Israel y Hamas han logrado un acuerdo de tregua, tras intensas negociaciones propias de un bazar regional. Desde los gobiernos israelíes, estadounidenses y del grupo islamista han confirmado el pacto, pendiente de la firma ante los mediadores, lo que iniciará un proceso rápido de aprobaciones y preparativos para poner fin a 15 meses de conflicto en la Franja de Gaza.
Después de meses de mediación por parte de Egipto, Qatar y la Administración Biden, y un impulso decisivo del efecto Donald Trump, quien exigió un acuerdo y la liberación de secuestrados antes de asumir el cargo el próximo lunes, las últimas conversaciones en Doha se han centrado en los aspectos técnicos del alto el fuego.
Las acusaciones cruzadas entre ambas partes retrasaron el anuncio, pero, a diferencia de ocasiones anteriores, no resultaron en un fracaso sino en el preámbulo del acuerdo, confirmado por Trump. “Tenemos el acuerdo por los rehenes en Oriente Próximo. Serán liberados pronto. ¡Gracias!”, expresó antes del anuncio oficial del primer ministro y ministro de Exteriores de Qatar, Mohammed bin Abdulrahman Al Thani.
En un mensaje posterior, Trump afirmó que “este épico acuerdo de alto el fuego” es resultado de su victoria electoral, la cual mostró al mundo que su futura Administración “buscará la paz y negociará acuerdos para garantizar la seguridad de todos los estadounidenses”. El próximo presidente adelantó que su Gobierno trabajará “estrechamente” con Israel para “asegurar que Gaza nunca vuelva a ser un refugio para terroristas”. “Hemos logrado mucho sin estar todavía en la Casa Blanca. Imaginen lo que sucederá cuando regrese”, añadió.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, logrará la aprobación de una propuesta en el gabinete que permitirá, si se cumple al completo, la liberación gradual de 98 secuestrados en manos de Hamas, Yihad Islámica y algunos clanes de Gaza. La primera liberación, prevista para este domingo, será de tres mujeres de la lista inicial. En el séptimo día, otros cuatro rehenes.
A pesar de la oposición de algunos ministros israelíes ultranacionalistas, que califican el pacto como “acuerdo de rendición” al no alcanzar el objetivo de desarmar completamente a Hamas, Israel detendrá su ofensiva sin precedentes en Gaza como respuesta al ataque, también sin precedentes, de Hamas en el sur de Israel hace 467 días, en una escalada con siete frentes abiertos en la región.
Cómo se implementará
En los primeros 42 días del acuerdo, Hamás liberará a 33 rehenes, la mayoría de ellos vivos. De los casi cien que aún permanecen en cautiverio (94 secuestrados el 7 de octubre y otros cuatro israelíes -dos soldados muertos y dos civiles- retenidos por más de una década), 36 han sido declarados fallecidos.
Por su parte, Israel comenzará a retirarse de la devastada Franja de Gaza después de más de un año de intensas operaciones aéreas y terrestres. Esto permitirá el regreso de más de un millón de desplazados gazatíes al semidestruido norte del enclave palestino. Además, liberará a mil presos palestinos y aumentará la ayuda humanitaria a 600 camiones diarios.
En la segunda fase, el ejército israelí deberá completar su retirada, incluyendo el corredor de Filadelfia, que hasta hace poco era una línea roja para Netanyahu. Más de 200 presos condenados a cadena perpetua en Israel por ataques graves serían expulsados a Gaza, Qatar o Turquía.
Hamás ha solicitado garantías a los mediadores de que Israel no reanudará la ofensiva tras la primera fase, temiendo que con Trump en la Casa Blanca haya menos restricciones. En Israel, especialmente entre las familias de los secuestrados no incluidos en la primera lista, existe el temor de que Hamás retrase las conversaciones previstas para el decimosexto día de la primera fase. Esto podría impedir la liberación del resto de los rehenes, su única carta en las negociaciones, mientras aprovechan la tregua para rearmarse y reorganizarse.