Tensiones e internas sacuden la embajada argentina en España

Tensiones e internas sacuden la embajada argentina en España

Luego de la salida de Roberto Bosch se complicó la situación.


En los últimos meses, la embajada argentina en España ha experimentado conflictos internos, una renuncia inexplicable y otras controversias que han generado preocupación en la Casa Rosada. Estos conflictos culminaron con la salida del embajador Roberto Bosch a finales de noviembre pasado. Sin embargo, cuando la situación parecía estabilizarse, el Ministerio de Relaciones Exteriores revocó el anuncio oficial de Alejandro Alonso Sainz como el nuevo encargado de una de las posiciones más codiciadas por los políticos argentinos.

A pesar de ser una de las delegaciones más significativas en el extranjero, Madrid lleva más de un mes sin un embajador designado. Es probable que el nuevo jefe no asuma funciones hasta finales de marzo, ya que los nombramientos de embajadores no profesionales requieren la aprobación del Senado. Esto podría significar hasta cuatro meses sin embajador, lo cual no se percibe como una señal positiva en el ámbito diplomático, especialmente ahora que las relaciones con el gobierno de Pedro Sánchez parecen haberse restablecido. Actualmente, la embajada está bajo la dirección de Pablo Virasoro, quien actúa como encargado de negocios.

Durante los últimos meses de la administración Bosch, los pasillos de la embajada se habían transformado en un campo de batalla. Todos los funcionarios y empleados, sin importar su jerarquía, mencionaron el tenso ambiente laboral, evidenciado también por las acusaciones cruzadas que circulaban en tono bajo. La reubicación de Alejandro Nimo como agregado especializado en Promoción de Inversiones y Comercio Internacional, reinstaurado por Javier Milei, causó una discordia interna que generó desconfianza mutua con el embajador de entonces.

La embajada en Madrid es el puesto más deseado por los políticos debido a su ubicación en Europa, su acceso directo al presidente y a los reyes de España, la ausencia de barreras lingüísticas (a diferencia de Washington o París), y la posibilidad de mantener la conexión política con Buenos Aires.

Por estas ventajas, se ha convertido en la embajada más conflictiva en años recientes. Basta con un breve repaso para recordar la resonante renuncia del veterano funcionario Federico Polak en 2021 y la controversia por la contratación del exembajador Carlos Bettini, ambos durante el mandato de Ricardo Alfonsín. Esto solo fue un preludio de los eventos que se desarrollaron en 2024.

El año anterior inició con la designación de una nueva canciller, Diana Mondino, quien nombró a Bosch como el primer diplomático de carrera en veinte años para asumir la representación argentina en España.

La situación se complicó con la crisis derivada del enfrentamiento entre Milei y Pedro Sánchez, tras la visita del líder argentino.

En agosto, Nimo fue nombrado agregado, lo que provocó ciertos problemas internos. Posteriormente, se produjo la llegada de Gerardo Werthein como nuevo canciller, seguida de la salida de Bosch y el fallido anuncio de Alonso Sainz como embajador.

Nimo, de 46 años, ha sido concejal de Avellaneda y presidió Pro en ese distrito. Se define como menemista y mileísta. Actualmente, está cursando una Maestría en Economía Austríaca bajo la dirección de Jesús Huerta de Soto, economista a quien Milei considera su mentor en el anarcocapitalismo. La comunidad de libertarios españoles, que se comunica semanalmente con el Presidente a través de WhatsApp, ve a Nimo como uno de los principales interlocutores con el gobierno argentino. En su momento, el embajador Bosch intentó organizar una reunión con Huerta de Soto, pero el profesor le respondió invitándolo a su clase de economía, a la cual nunca asistió.

Nimo ha expresado en varias ocasiones a Milei que la embajada argentina no lo ha incluido en su rutina diaria y afirmaba que no le permitían desempeñar adecuadamente la función que le fue asignada. Desde el ámbito diplomático, en contraste, atribuyen el desplazamiento de Bosch a un cambio natural debido a la renovación del canciller, similar a la salida de Martín García Moritán, el embajador argentino en Uruguay.

Nimo criticó las condiciones laborales de los diplomáticos en el contexto económico argentino. “No quiero residencia, tres mucamas, dos choferes, un palacio, custodia. Quiero ser un embajador moderno, que use su auto y viva en su casa”, respondió cuando le preguntaron si le gustaría ser embajador.

Mientras tanto, el personal está a la espera del nombramiento del nuevo jefe diplomático, atentos a los recortes que Werthein ya ha anunciado. Desde la embajada, desconocen las responsabilidades que tendrá el próximo jefe diplomático, pero no descartan un ajuste.

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