El jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, tomó distancia del discurso del Gobierno nacional y afirmó que “ningún espacio político estuvo detrás de los incidentes” ocurridos en las recientes protestas. De esta manera, desacreditó las versiones que vinculaban a sectores opositores con los disturbios registrados en las inmediaciones del Congreso.
Las declaraciones de Macri contrastan con la postura de funcionarios nacionales, quienes sugirieron que las protestas fueron organizadas por sectores políticos para desestabilizar al Gobierno. En su intervención, el mandatario porteño aseguró que los incidentes fueron protagonizados por grupos aislados y no por una acción coordinada de la oposición.
El jefe de Gobierno también hizo énfasis en la importancia del derecho a la protesta, pero aclaró que no permitirá que manifestaciones legítimas se transformen en actos de violencia que alteren la normalidad en la Ciudad. “La manifestación pacífica es válida, pero no podemos tolerar que se convierta en un caos que afecte a los vecinos”, sostuvo.
Su postura refleja un intento de equilibrio entre el respaldo a la institucionalidad y la necesidad de evitar una confrontación directa con el Gobierno nacional. En los últimos meses, Jorge Macri ha buscado consolidar su liderazgo en la Ciudad sin quedar atrapado en la polarización extrema que domina la escena política nacional.
Mientras las investigaciones sobre los incidentes continúan, la postura del jefe de Gobierno porteño marca una diferencia respecto al discurso del oficialismo nacional