Luis Espert, presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, expresó: “La voluntad de esta comisión y del Poder Ejecutivo es seguir trabajando para lograr los consensos necesarios para tener presupuesto 2025”.
Sin embargo, las tensiones políticas internas y la falta de respaldo en el Congreso complican el panorama, dejando entrever que el debate por el presupuesto podría extenderse al próximo período legislativo o, incluso, requerir la convocatoria a sesiones extraordinarias.
El llamado a sesiones extraordinarias
En tanto, la Casa Rosada deslizó la posibilidad de convocar a extraordinarias para tratar temas claves, como el presupuesto, aunque esta estrategia implica ciertos riesgos políticos. A su vez, el vicejefe de Gabinete José Rolandi mencionó que esta extensión podría limitarse a cuestiones estrictamente económicas, pero la extensión del período legislativo también daría lugar a que la oposición impulse su propia agenda.
Entre los proyectos que podrían sumarse a un eventual llamado a extraordinarias se encuentra la Ley Antimafias, que ya cuenta con aprobación de la Cámara de Diputados y podría recibir la sanción definitiva en el Senado. Sin embargo, la presidenta de la Cámara alta Victoria Villarruel se mostró reticente a habilitar el debate, preocupada por posibles movimientos del kirchnerismo y sectores aliados que podrían utilizar esta instancia para reabrir discusiones sensibles, como la derogación del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 846/24 sobre canje de deuda externa.
Las iniciativas pendientes para el 2025
El cierre del período ordinario deja inconcluso una lista de proyectos de gran relevancia para distintos sectores políticos y sociales. Entre ellos se destacan:
- Privatización de Aerolíneas Argentinas: una propuesta impulsada por sectores de la oposición que busca modificar el estatus de la empresa estatal.
- Ley de Hojarasca: enfocada en la eliminación de 70 leyes que el Gobierno considera “obsoletas”.
- Regulación de la ludopatía y las ciberapuestas: un tema que genera consenso transversal pero enfrenta resistencias por su complejidad técnica y social.
- Modificaciones a la Ley de Defensa del Consumidor: orientadas a fortalecer los derechos de los usuarios en un contexto de creciente digitalización.
- Implementación del juicio por jurados: una reforma que busca democratizar el sistema judicial, pero que avanza con lentitud.
- Amnistía para delitos cometidos durante la pandemia: una iniciativa controvertida que divide aguas en el Congreso.
- Régimen de Cooperativas del Mercosur: una propuesta que busca integrar este sector productivo a nivel regional.
- Designación de pliegos para la Corte Suprema: un tema sensible que podría redefinir la composición del máximo tribunal.
- Derogación de la Ley de Manejo del Fuego: cuestionada por su impacto en políticas ambientales.
El peso político del Presupuesto
El Presupuesto 2025 se perfila como la “madre de todas las batallas” en el ámbito legislativo, tanto por su peso financiero como por su impacto político. La falta de consenso actual no solo compromete la operatividad del Gobierno, sino que también debilita la relación entre el oficialismo y sus aliados. En este contexto, el proyecto de Ficha Limpia, respaldado por sectores libertarios y del Pro, cobra especial relevancia al estar vinculado con la transparencia política y electoral. No obstante, las tensiones internas y la falta de quorum podrían impedir su tratamiento en el corto plazo.