En medio de las medidas del gobierno y el reclamo de Luis Caputo a las provincias, desde el i-Ciudad analizamos la recaudación tributaria de origen provincial, especialmente Ingresos Brutos, para mensurar la importancia de este impuesto en las finanzas provinciales.
Según nuestras proyecciones en base a datos oficiales, en 2024 las provincias recaudaron más de $23 billones a través del impuesto a los Ingresos Brutos.
Para ponerlo en perspectiva, en 2024 el gobierno nacional recaudó $43 billones de IVA y$26 billones de Ganancias.
En términos per cápita, CABA lidera el ranking, con $1.663.008 recaudados por habitante, más del triple de la media nacional ($450.234), según datos oficiales hasta noviembre 2024.
La CABA y PBA concentran más de la mitad de los recursos de Ingresos Brutos:
* CABA recauda el 24% del total
* PBA recauda el 32%
En el impuesto Inmobiliario, CABA recauda 5 veces la media nacional per cápita y duplica a la Provincia de Buenos Aires (2° en el ranking). En el impuesto a los Sellos, CABA también encabeza el ranking, recaudando más del triple de la media nacional per cápita.
En los últimos días, una serie de declaraciones del Ministro de Economía de la Nación y del Ministro de Hacienda de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires han reabierto el debate sobre la presión tributaria en las provincias argentinas. En particular, los cuestionamientos se centraron en el impuesto a los Ingresos Brutos, que desde hace tiempo es considerado uno de los tributos más distorsivos de la economía argentina. Sin embargo, la composición de las estructuras impositivas provinciales son uno de los desafíos más significativos en términos fiscales para el país.
Según proyecciones propias basadas en datos oficiales -dado que está reportado de manera oficial hasta el mes de noviembre- durante 2024 las provincias argentinas recaudaron más de $23 billones a través del Impuesto a los Ingresos Brutos. Este tributo representa una fuente de financiamiento fundamental para hacer frente a los gastos en educación, salud, seguridad, justicia y obra pública que tienen como facultad y responsabilidad los gobiernos provinciales.
Para poner esto en perspectiva, el Gobierno Nacional recaudó en todo el 2024 más de $43 billones por IVA, $26 billones por el impuesto a las Ganancias y $9,4 billones por el impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios. Esto muestra que la recaudación por Ingresos Brutos a nivel provincial constituye una proporción muy significativa de la masa total que paga el sector privado en nuestro país.
Sin embargo, existe una marcada disparidad entre las provincias en cuanto a su capacidad de recaudar impuestos provinciales. Esta diferencia responde a factores estructurales relacionados con la heterogeneidad territorial de Argentina, el grado de penetración del sector privado y las políticas tributarias implementadas a nivel provincial, las cuales varían tanto en eficiencia recaudatoria como en presión fiscal.
La recaudación de cada gobierno provincial depende en gran medida de decisiones autónomas garantizadas por la Constitución, como la definición de las alícuotas aplicables a los tributos bajo su jurisdicción. Estas decisiones son tomadas por las legislaturas provinciales, que establecen el monto y la forma de pago de impuestos y tasas. No obstante, existen factores relacionados con el desarrollo económico a largo plazo que pueden limitar estructuralmente la capacidad de recaudación. A su vez, surgen oportunidades vinculadas al impulso de nuevos sectores productivos, como el gas y el petróleo, que han dinamizado la recaudación en provincias como Neuquén.
La capacidad de recaudar mayores recursos fiscales, más allá de la voluntad legislativa para implementar dichas políticas, otorga a ciertas provincias una mayor autonomía efectiva frente a las decisiones del gobierno nacional. Un caso destacado es el de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), que, debido a diversos factores, cuenta con una recaudación propia significativamente superior en términos relativos al resto de las provincias, cuestión que será analizada en detalle más adelante.
Sin embargo, hay provincias que, debido a su atraso relativo, dependen en gran medida de las transferencias discrecionales o de la Coparticipación Federal de Impuestos para poder cumplir con sus obligaciones.
Ingresos Brutos – CABA lidera la recaudación per cápita
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la Provincia de Buenos Aires concentran más de la mitad de los recursos recaudados por Ingresos Brutos: la Ciudad obtiene un 24% del total y la Provincia un 32%. Estos números reflejan no solo el peso económico de estas jurisdicciones, sino también su capacidad para captar ingresos mediante este distorsivo tributo.
En términos per cápita, la Ciudad de Buenos Aires lidera el ranking de recaudación de Ingresos Brutos con $1.663.008 por habitante, más de tres veces la media nacional de $450.234. Le siguen las provincias de Neuquén, Santa Cruz, Chubut y Tierra del Fuego, todas con altos niveles de recaudación debido a su perfil económico ligado a sectores como los hidrocarburos. En el extremo opuesto, provincias como Corrientes, Formosa y Santiago del Estero registran niveles per cápita considerablemente más bajos. La brecha es impactante: la recaudación per cápita de la Ciudad supera en más de 14 veces a la de Santiago del Estero.
Es importante destacar que este impuesto no tiene problemas de comparación entre provincias como son diversas tasas que se superponen la potestad de los municipios y las provincias. Al analizar la recaudación de Ingresos Brutos, las provincias son las únicas con la facultad para recaudar, en algunos casos pueden tener coparticipación automática o en otros, como CABA, no hay municipios y el Ejecutivo subnacional concentra todas las facultades tributarias que están divididas cuando hay municipios.
Un factor fundamental para analizar la razón por la cual la CABA lidera este ranking y le permite tener un presupuesto envidiable para cualquier provincia del país, es la localización de las casas matrices de las principales empresas del país pero -sobre todo- la presencia de los bancos.
Alícuotas efectivas de Ingresos Brutos – Heterogeneidades territoriales
El Impuesto sobre los Ingresos Brutos en Argentina presenta una gran variabilidad en las alícuotas efectivas promedio según la jurisdicción, reflejando las diferencias en las políticas fiscales de cada provincia y las decisiones políticas de sus parlamentos. Según el Informe de Presión Tributaria publicado por el Ministerio de Finanzas de la provincia de Córdoba, las alícuotas promedio totales oscilan entre el 1,83% en Tierra del Fuego y el 4,03% en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con un promedio nacional del 3,14%. Esta disparidad influye en la competitividad de las empresas y las decisiones de inversión, ya que las provincias con alícuotas más bajas, como Tierra del Fuego, San Luis y Santiago del Estero, podrían resultar más atractivas para la radicación de negocios. No obstante, como se mencionó anteriormente, la localizaciones de actividades económicas no se guían solamente por los tributos que se pagan dado que, por ejemplo, la CABA tiene la mayor parte de las empresas radicadas en su distrito -proporcionalmente- respecto al resto del país dado que existen otros factores que incentivan la inversiones: infraestructura, mano de obra capacitada, acceso a puertos para la exportación, transporte productivo pero también para los trabajadores, etc.
Si se analizan las principales actividades económicas de nuestro país se encuentra ve también la variabilidad. En el sector de Agricultura, Ganadería, Caza, Silvicultura y Pesca, se reflejan las distintas realidades productivas dado que en ciertas jurisdicciones como la CABA, es un actividad prácticamente inexistente por factores naturales que ningún tipo de política fiscal podría modificar más que mudar casas matrices. Las alícuotas más bajas se observan en Córdoba (0,08%) y Río Negro (0,07%), lo que podría favorecer la competitividad de estas regiones en actividades agropecuarias. En contraste, provincias como San Luis (1,03%) y La Pampa (0,97%) tienen alícuotas más elevadas.. Además, provincias con fuerte tradición agrícola, como Santa Fe (0,30%) y Buenos Aires (0,70%), mostraron alícuotas moderadas, buscando equilibrar la recaudación con el fomento del sector.
En el sector de la Industria Manufacturera, las alícuotas del Impuesto sobre los Ingresos Brutos también varían significativamente entre las provincias argentinas y este sí es un sector que se puede ver más determinado en sus decisiones de inversión por la presión fiscal provincial. Destacan provincias como Córdoba (0,58%) y San Juan (0,86%), con alícuotas relativamente bajas, lo que las posiciona como opciones más atractivas para la radicación industrial desde este punto de vista. Por otro lado, Misiones (2,18%) y La Pampa (1,93%) presentan las tasas más elevadas. Provincias con tradición industrial, como Buenos Aires (1,38%) y Santa Fe (1,12%), mantienen alícuotas moderadas, dados sus desafíos en términos de gasto y que poseen otros atractivos para la radicación como parques industriales, cercanías con puertos, infraestructura y cercanía a grandes centros urbanos de consumo. Las disparidades en este caso sí son un desafío importante en cuanto a la armonización tributaria nacional porque incorpora un factor más de decisión a la hora de invertir.
En el sector de la Construcción, las alícuotas del Impuesto sobre los Ingresos Brutos son fundamentales dado los ajustados márgenes que tiene el sector y las variabilidades en los precios. En momentos de apreciación cambiaria y tipo de cambio real multilateral en mínimos, los márgenes de ganancias se ven muy comprimidos y diferencias entre las alícuotas son importantes. No obstante, las normativas urbanas que se analizan en otros artículos e informes del Iciudad como la demanda potencial juegan un papen central. De acuerdo a este Informe Tierra del Fuego (1,06%) y Santa Fe (1,24%) se destacan por tener las alícuotas más bajas, en el otro extremo, Chubut (3,06%) y La Pampa (3,00%) presentan las tasas más elevadas. Provincias con una fuerte actividad constructora, como Buenos Aires (2,43%) y CABA (2,47%), mantienen alícuotas moderadas, aunque superiores al promedio nacional.
En el sector del Comercio, las alícuotas del Impuesto sobre los Ingresos Brutos son importantes pero es importante destacar que existe una gran cantidad de actividad de este sector que se realiza de forma informal y que existen distintos regímenes provinciales para eximir pequeños comerciantes. Al analizar las alícuotas relevadas, Corrientes (2,66%) y Formosa (2,98%), en contraste, Salta (4,65%) y CABA (4,56%) registran las tasas más elevadas, lo que representa un mayor costo fiscal para los comerciantes en estas regiones. Provincias como Buenos Aires (4,03%) y Mendoza (4,28%), mantienen alícuotas relativamente altas dada su importancia en la economía argentina y en las economías regionales de las que son parte como núcleos productivos, urbanos y comerciales.
Otras fuentes de ingreso: la hegemonía de CABA
El liderazgo recaudatorio de la Ciudad de Buenos Aires también se extiende a otros impuestos provinciales. En el caso del impuesto inmobiliario, CABA recauda más de cinco veces la media nacional por habitante y más que duplica a la segunda jurisdicción en el ranking, la Provincia de Buenos Aires.
La comparación en este caso se segmentó entre las provincias que tienen la potestad del impuesto tanto urbano como rural para que no existan recaudaciones que se realizan en la provincia pero las ejecutan los municipios.
Estos datos evidencian que la masa tributaria de la Ciudad de Buenos Aires está muy por encima de la de otras jurisdicciones del país, incluso de aquellas con niveles de desarrollo económico similares.
Reflexiones finales: mayor coordinación para una mejor tributación
La presión tributaria en Argentina representa un desafío complejo que demanda un análisis exhaustivo y un enfoque coordinado entre la Nación, las provincias y los municipios. No obstante, los discursos fiscalistas cargados de grandilocuencia no favorecen el avance en esta dirección, ya que suelen generar argumentos falaces y promover dinámicas como el “canibalismo fiscal”, las cuales pueden derivar en resultados perjudiciales para todos los actores de la economía.
El desafío de encontrar una fuente de recursos tributarios más alineada con el objetivo de promover un desarrollo económico sostenible a largo plazo en el país debe partir del análisis de la dinámica de la recaudación en los últimos años. El Impuesto sobre los Ingresos Brutos, por ejemplo, aumentó su presión tributaria en relación al PBI, pasando del 2,4 % en 2004 a picos del 4 %, mientras que el resto de los tributos mantuvo niveles de presión similares.
Por otro lado, al analizar la presión tributaria por gestión presidencial, se observa que el incremento significativo ocurrió durante el segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner, aunque se mantuvo durante el gobierno de Mauricio Macri, pese a las diferencias ideológicas y estratégicas de ambos en cuanto a la solución de los problemas del país. Esto evidencia que la eliminación o reducción significativa de los impuestos provinciales, en especial de Ingresos Brutos debido a su facilidad de recaudación, resulta un desafío mucho más complejo que los anuncios o declaraciones en redes sociales podrían sugerir.
Las consecuencias de cambios abruptos en el sistema tributario, sin planificación ni coordinación interprovincial, son evidentes tanto en el corto como en el mediano plazo. Por un lado, la necesidad de anunciar recortes impositivos sin criterios claros de equidad y razonabilidad fomenta un “canibalismo fiscal” entre las provincias, lo que resulta en recortes desmedidos en el gasto o en ajustes apresurados y mal diseñados.
A mediano plazo, los productores, comerciantes e inversores de las provincias requieren estabilidad fiscal. En la actualidad, resulta imposible prever con claridad qué impuestos se pagarán y en qué montos. Se demanda desde el sector privado una previsibilidad a 10 años, pero en estas circunstancias no se puede planificar ni los próximos 2 años. Sin embargo, la descoordinación entre provincias, con gobiernos provinciales intentando mostrar reducciones impositivas de manera aislada, genera una inestabilidad jurídica que desincentiva la atracción de inversiones.
Si el objetivo es construir un sistema tributario más equitativo y menos distorsivo, es indispensable que todas las jurisdicciones y el Gobierno Nacional, se comprometan de manera coherente, coordinada y transparente con esta tarea. La difusión de estadísticas claras sobre recaudación, alícuotas efectivas y normas impositivas es fundamental para el desarrollo y planificación de los agentes económicos y de investigaciones para mejorar entre la sociedad civil, los gobiernos y las cámaras las políticas públicas. Solo a través de este enfoque se podrá avanzar hacia un modelo fiscal que promueva el desarrollo económico y reduzca las desigualdades entre provincias.
📊PRESIÓN TRIBUTARIA PROVINCIAL
Recopilamos y analizamos la recaudación tributaria de origen provincial, especialmente Ingresos Brutos, para mensurar la importancia de este impuesto en las finanzas provinciales y nacionales.
Los principales hallazgos 🧵 pic.twitter.com/8CunEmrWIe
— Instituto ICiudad (@ICiudadCABA) January 27, 2025