El inicio del ciclo electoral en la Ciudad de Buenos Aires tiene para casi todas las fuerzas políticas por ahora más dudas que certezas. El peronismo y sus aliados de Unión por la Patria no son la excepción. La primer duda es si va a haber PASO en la Ciudad o no, algo que se está definiendo en Uspallata y tiene que ver con la conformación de ese espacio (si van solos o en alianza con LLA) y la conveniencia de adelantar a marzo o abril en lugar de junio. Para ello necesitarán los votos de algún aliado ocasional, pero todos son difíciles, tanto LLA como UxLP. Eso es lo primero a tener en cuenta, ya que depende de los calendarios, cambian los escenarios y las figuras a presentar.
Detrás de bambalinas en el peronismo porteño siempre está el mismo hombre, Juan Manuel Olmos, el titular del Nuevo Espacio de Participación (NEP) cada vez más consolidado. El ex vice jefe de gabinete es ahora el titular de la Auditoría General de la Nación por los próximos 7 años y desde allí maneja los hilos del distrito y muchas veces también de las decisiones nacionales. Dicen en su entorno que da vueltas en su cabeza la idea de armar un Peronismo de la Capital, a imagen y semejanza del peronismo cordobés. La idea tiene su origen que desde un territorio antiperonista como Córdoba, ese modelo se queda con la Gobernación y la intendencia de la capital hace varios períodos y en CABA se podría repetir el modelo.
Olmos coordina la conducción del distrito con Víctor Santa María, hoy constituido en un satélite de Cristina Fernández, cuyo mayor poder de fuego son los medios de comunicación y el poderoso sindicato que encabeza (SUTERH) y con Mariano Recalde, el nombre más rutilante de la Cámpora, hoy senador nacional hasta diciembre. En el bloque legislativo local conviven las tres vertientes con relativa buena sintonía.
A ellos, este año (como el pasado) se les sumará el nombre de Juan Manuel Abal Medina, quien en abril de 2024 llegó al PJ Porteño como vicepresidente tercero, tras cerrar un acuerdo con el sector dominante del partido. El exministro quiere que su espacio político –que tiene el aval de UPCN, el Movimiento Evita y otros sectores sindicales- esté sentado en la mesa de negociación para definir las candidaturas nacionales y las locales. Entiende que desde que el peronismo está fuera del poder, la discusión debería ser “más horizontal” y propone internas si no hay acuerdos.
La cuestión es que como dijimos al inicio, el calendario definirá los acuerdos políticos. Una de las posibilidades que maneja el NEP es, en cualquiera de los dos escenarios, capturar la lista de legisladores porteños que en un escenario de tercios podría llegar a los diez legisladores dejando las senadurías y los diputados nacionales para un acuerdo que se defina con la aún no conformada conducción nacional (donde Olmos será uno de ellos) y allí tallarán Cristina, Sergio Massa, y también seguramente algunos gobernadores. Axel?
Todavía se mantiene la incógnita si Leandro Santoro (NEP), de extracción radical, apuntará a ser el senador nacional o en el esquema antes descrito, encabezará la lista de legisladores nacionales rumbo a la candidatura a la jefatura de Gobierno de 2027. Sin lugar a dudas es el as de espadas y el que mejor mide dentro de toda la estructura de Unión por la Patria. Mariano Recalde también desea repetir mandato en el Senado por lo que habrá sacarle punta al lápiz en ese ítem. Otro jugador clave es Matías Lammens (ex ministro de Turismo y ex presidente de San Lorenzo) que se maneja de modo más bien independiente aunque cultiva una buena conexión con el NEP. Con buenos números también se meterá en la pelea ahora y desea posicionarse para el 2027. Trabajo extra para Olmos.
Gisella Marziotta, es hoy diputada nacional, responde a Santa María y es una de la mujeres con perfil más alto dentro del esquema, junto a Claudia Neira (hoy jefa de bloque UxlP) y la joven Ofelia Fernández que desea volver al ruedo parlamentario local. Nunca hay que descartar la experiencia y trayectoria de Raquél “Kelly” Olmos (NEP) en las definiciones.
Abal Medina tendió puentes con la legisladora Victoria Montenegro, que forma parte de La Patria es el Otro, la agrupación política que lidera Andrés “Cuervo” Larroque. Es decir, ensayó un acercamiento al esquema político que tiene en su vértice a Axel Kicillof. Por otro lado está Juan José Tufaro, presidente del Frente Renovador de CABA, dirigente de mucha confianza de Massa y más cercano al NEP que a la Cámpora local.
El desdoblamiento de la elección porteña que decidió Jorge Macri cambió el mapa de la discusión política electoral. Los comicios locales no estarán alineados a los nacionales, por lo que la competencia estará delimitada a los límites porteños. Y también en gran medida, estará marcada por la decisión que tomen LLA y el Pro. Tal como está planteado el escenario actual, los dos espacios políticos competirán por separado y dividirán el voto de centro derecha. Es un riesgo alto para ambos, menos para el peronismo.
Otra idea que flota hace tiempo en los cuarteles de San José del PJ-CABA es la de convocar al sector de Evolución de la UCR que conducen Emiliano Yacobitti y Martín Lousteau para enfrentar los oficialismos nacionales y locales, vayan estos juntos o separados. Es una jugada importante, y no hay que olvidar que Santoro viene de ese partido y Olmos construyó una sólida relación con Daniel Angelici en la justicia porteña.
Por último, para completar el escenario que tendrá que mirar el peronismo, hay que estar atento al accionar de Horacio Rodríguez Larreta, que si bien parece no tener un nicho para desarrollar su candidatura a senador, también habla con Lousteau explorando tiempos y oportunidades. Elisa Carrió puede situarse cerca de esta opción o con el oficialismo de Jorge Macri con los que ya ha mantenido algunas rondas de conversaciones entre segundas líneas. La idea sería armar Juntos por el Cambio II si LLA va por su cuenta.
Juego abierto, el peronismo es optimista en hacer un aproach importante con la vista puesta en el 2027. Veremos qué sucede. Promete ser una elección interesante por todo lo que está en juego.
