La UCA informó un aumento en la pobreza del 39,8% al 41,6% en 2024

La UCA informó un aumento en la pobreza del 39,8% al 41,6% en 2024

Los datos son productos de los relevamientos del Observatorio de la Deuda Social.


El Observatorio de la Deuda Social de la UCA, en un informe presentado en febrero de este año, sostiene que se ha registrado un notable aumento de la pobreza en el primer trimestre de 2024. Al analizar otros aspectos como la seguridad alimentaria, el acceso a la salud, el empleo digno, la educación, los servicios públicos y el hábitat, el estudio señala que la pobreza multidimensional ha crecido interanualmente del 39,8% al 41,6%.

El cálculo oficial de pobreza “se centra en medir los ingresos de los hogares y en determinar si dichos ingresos son suficientes para cubrir el valor de una canasta básica”, explicó Juan Ignacio Bonfiglio, investigador de la institución.

Sin embargo, agregó que “es posible que un hogar, a pesar de que sus ingresos superen el umbral de la línea de pobreza o de indigencia, no cuente con los recursos necesarios para mantener una alimentación adecuada, o para satisfacer sus necesidades en medicamentos o atención médica. Estos son algunos de los elementos que se consideran al definir la pobreza desde una perspectiva multidimensional”.

Al mismo tiempo, el documento titulado “Deudas sociales en lista de espera. Balance Social 2024” indica que, aunque en el tercer trimestre de 2024 las tasas de pobreza e indigencia alcanzaron el 38,3% y el 9,2% respectivamente, “existen motivos para argumentar que se está sobrestimando”.

Si la pobreza se evalúa a partir de los ingresos, continuó Bonfiglio, “cuando se experimenta una volatilidad tan intensa como la que hemos tenido, especialmente desde mediados de 2023 y los primeros meses de 2024, surgen desajustes a corto plazo que pueden generar un aumento significativo de la pobreza, el cual podría estar sobreestimado. Y que, al frenar ese proceso, como ocurrió, el nivel de pobreza tiende a disminuir. Ha habido una disminución considerable, según las proyecciones que se pueden realizar a partir de los datos disponibles. Este descenso en la pobreza también podría estar sobrestimado”.

En un entorno de devaluación, liberalización de precios y ajustes, el estudio de la UCA explica que “la pobreza creció interanualmente del 38,7% al 54,9%, mientras que la indigencia aumentó del 8,9% al 20,3%”. Son esos saltos los que se utilizan como referencia para presentar una disminución en los indicadores.

“Se mantiene un umbral estructural de pobreza crónica que es complicado de romper, a menos que se generen más y mejores empleos, con remuneraciones superiores, especialmente para los trabajadores informales en situación de pobreza”, detallan. Sin embargo, el número de trabajadores en situación de pobreza ha aumentado: el tercer trimestre de 2024 cerró con un promedio del 29% (casi un punto por encima del mismo período de 2023, que era del 28,1%), tras alcanzar un pico del 44,6% en el primer trimestre de 2024. Según los datos de Indec, la proporción de trabajadores sin aportes jubilatorios aumentó del 35,8% en el tercer trimestre de 2023 al 36,7% en el mismo periodo de 2024.

Respecto a este aspecto, la UCA señala que “es importante resaltar un regreso a los niveles de desocupación previos a la crisis del ajuste como consecuencia de un incremento en el empleo, aunque de naturaleza informal y más precaria”. Por consiguiente, a pesar de que “los niveles de pobreza e indigencia estadística del tercer trimestre de 2024 fueron similares a los del tercer trimestre de 2023; e, incluso, se espera que el promedio semestral de 2024 esté por debajo del último semestre del año anterior”, de manera contradictoria, “los niveles de consumo masivo no parecen haber seguido esta tendencia”.

El informe establece que las privaciones estructurales se han intensificado. “Un elemento fundamental es que el aumento diferencial de los servicios públicos ha incrementado la carga de los gastos fijos en comparación con los gastos variables de los hogares”.

Este fenómeno explica por qué, “si bien se registran niveles de pobreza e indigencia similares a los del año anterior, según los datos de la Encuesta de la Deuda Social Argentina, se ha observado un incremento en la pobreza multidimensional, la inseguridad alimentaria, la dificultad para acceder a medicamentos o servicios de salud, así como en los impagos de deudas o la incapacidad para llevar a cabo reparaciones en la vivienda”.

Capacidad de ahorro

La UCA también ha estimado la proporción de la población que presenta una o más carencias. Las tres categorías analizadas han incrementado en 2024: la población con al menos una carencia ha aumentado del 67,1% al 67,5%, aquellos con dos o más carencias del 44,5% al 47,6%, y los que enfrentan tres o más carencias del 28,2% al 29,5%.

La capacidad de ahorro ha experimentado un notable deterioro: el 11,1% de la población que poseía esta capacidad en 2023 se redujo al 9,1% en 2024.

“Es pertinente cuestionarnos sobre el impacto real de la disminución de la pobreza. En este contexto, podemos observar que persisten una serie de aspectos que permanecen significativamente rezagados. Es fundamental llevar a cabo un análisis a largo plazo y evaluar si, a medida que la crisis macroeconómica se va superando, esto conlleva una mejora tangible en el nivel de vida de la población”, resumió el investigador.

Situación de la infancia

En lo que respecta a la situación de la infancia, la Plataforma de Estadísticas Sociales de la UCA proporciona datos sobre la población de cero a 17 años, la cual es la más afectada por la crisis. La pobreza entre niños, niñas y adolescentes alcanzó el 65,5% en el tercer trimestre de 2024, marcando el nivel más elevado en 20 años. En 2005, esta cifra fue del 67,5%; para establecer un punto de comparación, el mínimo histórico se registró en 2011, con un 35,7%. Desde ese momento, la pobreza ha ido en aumento.

Inseguridad alimentaria

Asimismo, se ha incrementado el porcentaje de personas que enfrentan inseguridad alimentaria, que pasó del 32,2% al 35,5% entre el cuarto trimestre de 2023 y 2024. La UCA define esta situación como la proporción de niños, niñas y adolescentes que residen en hogares que han reportado una reducción en la calidad de su dieta alimentaria en los últimos 12 meses debido a dificultades económicas.

El pico de inseguridad alimentaria se registró durante la pandemia, cuando esta cifra alcanzó el 37,3%. Al excluir ese año del análisis, el año 2024 también se posiciona como el más alto en 20 años.

Uno de los indicadores que ha mostrado una mejora es el porcentaje de trabajo infantil, que disminuyó del 9,5% al 8,8% entre 2023 y 2024.

La plataforma también evalúa aspectos relacionados con la crianza y la socialización. Durante 2024, por ejemplo, el 21,8% de los niños y niñas no celebró su último cumpleaños.

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