Una oficina es un ámbito ideal para las mil y una situaciones que van desde el amor al odio, pasando por el engaño, la estafa, la muerte y la inocencia. Todo puede desencadenarse con un hecho mínimo, como la aparición de Sofía, la empleada nueva de la funeraria. A partir de allí, se destapan de a poco las distintas relaciones que hay dentro de la empresa, que afectan desde al cadete hasta al gerente de la firma.
El desarrollo de la primera parte de la obra es lento, con demasiados cortes y escenas para presentar situaciones y personajes, con los cambios escenográficos bien realizados y trabajados pero que conspiran contra la dinámica de la puesta.
No obstante, la segunda parte es ágil, veloz y entretenida. Las acciones se desarrollan con prestancia y hay un humor que bordea lo negro, pero que también tiene aspectos bizarros. Las actuaciones son correctas, en especial las de la dupla femenina ?que sostiene la puesta? y la de Gonzalo Dutria, como un gerente tan reconocible como despreciable y cínico en su conducta.
"El sueño del tonto" es una puesta amena, divertida, ideal para terminar un sábado a la noche con una sonrisa. Lo cual no es poco.