El titular de la Seguridad en la Ciudad, Waldo Wolff, evaluó la marcha LGBTQ+ que tuvo lugar el sábado en Buenos Aires, donde no se implementó el protocolo propuesto por Patricia Bullrich y además se refirió a las controversias por la inseguridad con la provincia de Buenos Aires.
Wolff explicó que, desde agosto, ha denunciado un incremento en los ataques a policías de la Ciudad que residen en la provincia de Buenos Aires. “La información respecto de lo que le pasa a los policías no la damos porque sean atacados por su condición de policías, sino porque es un dato relevante en este mundo de encuestas y cifras difíciles de cotejar”, señaló el ministro.
El funcionario indicó que la población de policías de la Ciudad que vive en la provincia es de aproximadamente 20,000 agentes. Cada vez que uno de estos policías enfrenta un ataque armado, debe reportarlo a su superior y a la jurisdicción local, permitiendo un monitoreo en tiempo real de los incidentes.
En 2023, estos 20,000 policías enfrentaron 98 ataques armados en la provincia de Buenos Aires al entrar o salir de sus casas para trabajar en la ciudad, es decir, un ataque cada tres días. En 2024, la cifra aumentó a 176 ataques, un ataque cada dos días. En lo que va de 2025, ya se han registrado 38 ataques en 35 días, más de uno por día.
Wolff subrayó que es innegable el aumento de los ataques armados en el conurbano y destacó la gravedad de la situación. “Es innegable que los ataques a mano armada en el conurbano aumentaron. Ahora, si quiere discutimos si es una cuestión social, si se resuelve desde un solo lugar, desde dos lugares, desde tres lugares…”, expresó el ministro.
Además, mencionó que en sus 14 meses de gestión, ha asistido a seis entierros de policías de la ciudad que fueron atacados en la provincia de Buenos Aires. “¿Es normal que un ministro de una ciudad como la de Buenos Aires tenga que ir a seis entierros de policías? Evidentemente hay una pequeña guerra en el conurbano, y lo dicen las cifras, no lo digo yo”, concluyó Wolff, celebrando el reconocimiento del aumento de la inseguridad por parte de las autoridades provinciales.
El ministro de Seguridad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), expresó su respeto por la lógica de su homólogo bonaerense, pero subrayó que su enfoque es diferente debido a su rol específico. Wolff enfatizó que la discusión sobre la inseguridad en el conurbano debe ser abordada por el Congreso, los medios de comunicación, los intelectuales, los actores sociales y los diputados.
“Como ministro de Seguridad, no tiene sentido que yo haga de analista socioeconómico respecto de si a mis policías los tirotean por la devaluación o por otros factores que afectan la inseguridad en la provincia de Buenos Aires. Esa no es mi tarea”, afirmó Wolff. En su lugar, destacó la necesidad de trabajar en colaboración con las autoridades provinciales para implementar medidas de seguridad concretas.
Wolff señaló la importancia de aumentar los retenes en los puentes que cruzan la General Paz, una vía de 24 km de largo que conecta la Ciudad de Buenos Aires con la provincia. “La Ciudad de Buenos Aires no está separada de la provincia de Buenos Aires por un océano ni por una cordillera”, enfatizó, subrayando la interdependencia entre ambas jurisdicciones en cuestiones de seguridad.
Marcha LGTB
Además explicó el protocolo implementado para garantizar la seguridad en las marchas y destacó la importancia de adecuar las acciones según las características de cada manifestación. “No son todas las marchas iguales. No son iguales cuando aparecen encapuchados con palos y piedras, que cuando vienen una serie de organizaciones definidas públicamente y nos dicen que van a hacer una marcha”, afirmó Wolff.
El ministro dio el ejemplo de la marcha del 24 de marzo, cuando se pidió marchar desde la ex ESMA hasta Plaza de Mayo. En esa ocasión, se estableció un cronograma y se informó a los vecinos sobre los cortes temporales en las avenidas Libertador, Bullrich, Santa Fe y Diagonal Norte. El mismo procedimiento se siguió para las manifestaciones estudiantiles y la reciente marcha del 1 de febrero.
Para esta última marcha, se analizó el pedido de varias organizaciones y se decidió permitir el cruce de la 9 de Julio. Se estableció un cordón de seguridad con personal de las brigadas, reconocibles por sus chalecos celestes de la Comunal, y se mantuvo una actitud amigable hacia los manifestantes. El personal de Urbano e Infantería, equipado con escudos y bastones, se mantuvo en apresto, fuera de la vista, para intervenir solo en caso de incidentes.
“Nosotros no teníamos un protocolo distinto. Hicimos lo que siempre hacemos. Por ahí fue más notorio este fin de semana, y lo más importante, celebro, son las dos cosas: que la gente se pudo expresar y que nosotros ejercimos el rol de contralor de la seguridad”, subrayó Wolff.
El ministro enfatizó que los cortes de calles se realizan bajo la autorización del gobierno de la ciudad, tal como ocurre en eventos como maratones, procesiones o el mundial de asado. “Celebro que se hayan podido cumplir esas dos cosas: la posibilidad de expresarse y el control y el orden tal cual lo establecimos desde el primer día de nuestra gestión”, concluyó.