El PJ disidente evalúa una alianza en PBA que desafía a Kicillof

El PJ disidente evalúa una alianza en PBA que desafía a Kicillof


El peronismo en la provincia de Buenos Aires está atravesando uno de sus años más complicados. Diversas fuerzas políticas, tanto las que forman parte de Unión por la Patria (UP) como las que operan fuera de esta coalición establecida en 2019, podrían participar en las elecciones legislativas de este año a través de múltiples listas, lo que podría alterar el panorama electoral.

Peronistas junto a radicales, peronistas del conurbano con kirchneristas tradicionales, peronistas con progresistas, peronistas bonaerenses con peronistas cordobeses. Peronistas en todas sus expresiones y matices.

En el ámbito de Unión por la Patria (UP), persiste la gran pregunta sobre si Cristina Kirchner y Axel Kicillof forjarán un acuerdo para presentarse juntos o si, por el contrario, existirán dos listas dentro de la misma coalición opositora. A esta incertidumbre se añade la probabilidad de que dos o tres facciones del peronismo disidente decidan lanzar su propia lista. Unidos o por separado, pero compitiendo de forma paralela al oficialismo en la provincia de Buenos Aires.

Uno de esos espacios es en el que están los intendentes Fernando Gray (Esteban Echeverría), Julio Zamora (Tigre), Guillermo Britos (Chivilcoy), el ex jefe comunal de Hurlingham “Juanchi” Zabaleta y el titular del Movimiento de Unidad Popular (MUP), Federico Martelli.

Sin definiciones precisas sobre cómo encarar el proceso electoral, una de las dudas que da vuelta sobre ese esquema es si es una posibilidad jugar en una gran PASO peronista. De ese esquema, Zamora y Martelli son dos nexos que interacúan con la estructura nacional que lideran Juan Schiaretti y Florencio Randazzo, donde trabajan en el diagrama de una propuesta bonaerense bajo el sello del partido Hacemos, que fue oficializado por la justicia electoral el año pasado.

Zamora se mostró públicamente en dos oportunidades con el ex gobernador cordobés y el chivilcoyano. Distanciado del núcleo duro del kirchnerismo, es el principal intendente bonaerense que tiene ese armado político. De buena relación con Kicillof, pero sin estar cerca de su esquema, ha decidido contribuir en el proyecto que tiene anclaje en Córdoba.

Martelli, junto a la Red Federal Peronista, donde también está Facundo Moyano, se reunió con el “Gringo” a fin del año pasado y está inmiscuido en el armado de actividades para que el cordobés desembarque en la provincia. Entre febrero y marzo Schiaretti encabezaría una actividad en La Plata y en algún otro municipio de Buenos Aires.

En esa estructura política de centro también están Miguel Pichetto, Emilio Monzó y Nicolás Massot. Al ex presidente de la Cámara de Diputados durante el macrismo se le vence el mandato y, junto a Randazzo, pican en punta para ocupar los primeros lugares de la lista bonaerense del frente electoral.

Dentro de ese círculo de dirigentes está la titular del GEN, Margarita Stolbizer, a la que también se le vence el mandato en la Cámara baja. En Hacemos aseguran que la vocación es ampliar todo lo que se pueda y que uno de los partidos con los que se está en contacto para lograr una convergencia es con la UCR.

La posibilidad de buscar una alianza con el radicalismo está atada al momento de crisis que vive el partido centenario, resquebrajado en diferentes sectores y dividido respecto al vínculo con el gobierno de Javier Milei. Uno de los nombres con el que hay contactos, a través del diputado Pablo Juliano, es con Facundo Manes, que mostró una postura muy crítica sobre el Gobierno y en el pasado tuvo una buena performance como candidato en Buenos Aires.

Otro de los nombres propios con el que hay contactos es con Martín Lousteau. En ese caso, muchas de las comunicaciones son vía los legisladores Pablo Domenichini y Danya Tavela. En paralelo, hay una línea tendida con el senador nacional Maximiliano Abad, con una importante red territorial en la provincia.

Los intendentes peronistas disidentes, el esquema de Schiaretti y Randazzo, y el sector más duro de la UCR podrían unirse en una única propuesta electoral en la provincia de Buenos Aires. O, en una opción diametralmente opuesta, podrían presentar listas por separado. Un escenario que, a esta altura del calendario, parece ser poco probable.

La opción del desdoblamiento también condiciona el armado de listas, porque no es lo mismo plantear una estrategia para disputar los comicios en los municipios y las ocho secciones electorales de la provincia, que diseñar un plan de acción para afrontar, el mismo día, la elección local junto con la nacional. Son dos sistemas de votación distintos, dos campañas electorales distintas y dos escenarios de competencia distintos.

Tal como está planteado el campo de batalla electoral bonaerense, una o dos listas opositoras – con integrantes del peronismo – van a estar presentes en la competencia, lo que podría restarle votos al esquema central del peronismo, que es de Unión por la Patria (UP), principal opción opositora al gobierno de Milei y La Libertad Avanza (LLA)

La línea mayoritaria del peronismo, donde conviven CFK y Kicillof, tiene por delante el enorme desafío de evitar la explosión de la coalición, lo que derivaría en una disputa territorial sin trincheras. La unidad o la competencia interna, pero bajo el mismo techo, son las dos opciones que quedan en pie. Sea cual sea la que elijan, tendrán que llevar adelante una campaña de polarización máxima para diluir los votos que pueda captar el proyecto de centro. Construcción política que, muy de a poco, está tomando forma.

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